Ponga el dedo ?y ll¨¦vese la compra!
La biometr¨ªa sale de aeropuertos y comisar¨ªas y entra en la vida cotidiana para proteger a los consumidores contra el robo de identidad
Pasaporte, carta de embarque y... un dedo. La toma de la huella dactilar en las aduanas de los aeropuertos de ciertos pa¨ªses es una obligaci¨®n a la que ya se han acostumbrado millones de pasajeros de todo el mundo. Sin embargo, el escaneo del ¨ªndice ha empezado a convertirse en una costumbre fuera de sus lugares habituales: comisar¨ªas de polic¨ªa y aduanas. Alrededor de tres millones de ciudadanos estadounidenses ya se llevan la compra ense?ando un dedo en lugar de la tarjeta; los clientes de varios bancos japoneses sacan dinero de los cajeros autom¨¢ticos abriendo sus manos ante un lector digital; y en el aeropuerto londinense de Stansted, para alquilar un coche hay que dejar la huella f¨ªsica.
En EE UU, unos 10 millones de personas sufrieron robo de identidad en 2003
En Jap¨®n ya hay cajeros que permiten sacar dinero con el escaneo de la mano
"La industria biom¨¦trica se ha desarrollado hist¨®ricamente por impulso de los Gobiernos. Sin embargo, ahora se est¨¢ reorientando hacia el sector privado, ofreciendo nuevas aplicaciones a un mercado mucho m¨¢s amplio y que abre grandes perspectivas de crecimiento", afirma Emilio Mart¨ªnez, director general de Agnitio, una empresa espa?ola que trabaja en el sector.
Si los Gobiernos quieren proteger a sus ciudadanos del crimen, las empresas tambi¨¦n desean defender a sus clientes. El robo de identidades es una amenaza muy consistente y en Estados Unidos lo sufrieron 10 millones de ciudadanos en un a?o, seg¨²n un informe de 2004 elaborado por la Comisi¨®n Federal de Comercio.
La biometr¨ªa -"estudio mensurativo o estad¨ªstico de los fen¨®menos o procesos biol¨®gicos", seg¨²n la Real Academia Espa?ola- lo aprovecha todo para ofrecer sus soluciones. Si la huella dactilar es la medici¨®n m¨¢s conocida, tambi¨¦n existen ya en el mercado el reconocimiento de voz, de la mano, el iris, el rostro, las venas e incluso el olor corporal y la forma de teclear...
Todo ello se basa en el concepto de que el cuerpo y sus movimientos son la mejor contrase?a de identificaci¨®n posible: no se pueden olvidar, ni robar. Y es por lo menos muy dif¨ªcil duplicarlos. En su conjunto, el abanico de tecnolog¨ªas desplegado en el mercado procurar¨¢ este a?o ingresos de unos 2.300 millones de euros a la industria del sector, seg¨²n un International Biometric Group (IBG), una empresa consultora especializada.
La cifra en s¨ª es la foto de un mercado todav¨ªa incipiente, cuyas dimensiones corresponden a la mitad del resultado de explotaci¨®n de una compa?¨ªa como Iberia en 2005. Pero si los valores absolutos son todav¨ªa relativamente peque?os, la din¨¢mica de crecimiento es muy r¨¢pida, e IBG estima que ya en 2011 la industria biom¨¦trica alcanzar¨¢ los 5.000 millones.
"La tecnolog¨ªa mejora, se hace m¨¢s fiable, peque?a y barata. Eso permite concebir nuevas aplicaciones que despiertan cada vez m¨¢s la atenci¨®n. Por eso el mercado crece". Pero, hasta hoy, "la demanda del sector p¨²blico sigue siendo mayoritaria", opina Oren Shur, analista de IBG.
En el caso de Agnitio, que trabaja en sistemas de reconocimiento de voz y vende sus productos a polic¨ªas de diferentes pa¨ªses, la demanda del sector p¨²blico representa todav¨ªa el 90%. "Calculamos que dentro de dos a?os ya ser¨¢ 50% y 50%", explica el experto en la sede de su empresa.
El reconocimiento de voz tiene la ventaja de "no exigir ning¨²n hardware a?adido. No hace falta instalar nada. Los tel¨¦fonos fijos y los m¨®viles ya est¨¢n en todas partes y sirven perfectamente".
Muchos bancos, por ejemplo, est¨¢n interesados en la tecnolog¨ªa. ABN-AMRO, una entidad holandesa, tiene en marcha un proyecto piloto para reconocer sus clientes al tel¨¦fono. A?adir la voz al PIN dificulta el trabajo de los piratas. Con la misma intenci¨®n han salido al mercado ordenadores y m¨®viles que llevan lectores de huella incorporados: no se puede abrir la sesi¨®n sin el reconocimiento previo.
Los lectores de huellas son la tecnolog¨ªa dominante y representan m¨¢s de la mitad del negocio biom¨¦trico. En Estados Unidos, unos 2.400 supermercados y establecimientos comerciales ya utilizan el sistema Pay by Touch, desarrollado por una compa?¨ªa californiana, que permite a los consumidores pagar con el dedo.
Las tecnolog¨ªas tienen distintos grados de fiabilidad, en funci¨®n del par¨¢metro (iris, huellas dactilares, voz, etc¨¦tera) y de las condiciones de verificaci¨®n (calidad del aparato que efect¨²a el reconocimiento, ruidos desde el lugar de llamada, etc¨¦tera).
Los fallos pueden causar que no se reconozca la persona. O, peor: que se deje pasar a una por otra. Los cr¨ªticos de la biometr¨ªa subrayan que la duplicaci¨®n de una huella no es algo imposible. Los defensores contestan que si no es imposible, resulta muy complejo. O por lo menos mucho m¨¢s que apuntarse los datos de una tarjeta mientras se cobra la cuenta de una cena.
Este florecimiento de nuevas aplicaciones despierta tambi¨¦n otro tipo de inquietudes. A algunos podr¨ªa parecerle molesto el tener que fichar con un dedo o con la voz la entrada en el trabajo, por ejemplo. Para otros, tener que escanearse el dedo ¨ªndice para alojarse en un hotel puede resultar un fastidio si pretenden mantener la privacidad de la compa?¨ªa con que lo hacen. Cualquiera que sea el motivo, el s¨ªndrome Gran Hermano que rodea la biometr¨ªa tiene varias razones de ser.
?D¨®nde y c¨®mo se almacenan los datos fisiol¨®gicos que se piden a los usuarios para confirmar su identidad? ?Qui¨¦n garantiza que el supermercado, el banco, el hotel o la tienda de turno no permitan el acceso -o, incluso, vendan voluntariamente- la informaci¨®n personal en su poder? Preguntas y dudas que anteriormente quedaban circunscritas a unas pocas instituciones p¨²blicas, se multiplican a medida que se extiende el uso comercial de estas t¨¦cnicas.
"El desarrollo de la biometr¨ªa es un tema que hay que seguir de cerca y tratar con cuidado", observa Jes¨²s Rub¨ª, director adjunto de la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos. "Es muy importante que en el sector se aplique el principio general de proporcionalidad: en la mayor¨ªa de las aplicaciones, no es necesario que se almacene el elemento biom¨¦trico en su integridad. Son suficientes plantillas, creadas con elementos que permiten reconocer el rasgo en cuesti¨®n, pero no reproducirlo".
Es decir, no se graba la huella, o la voz tal cual. Sino puntos, algoritmos, que colocados ante el original lo reconocen. Pero, en s¨ª, no son suficientes para reproducir la huella.
"El marco legislativo espa?ol garantiza una protecci¨®n adecuada ante los nuevos desarrollos de la biometr¨ªa", afirma Rub¨ª. Incluso si no hay leyes que disciplinen espec¨ªficamente las nuevas situaciones, "la aplicaci¨®n de los principios generales es suficiente".
Comprar con el m¨®vil... y con la voz
El m-commerce, es decir la adquisici¨®n y la venta de bienes a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil tanto en la Red como en tiendas f¨ªsicas, es una realidad que empieza a desarrollarse con cierta amplitud en pa¨ªses como Jap¨®n y Corea del Sur. Muchos expertos del sector est¨¢n convencidos que se trata -junto al m-banking, referido a la realizaci¨®n de transacciones bancarias- de la nueva y prometedora frontera del e-commerce.
La utilizaci¨®n del m¨®vil como herramienta de pago ofrece al consumidor la ventaja de no depender de los cables de conexi¨®n a la Red. A las empresas, la de poder ser utilizado como blanco de publicidad, ofertas o comunicaciones que el cliente lleva constantemente activado y en el bolsillo.
La perspectiva del m-commerce pone un ¨¦nfasis especial en garantizar la seguridad de las transacciones efectuadas con el m¨®vil. La industria biom¨¦trica trabaja intensamente para aprovechar la oportunidad ofreciendo soluciones. Los tel¨¦fonos con lectores digitales de huellas incorporados ya son una realidad.
Pero tambi¨¦n las empresas que trabajan en el sector del reconocimiento de la voz est¨¢n sobre la pista. Se trata de una tecnolog¨ªa con menos a?os de desarrollo que la de las huellas, pero que cuenta con la ventaja de no necesitar ning¨²n aparato o instalaci¨®n posterior respecto a lo que normalmente lleva un m¨®vil.
Con esta tecnolog¨ªa, por cada compra el usuario recibir¨ªa una llamada automatica, con la petici¨®n de vocalizar un n¨²mero cada vez diferente, para evitar que se le pueda grabar subrepticiamente. Realizado el reconocimiento, el cobro resultar¨ªa autorizado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.