Al Sevilla se le sale la cadena

Iba el Sevilla embalado y embelesado a dieta de reconocimiento y liderato. Y ya se sabe que cuando uno est¨¢ a gusto el sue?o y la fatiga quedan orillados, que no resueltos. Varias de las piezas sevillistas est¨¢n saturadas de f¨²tbol y de partidos. Tras la derrota del Barcelona del s¨¢bado en Montju?c, los sevillistas buscaban el resultado, pero les sobraba el partido.

Las cifras -normalmente bastante mentirosas en el f¨²tbol- serv¨ªan de augurio desde bien temprano: Media docena de saques de esquina a favor del Mallorca en apenas 20 minutos. El Mallorca se coloc¨® en mayor¨ªa en el centro del campo y en ¨¦l se qued¨®. Con un defensa en la posici¨®n de volante derecho, Ibagaza apoyaba a los dos pivotes como si uno m¨¢s de ellos se tratara. Adem¨¢s, para quitarle trabajo y posibles despistes a los centrocampistas, Gregorio Manzano orden¨® al central Nunes que se ocupara de los clareados de Kanout¨¦, aunque tuviera que seguirle hasta el centro del campo. As¨ª, antes de que el Sevilla se hubiera dado cuenta, se hab¨ªa quedado sin sitio. Nada de esas salidas fulgurantes que martilleaban al contrario contra su meta en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, ni una de esas entradas por banda con los delanteros col¨¢ndose como centellas y la segunda l¨ªnea esperando el rechace con la pierna armada. Y es que les hab¨ªan birlado la pelota.

Renato y Poulsen se vieron obligados a jugar siempre a contrapelo. Especialmente floja fue la participaci¨®n del dan¨¦s. El rubio del pespunte en el entrecejo mostr¨® adem¨¢s su cara m¨¢s avinagrada. Estuvo fall¨®n, lento y un pelo agresivo. En la segunda mitad, ya por detr¨¢s en el marcador, le peg¨® un caderazo a Basinas y un empuj¨®n por detr¨¢s a Navarro que acab¨® con ambos atendidos en la banda. Y si el dan¨¦s no cumple con lo que se le supone, Renato se difumina en obligaciones distintas a las que le hacen valioso para su equipo.

As¨ª las cosas, Maxi L¨®pez se bast¨® para incordiar lo indecible a la defensa sevillista, tambi¨¦n debilitada por la falta de los valiosos apoyos del dan¨¦s cuando a Alves le da por coger la corneta del S¨¦ptimo de Caballer¨ªa. El argentino estuvo a punto de marcar con un remate peinado que se escap¨® de la porter¨ªa de Palop y de la bota de Jordi L¨®pez por poqu¨ªsimo. El delantero mallorquinista volvi¨® a intentarlo poco despu¨¦s con un disparo cruzado tras un fant¨¢stico pase al ¨¢rea de Ibagaza que le hab¨ªa dejado solo.

Pero entonces lleg¨® el gol sevillista. Y a casi todos les pareci¨® que las cosas se pon¨ªan en su sitio. Aunque considerar penalti el contacto entre Moy¨¤ y Navas, fuera un poco exagerado por parte del ¨¢rbitro y que Kanout¨¦, que sumaba su 15? tanto en Liga, no lo celebrara especialmente. Pero s¨®lo se lo pareci¨® a los que les sobraba el partido como camino al resultado. No al Mallorca.

Tras el gol, los de Manzano siguieron dominando el juego del centro del campo que, sin ser brillante, se ce?¨ªa a sus intereses. En el minuto 30, Varela se sac¨® un chupinazo desde fuera del ¨¢rea que fue la clara advertencia de lo que estaba por llegar. A los dos minutos de comenzar la segunda parte, el saque del octavo c¨®rner a favor del conjunto balear acab¨® en la cabeza de Alves que despej¨® a los pies de Nunes que empalm¨® inmisericordemente a la red. Un cuarto de hora despu¨¦s, Jordi L¨®pez se col¨® por su banda derecha, le hizo un l¨ªo a Dragutinovic y Escud¨¦ y burl¨® la salida de Palop con un centro a Maxi L¨®pez, que marc¨® a placer. Y entonces le toc¨® a jugar al Sevilla. Pero ya no sab¨ªa c¨®mo.

Un equipo tan exquisito como ¨¦ste Sevilla queda raro jugando al pelotazo al ¨¢rea. Claro que m¨¢s raro era verlo caer derrotado en su estadio -no lo hac¨ªa desde febrero pasado, contra Osasuna- y tras haber hecho tan s¨®lo tres oportunidades medianas de gol.

El Sevilla aspiraba ayer a meterle puntos al Barcelona. Pero no se conjur¨® para ello. Al final, la arrancada se qued¨® en una pedalada en falso de esas que molestan m¨¢s por lo inesperado que por el golpe contra el sill¨ªn. Que ya duele lo suyo.