"Lamentablemente hay especulaci¨®n y corrupci¨®n"

El director general de Urbanismo, Ram¨®n Lueje (Avil¨¦s, 1958), lidera la lucha contra la presi¨®n inmobiliaria en la costa, con medidas como la prohibici¨®n de construir a menos de 500 metros del mar. Ahora anuncia l¨ªmites contra el expansionismo urbano que proponen muchos ayuntamientos y censura la existencia de alcaldes con intereses en la promoci¨®n y construcci¨®n de viviendas.

Pregunta. ?Se pueden moderar desde la Xunta los desarrollos urban¨ªsticos que prev¨¦n muchos planes generales?

"Ser alcalde y, a la vez, promotor y constructor inmobiliario no me parece ¨¦tico ni est¨¦tico"

Respuesta. Las Directrices de ordenaci¨®n del territorio van a fijar los criterios para dimensionar los crecimientos urbanos. No puede ser una norma general, sino atendiendo las variables y las caracter¨ªsticas de cada ayuntamiento. Se trata de establecer los criterios que permitan fijar ese tope. Quedar¨¢ a la decisi¨®n municipal fijar unos umbrales, pero conforme a unas Directrices de ordenaci¨®n territorial fijadas por la comunidad aut¨®noma.

P. ?Tan mal estaba el urbanismo en la costa para tener que prohibir que se construya a menos de 500 metros del mar?

R. Era necesario. Tenemos una situaci¨®n que es el resultado de un conocimiento del territorio por una situaci¨®n dram¨¢tica como la del Prestige. Las R¨ªas Bajas ya ten¨ªan una colonizaci¨®n y un uso constructivo, pero lo que ocurre en la Costa da Morte y la Mari?a de Lugo es una presi¨®n inmobiliaria muy fuerte. La mejora de las infraestructuras, adem¨¢s, facilita el acceso a esos territorios. En muy poco tiempo se dan peticiones de licencias que superan los desarrollos de esos municipios ya no de un a?o, sino de cinco acumulados.

P. ?Con qu¨¦ consecuencias?

R. Permanecen en vigor muchos modelos municipales desarrollistas, expansionistas, que en su ejecuci¨®n no entra?aron problemas porque no hab¨ªa demandas edificatorias. Pero ahora se est¨¢n dando licencias en malas condiciones. No es razonable desde la sostenibilidad que ayuntamientos de menos de 4.000 habitantes den en un a?o 6.000 licencias para otras tantas viviendas. Ni A Coru?a ni Vigo llegan a esos niveles. Es dif¨ªcil de entender que en tan poco tiempo se pueda soportar esa presi¨®n inmobiliaria, con lo que supone de dotaci¨®n de servicios de agua, abastecimiento, energ¨ªa, zonas verdes, equipamientos... Eso aboca a un crecimiento no s¨®lo insostenible, sino desordenado, carente de los m¨ªnimos est¨¢ndares de calidad que hoy la legislaci¨®n urban¨ªstica gallega consagra.

P. Algo parecido a lo que ya pasaba en otras partes del litoral espa?ol.

R. Todo esto es consecuencia de que otras zonas del litoral espa?ol han agotado la capacidad de desarrollo, y est¨¢n cuestionando esos modelos. Es el caso del Levante o de la costa de Andaluc¨ªa. Si a eso a?adimos que el suelo en Galicia es m¨¢s barato, tenemos un basculamiento de la promoci¨®n inmobiliaria hacia Galicia. Nuestro territorio es de un atractivo singular. El problema es que si lo destruimos por sobreexplotaci¨®n, perderemos esa riqueza.

P. ?Tambi¨¦n los modos basculan hacia Galicia?, ?se ha marbellizado el urbanismo gallego?

R. Si se refiere a especulaci¨®n y corrupci¨®n, en el urbanismo, en el momento en el que se generan tan enormes plusval¨ªas, esos fen¨®menos lamentablemente est¨¢n yendo asociados. Pero detectar los niveles que se conocen de Marbella, aqu¨ª, no.

P. ?Hay depredaci¨®n del territorio?

R. Hay una falta de sentimiento y de reconocimiento del territorio como lo que es: una de nuestras principales se?as de identidad. Por los alcaldes, pero sobre todo socialmente, porque el urbanismo ata?e a toda la sociedad, no s¨®lo a los pol¨ªticos. Lo hemos padecido con las situaciones de los desastres de las inundaciones o de los incendios, que si bien no son consecuencia de la ordenaci¨®n, ¨¦sta ha tenido mucho que ver: cauces ocupados, deficiente planificaci¨®n de las infraestructuras... Lo que s¨ª vemos en los planes generales que estamos analizando, aunque ya se est¨¢ invirtiendo la tendencia, porque el mensaje empieza a calar, es que los planes eran determinaciones de expectativas urban¨ªsticas, de clasificaciones de suelo, y no una estrategia de desarrollo urbano. No se puede crecer de cualquier manera.

P. ?Era necesario suspender el planeamiento en tantos ayuntamientos?

R. Es una medida excepcional, y como tal se ha aplicado. Era necesario, y lo hemos hecho en ayuntamientos de todos los colores.

P. ?Qu¨¦ le parece que muchos alcaldes tengan tambi¨¦n negocios inmobiliarios?

R. Ser alcalde y promotor en el mismo ayuntamiento no me parece ¨¦tico ni est¨¦tico. Lo l¨®gico ser¨ªa que se abstuviera de la promoci¨®n y la construcci¨®n si est¨¢ en el gobierno municipal. El problema se deriva de que ejercen situaciones de privilegio y se confunde inter¨¦s general y particular. O m¨¢s bien se abandona el general en beneficio propio. No parece que sea compatible. Y si adem¨¢s est¨¢n modificando el planeamiento, como ha sido en alg¨²n caso conocido, tendr¨¢n informaci¨®n privilegiada. Eso es claramente incompatible con la acci¨®n de gobierno presidida por el bien general.