"Seremos pragm¨¢ticos tanto con Washington como con Caracas"
Mar¨ªa Consuelo Araujo es una ministra con prisa. Todo lo que dice y hace en la entrevista muestra una intensidad y una voluntad de pedagog¨ªa pol¨ªtica que pondr¨ªan nervioso a cualquiera si, al mismo tiempo, no lo calmara con la serenidad de sus inconmovibles convicciones. Pero, adem¨¢s, la suya no es la prisa de quien quiere marcharse, sino la de quien acaba de llegar y pretende abarcar tantos campos que no tiene segundo que perder.
"Ch¨¢vez ha de entender que tenemos una relaci¨®n estrat¨¦gica con EE UU. Que unos pa¨ªses la tengan no significa que sean buenos o malos"
"El narcotr¨¢fico tiene dos caras: el tr¨¢fico y el consumo. Mientras Europa sea un mercado tendremos una responsabilidad compartida"
La ministra cree tan a pies juntillas que nada le es ajeno al Ministerio de Exteriores que no resulta hip¨¦rbole calificarla de multi-ministra globalizada; y que se tienten la ropa sus colegas de Gabinete, que si se les cae la cartera ya sabemos qui¨¦n va a recogerla. Pero esa prisa tampoco est¨¢ re?ida con el c¨¢lculo m¨¢s desapasionado. "Seremos pragm¨¢ticos en nuestras relaciones tanto con Washington como con Caracas"; con Bush II, el que a¨²n se obstina en ganar la guerra de Irak, y con Hugo Ch¨¢vez, el ¨²nico, que redoblaba en su toma de posesi¨®n la semana pasada su combate para implantar en Venezuela lo que llama socialismo del siglo XXI.
Colombia tiene ya toda una tradici¨®n de ministras de Asuntos Exteriores, profesionales, en¨¦rgicas y, aunque sea pol¨ªticamente incorrecto decirlo, inevitablemente bellas. Mar¨ªa Emma Mej¨ªa, que fue embajadora en Espa?a, Noem¨ª San¨ªn, que es embajadora en Espa?a, fueron en los noventa las m¨¢s altas representantes de la diplomacia colombiana, y hasta el a?o pasado Carolina Barco desempe?¨® id¨¦ntico cargo. Hoy, en el segundo mandato del presidente ?lvaro Uribe, inaugurado el pasado agosto, la Canciller¨ªa -tal como se llama el ministerio en Bogot¨¢- tiene como titular a una joven Araujo, natural de Valledupar -la tierra del vallenato-, que ya fue ministra de Cultura a los 32 a?os, y que con 35 seguramente estar¨¢ batiendo alg¨²n r¨¦cord de precocidad ministerial.
Aunque no lo reconozca nadie en Bogot¨¢, la Venezuela de Ch¨¢vez inquieta a m¨¢s de uno en las altas esferas. Uribe y el propio jefe de Estado venezolano tienen ya muy ensayado todo un minu¨¦ de mutua comprensi¨®n y respeto, siempre que aparecen juntos en p¨²blico. La bilateralidad econ¨®mica y pol¨ªtica entre ambos pa¨ªses, con un mill¨®n largo de colombianos que trabajan en Venezuela, no permite aconsejar otra cosa.
Consuelo Araujo desglosa un Ripalda diplom¨¢tico que, pese a todo, hace que suene espont¨¢neo. "Colombia practica un pragmatismo exterior basado en el adelantamiento de proyectos concretos, pensados para mejorar la vida de la gente, no en posiciones ideol¨®gicas. No queremos montarnos en una ret¨®rica de dif¨ªcil aterrizaje. Y nuestras relaciones con Venezuela, y el resto de Am¨¦rica Latina, se asientan en cuatro ¨¢reas principales: respeto a la libertad de opini¨®n; lucha contra la corrupci¨®n, que es el c¨¢ncer que fomenta la pobreza; integraci¨®n latinoamericana, pero dentro de la diversidad de opciones pol¨ªticas, culturales, econ¨®micas, y afianzamiento de las instituciones. Todo ello exige estar de acuerdo en que las Fuerzas Armadas tengan el monopolio de las armas y la condena indiscutible del terrorismo". En el caso colombiano, el terror de las FARC, que se ha dicho que recib¨ªan apoyo y hasta santuario en Venezuela.
"El respeto a los asuntos internos de cada pa¨ªs ha de ser la base de nuestra relaci¨®n. Ch¨¢vez ha de comprender que nosotros tenemos una relaci¨®n estrat¨¦gica con Estados Unidos, de forma que el hecho de que unos pa¨ªses latinoamericanos tengan o no esa relaci¨®n con Washington, como es el caso del Tratado de Libre Comercio, no hace que unos sean buenos y otros malos. Caracas no necesita el TLC porque tiene petr¨®leo. Nosotros, en cambio, hemos de vender nuestras flores donde podamos, y necesitamos el TLC. Pero no hay que sublimar las relaciones ni con Washington ni con Caracas".
Esas relaciones no pueden, por otra parte, agotarse en lo puramente estatal, porque "la sociedad civil de los dos pa¨ªses no est¨¢ dirigida por ning¨²n Gobierno". ?Aunque a Ch¨¢vez seguramente le gustar¨ªa! Pero ese respeto tiene l¨ªmites. "Cuando Venezuela sale de la Comunidad Andina, como ha ocurrido, eso s¨ª que es un asunto colombiano. Y eso se tiene que negociar con un ¨¢ngulo que convenga a Bogot¨¢. Las reglas de juego tienen que estar muy claras entre los dos pa¨ªses, porque nuestras econom¨ªas son totalmente complementarias".
Problemas o no con una Venezuela a la que Uribe ha decidido tratar con una colecci¨®n completa de guantes de seda, la relaci¨®n que s¨ª se ha deteriorado es con Ecuador. Colombia protesta de que las autoridades ecuatorianas no se ocupan con el debido celo de impedir que la guerrilla terrorista de las FARC campe a sus anchas por la zona. Y con el presidente reci¨¦n inaugurado Rafael Correa, que ha invitado a su toma de posesi¨®n a su hom¨®logo iran¨ª Mahmud Ahmadineyad -el que pone en duda el Holocausto de los jud¨ªos en la II Guerra-, el temor puede haberse acrecentado. "La agenda de trabajo de Colombia consiste en procurar que la acci¨®n de sus vecinos no afecte a su estabilidad interna. El Gobierno de Quito protesta por nuestras fumigaciones de coca con glifosato en el Putumayo, cerca de la frontera, argumentando que eso da?a a la tierra. Pero Ecuador, que tiene una gran producci¨®n de glifosato, tambi¨¦n lo usa en su territorio. Y no puede ser que lo que vale para el banano no valga para la coca". Dicho as¨ª, cargando todo el cuerpo en cada palabra, la afirmaci¨®n de la ministra suena impecable.
La UE, el eterno espejismo de una Am¨¦rica Latina liberada de la tutela no siempre gr¨¢cil de Estados Unidos, merece alg¨²n medido reproche. "Europa ha de entender que el narcotr¨¢fico es el alimento del terrorismo, y que hay dos caras en el problema: el tr¨¢fico y el consumo. Mientras Europa sea un mercado tendremos una responsabilidad compartida". Pero ni siquiera una Araujo superconcentrada en lo que dice es inmune a la jaculatoria. "Espa?a es nuestra puerta a Europa, la que defiende nuestros intereses, quien combate la discriminaci¨®n en que podamos vernos".
Cuando se le pregunta por qu¨¦ cree que Uribe -¨¦l tan de derechas- gusta como mucha gente dice que gusta en Espa?a, igual a socialistas que populares, parece que responda por propia experiencia. "Porque es sincero, porque asume sus equivocaciones, lo que explica que tenga un 70% de aceptaci¨®n popular". Se le ha olvidado decir que tambi¨¦n porque casi habla como en Castilla la Vieja.
Y tan apetente panorama ?puede inducir al presidente a buscar en 2010 un tercer mandato? "No, no lo creo. No est¨¢ previsto, no lo ha dicho nunca". Curioso. Lo normal es que los allegados a Uribe no lo nieguen tan rotundamente, porque para algunos puede ser la diferencia entre estar en el machito o no existir. ?Ser¨¢ que Araujo tiene aspiraciones a la casa presidencial de Nari?o? "Yo s¨®lo quiero ser una buena canciller y que el ciudadano se d¨¦ cuenta de que las relaciones exteriores le benefician en algo. Yo no calculo que esto sea un escal¨®n hacia ninguna parte". ?Pero no, por ello, descarta que un d¨ªa le interese la presidencia? Silencio absoluto, de lo que podr¨ªa deducirse que Mar¨ªa Consuelo Araujo no descarta que un d¨ªa no lo descarte. Pero habr¨¢ que esperar.
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