Superhombre

Abraham Lincoln dijo aquello de que a Dios le gusta la gente corriente y por eso hizo tanta. Ha trascendido una confidencia del presidente de Espa?a en ese sentido linconiano: los seres corrientes pueden presidir un pa¨ªs. Yo ir¨ªa m¨¢s lejos: conviene que un presidente sea corriente y gobierne por el programa del Sentido Com¨²n. Otra cosa es un alcalde. Ah¨ª estoy m¨¢s de acuerdo con Mariano Rajoy y sus tesis contra-igualitarias. Alcalde no puede ser cualquiera. No basta ser espa?ol y mayor de 18 a?os. Creo que incluso gente cualificada, como el propio Rajoy, lo tendr¨ªa muy dif¨ªcil para ser alcalde. Zaplana fue alcalde de Benidorm. Y se le nota. Se le distingue. Tiene algo que no tienen ni Zapatero ni Rajoy. De todas formas, si tuviera que escribir una tesis para demostrar la superioridad ontol¨®gica de algunos alcaldes mi elegido ser¨ªa Armando Blanco, regidor de Teo, municipio colindante con Santiago, o viceversa. Armando Blanco ser¨¢ nombrado pr¨®ximamente general de los Reales Tercios de Espa?a. A continuaci¨®n, miembro de la Orde Mundial des Gourmets D¨¦gustateurs. La idea de un general gourmet es de por s¨ª muy sugerente, pero s¨®lo se trata de los dos ¨²ltimos modestos t¨ªtulos del cerca de centenar que ostenta ese a quien Nietzsche llamar¨ªa ?bermensch, nuestro Superhombre. Armando Blanco se dio a conocer como due?o de La casa de las tortillas. Una vez conquistada la alcald¨ªa, no ha dejado de recibir honores. Quiz¨¢s el m¨¢s destacado es el haber sido investido doctor honoris causa por la Interamerican University de Nueva York. La ceremonia, no obstante, tuvo lugar en el marco incomparable de San Felipe Neri, en Santiago, adonde se desplaz¨® con gastos pagos el cuerpo directivo de tan acreditada universidad. Para justificar el nombramiento, el portavoz de la Interamerican no tuvo m¨¢s que leer algunos de los otros t¨ªtulos del se?or Armando: Insignia de Oro de la Fiesta de la Carne Asada, Cerdo de Plata de las Fiestas Parroquiales de Teo, etc¨¦tera, etc¨¦tera. A los pocos d¨ªas se recibi¨® en el ayuntamiento una factura relativa al evento. Ante el esc¨¢ndalo, el regidor declar¨® que se hab¨ªa tratado de un error y que ¨¦l, el ?bermensch de Teo, se hac¨ªa cargo. Yo lo imagino contemplando orgulloso el horroris causa, mientras exclama, a la manera del pol¨ªgrafo Varr¨®n: Onus est honos. S¨ª, el cargo es una carga.