3.000 guardias civiles de uniforme claman en Madrid por la desmilitarizaci¨®n del cuerpo
La Asociaci¨®n Unificada exige al Gobierno la equiparaci¨®n en derechos al resto de polic¨ªas
Tres mil guardias civiles de uniforme pero desarmados exigieron ayer al Gobierno que cumpla sus promesas y reclamaron la desmilitarizaci¨®n del cuerpo. La Asociaci¨®n Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la mayoritaria en ese cuerpo, convoc¨® en Madrid esta protesta hist¨®rica, dado que es la primera vez en democracia que agentes del instituto armado reclaman derechos y libertades. El ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, asegur¨® que el nuevo r¨¦gimen disciplinario y el estatuto de derechos y libertades del cuerpo se aprobar¨¢n antes de 2008.
La Plaza Mayor de Madrid ofrec¨ªa un espect¨¢culo ins¨®lito. Considerado uno de los puntos de la capital de Espa?a donde m¨¢s robos se producen, seguramente ayer los ¨ªndices de delincuencia se precipitaron por los suelos. La plaza estaba cuajada de guardias civiles con su uniforme reglamentario dispuestos a celebrar un acto reivindicativo y festivo, con toda la escenograf¨ªa y la intenci¨®n de un acto netamente sindical. Bajo la Casa de la Panader¨ªa, la AUGC hab¨ªa montado un escenario en el que se pod¨ªa leer el lema fundamental de la concentraci¨®n: Derechos ya.
Con tranquilidad pero con contundencia, los oradores que dieron apoyo a la protesta fueron desgranando las reivindicaciones de los guardias. El primero en hacerlo fue el fil¨®sofo y escritor Fernando Savater, quien arranc¨® su alocuci¨®n recordando el trabajo de estos agentes en la lucha contra el terrorismo. "Cuando han hecho falta siempre han estado all¨ª", expres¨® Savater. ?ste fue el encargado de leer el manifiesto de los agentes, en el que como primera providencia reclamaban ser "ciudadanos de primera" y ped¨ªan dejar de ser soldados, es decir, militares, para pasar a ser "una Guardia Civil civil".
La convocatoria estuvo jaleada por gritos en contra del Gobierno del estilo de "Zapatero embustero" o "Rubalcaba, s¨²benos la paga". Los guardias sab¨ªan que corr¨ªan "cierto peligro", ya que, al menos te¨®ricamente, el derecho de reuni¨®n, y m¨¢s de uniforme, est¨¢ vetado a los militares. Sin embargo, seg¨²n los asistentes y convocantes, no se produjeron ni identificaciones ni detenciones y, adem¨¢s, incluso hubo cierta colaboraci¨®n oficial para evitar problemas.
La AUGC, que asegura tener 25.000 asociados, recibi¨® el apoyo del Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP), de la central de la Ertzaintza ERNE y tambi¨¦n del sindicato de los Mossos d'Esquadra. Adem¨¢s, fueron respaldados de forma personal e institucional por el l¨ªder de CC OO, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo. Fue precisamente ¨¦ste quien record¨® c¨®mo, ante centenares de miembros de la AUGC, el hoy ministro de Trabajo, Jes¨²s Caldera, prometi¨® en el Palacio de Congresos de Madrid que el PSOE, si ganaba las elecciones, apostar¨ªa por la desmilitarizaci¨®n.
Sin embargo, el actual ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ya ha asegurado que mientras el PSOE est¨¦ en el Gobierno la Guardia Civil seguir¨¢ siendo militar. A lo que s¨ª se ha comprometido el Ejecutivo es a aprobar el nuevo r¨¦gimen disciplinario de la Guardia Civil (el anteproyecto ya est¨¢ aprobado y elimina el arresto como sanci¨®n disciplinaria), as¨ª como la ley de derechos y deberes de los guardias, que, seg¨²n anunci¨® ayer Rubalcaba, se aprobar¨¢n antes del fin de la legislatura. Pero la AUGC ya no cree al Gobierno.
Sin tiempo
El secretario general de la AUGC, Joan Miquel Perpiny¨¢, asegur¨® que el Gobierno les ha "enga?ado", ya que a su entender no hay tiempo para que se apruebe la ley disciplinaria antes de que concluya la legislatura y menos para que salga adelante el texto de derechos y deberes, dado que a¨²n no est¨¢ ni elaborado. Perpiny¨¢ subray¨® que se han visto obligados "a manifestarse usando el uniforme porque de otra manera", dijo, "no nos escuchan". En el discurso que cerr¨® el acto, el l¨ªder de la AUGC subray¨® que los derechos fundamentales de los guardias est¨¢n muy limitados y que su disciplina se rige por una ley preconstitucional. Perpiny¨¢ subray¨® que tienen limitados sus derechos de circulaci¨®n, libertad de expresi¨®n, reuni¨®n, petici¨®n, huelga, asociaci¨®n y sindicaci¨®n. Por ello reclam¨® una regulaci¨®n de derechos "exactamente igual al resto de las polic¨ªas de Espa?a".
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