Hillary Clinton inicia su carrera presidencial
La senadora por Nueva York anuncia su candidatura a la Casa Blanca: "Estoy ah¨ª para ganar"
La campa?a para las elecciones presidenciales de EE UU, en noviembre de 2008, comenz¨® ayer a despegar con el anuncio de Hillary Clinton de disputar la carrera hacia la Casa Blanca. El anuncio de la que fuera primera dama estadounidense durante los ocho a?os de mandato de su marido, Bill Clinton, y actual senadora por Nueva York, no caus¨® sorpresa, ya que se ven¨ªa especulando no s¨®lo con su candidatura, sino tambi¨¦n con sus buenas perspectivas para alcanzar la Casa Blanca. "Estoy ah¨ª [en carrera electoral] para ganar", dijo ayer la candidata, de 59 a?os, fr¨ªa, calculadora y preparada. Si ganase, ser¨ªa la primera mujer en la historia en llegar a la presidencia de Estados Unidos.
La senadora Hillary Clinton confirm¨® ayer lo que durante mucho tiempo ha sido una evidencia universalmente sostenida y anunci¨® que ya es candidata a la presidencia para las elecciones de noviembre de 2008. "Estoy ah¨ª [en la carrera electoral] y estoy ah¨ª para ganar", dijo la esposa del anterior presidente en una presentaci¨®n hecha en la p¨¢gina web de su campa?a.
S¨®lo cuatro d¨ªas despu¨¦s de que el senador Barak Obama, quien, probablemente, ser¨¢ su principal contendiente dentro de las filas del Partido Dem¨®crata, diese el primer paso para participar en la contienda, Hillary Clinton responde con su anuncio formal de ser candidata. El duelo ha comenzado. Obama, que podr¨ªa ser el primer negro en la Casa Blanca, y Clinton, que ser¨ªa la primera mujer, est¨¢n llamados a librar una de las batallas m¨¢s emocionantes que se hayan dado nunca en la carrera presidencial.
Como Obama el martes pasado, Clinton revel¨® su intenci¨®n de formar un comit¨¦ exploratorio "con el prop¨®sito de conversar" con todo el pueblo norteamericano para que "entre todos encontremos las soluciones" que necesita este pa¨ªs. "Despu¨¦s de seis a?os de Bush", dijo, "es hora de renovar la promesa de Am¨¦rica". La senadora por Nueva York afirm¨® que va a pasar el tiempo que resta hasta la pr¨®xima elecci¨®n presidencial, tratando de "limitar el da?o que Bush puede hacer", pero a?adi¨® que "s¨®lo un nuevo presidente puede corregir los errores cometidos y devolvernos el optimismo y la esperanza".
La creaci¨®n de un comit¨¦ exploratorio es el primer y obligado paso para entrar en una campa?a que empieza con elecciones primarias a principios de 2008. El ex senador John Edwards y el gobernador Bill Richardson, entre otros que, seguramente, tambi¨¦n anunciar¨¢n en breve sus ambiciones electorales, intentar¨¢n animar esa campa?a y evitar que ¨¦sta se convierta en un duelo entre las dos grandes estrellas de la temporada: Clinton y Obama.
Hoy por hoy, no obstante, ni siquiera el carism¨¢tico senador de Illinois, uno de los m¨¢s brillantes oradores de la pol¨ªtica contempor¨¢nea norteamericana, deber¨ªa ser rival para Hillary Clinton. Actualmente, ¨¦sta es una carrera que decidir¨¢ ella, con sus errores y sus aciertos, y que ganar¨¢ o perder¨¢ ella.
Con 59 a?os y una larga experiencia acumulada durante sus ocho a?os como primera dama, sus seis a?os como senadora, reelegida el ¨²ltimo de noviembre, y una vida entera dedicada a la pol¨ªtica, tanto en el plano dom¨¦stico como internacional, Hillary Rodham (su apellido de soltera) ha demostrado poseer inteligencia y condiciones suficientes para ser candidata. Dispone tambi¨¦n de cuantiosas reservas de dinero y una engrasada maquinaria electoral.
Pero esas mismas encuestas reflejan tambi¨¦n desde hace tiempo su gran debilidad: su potencial para polarizar a la opini¨®n p¨²blica. Ya en sus a?os junto a Bill Clinton, la famosa primera dama era una mujer de odiar o querer al l¨ªmite, sin medias tintas. "Nunca he tenido miedo de decir aquello en lo que creo", coment¨® ayer al anunciar su presentaci¨®n. Hoy es una persona m¨¢s moderada y prudente que en su ¨¦poca de inquieta promotora de un nuevo sistema de salud. Ha sabido colocarse en el centro justo del Partido Dem¨®crata, satisfaciendo o irritando en la misma proporci¨®n a la izquierda y a la derecha en asuntos decisivos como la guerra de Irak, la seguridad social o los impuestos.
Su influencia ha servido para moderar tambi¨¦n al Partido Dem¨®crata, que en sus primeras semanas como mayor¨ªa en el Senado y en la C¨¢mara de Representantes est¨¢ mostrando una imagen de equilibrio y madurez que, de persistir, va a contribuir a hacer m¨¢s elegibles a los candidatos dem¨®cratas.
?sta es, sin duda, una oportunidad de oro para los dem¨®cratas y para Hillary Clinton en particular. El desastre de Irak y la imagen de insolvencia y arrogancia que Bush y su equipo est¨¢n dejando en el electorado deben hacer posible esta vez que los norteamericanos venzan su natural resistencia a votar dem¨®crata.
Pero resta a¨²n un largo camino entre la simb¨®lica fecha de ayer y la del primer martes despu¨¦s del primer lunes de noviembre de 2008 en que los norteamericanos elijan presidente. Para entonces, Hillary Clinton habr¨¢ tenido que hacer frente a m¨²ltiples y sucias batallas dentro de su partido y contra el partido rival.
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