Cuando los pu?os entran en la escuela

Cuando los episodios de violencia escolar vienen motivados por trastornos de la personalidad o patolog¨ªas ps¨ªquicas, los profesores no saben c¨®mo actuar. Estos alumnos en realidad est¨¢n enfermos y requieren una atenci¨®n especial, pero "no estamos preparados ante estas reacciones", admite Francisco Ant¨®n, director del IES de Mutxamel (Alicante). Al centro acude un alumno de 13 a?os que estudia 1? de ESO y que propin¨®, el martes 9 de enero, varias patadas y golpes a un profesor en medio de la clase. No se trata de un caso de violencia escolar al uso. Este alumno padece un trastorno psicol¨®gico que le impide controlar sus emociones. Esa ma?ana uno de sus profesores le encarg¨® diversas tareas que el alumno discuti¨® y el docente acab¨® expuls¨¢ndole. Al t¨¦rmino de la jornada lectiva le llamaron a la secretar¨ªa y directamente agredi¨® al docente.

En las aulas de los colegios e institutos hay decenas de alumnos con trastornos de este tipo; en la mayor¨ªa de casos reciben tratamiento m¨¦dico y est¨¢n atendidos por personal especializado. Era el caso de este alumno, que recib¨ªa los servicios de un psicoterapeuta, un psicopedagogo y que, adem¨¢s, tomaba clases de apoyo para avanzar en las asignaturas m¨¢s dif¨ªciles. "Pero cada caso es un mundo, no se puede generalizar y aplicar a todo lo mismo", admite Ant¨®n, quien reconoce que en los centros educativos "se ponen parches, se intenta que estos alumnos vayan a un aula con menos compa?eros, se les aumenta su autoestima, pero son imprevisibles, nunca sabes cu¨¢l es su reacci¨®n".

En septiembre este alumno protagoniz¨® alguna pelea menor con compa?eros de clase y desde que comenz¨® el curso ha tenido otros cuatro o cinco episodios violentos. En el instituto est¨¢ dentro de un ACIS (Adaptaci¨®n Curricular Individual Significativa) junto con otros 38 alumnos, que arrastran un desfase curricular de dos cursos, por lo que reciben clases de refuerzo. "Tenemos que aprender todos, y no podemos marginarlos o dejarles aparte", admite el docente, que dirige este centro creado hace tres cursos.

15 d¨ªas expulsado

Esta agresi¨®n ha comportado la expulsi¨®n del alumno del instituto durante 15 d¨ªas. En el Ayuntamiento, la concejal de Educaci¨®n, Loreto Forner, informa de que el alumno durante su expulsi¨®n "no estar¨¢ en la calle, ni en su casa". Est¨¢ atendido durante dos horas diarias por una educadora, y por parte de la Consejer¨ªa de Bienestar Social acude dos tardes a un centro especializado en Alicante dentro del programa Diagrama. "Tambi¨¦n hemos conseguido el compromiso por parte de los padres", admite la edil, quien explica que en muchas ocasiones los padres desconocen que su hijo sufre una patolog¨ªa y est¨¢ enfermo. Los servicios sociales y la Concejal¨ªa de Educaci¨®n de Mutxamel est¨¢n atendiendo a tres alumnos de esta peque?a localidad del ¨¢rea metropolitana de Alicante por casos similares. Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, trabajadora social en el Ayuntamiento, advierte de que a estos chicos, menores, la ley les ampara y protege. "Los que no los conocen piensan que son delincuentes, pero no tienen edad penal y adem¨¢s presentan un diagn¨®stico cl¨ªnico, son agresivos por una disfunci¨®n neuronal", apunta Fern¨¢ndez.

Todos los entrevistados coinciden en que la escuela no tiene medios para afrontar este problema. En primer t¨¦rmino, el profesorado debe conocer el diagn¨®stico del alumno para poder intervenir. La mayor¨ªa de los casos est¨¢n diagnosticados, tratados y supervisados por pedagogos, pero no llegan los recursos suficientes. "Cada caso es un pron¨®stico diferente, y no son tantos, pero est¨¢n ah¨ª y distorsionan la organizaci¨®n de un centro educativo", reconoce esta trabajadora social.