Juicio por tr¨¢fico de beb¨¦s b¨²lgaros
Padres que deseaban adoptar pagaban en Francia entre 3.000 y 8.000 euros
Los ciudadanos b¨²lgaros Zapryanka Nikolova, de 36 a?os, y Gancho y Tinka Gorgiev, de 36 y 35 a?os, respectivamente, se sientan estos d¨ªas en el banquillo de los acusados del Tribunal Correccional de Bobigny, en el departamento de Seine-Saint Denis, junto a Par¨ªs. Son los principales organizadores de la red que se dedicaba a traer mujeres embarazadas de Bulgaria para dar a luz a ni?os en Francia que posteriormente eran adoptados ilegalmente. En total, 12 b¨²lgaros y 44 franceses est¨¢n acusados de tr¨¢fico de beb¨¦s. Falta el supuesto patriarca del clan, Henry Salva, de 80 a?os, m¨¢s conocido como Barba Blanca o El Viejo. Otros siete m¨¢s est¨¢n huidos con un mandato de b¨²squeda internacional. Todos, tanto los vendedores como los compradores, son de etnia gitana.
"Nunca hubi¨¦ramos podido adoptar legalmente un ni?o: somos gitanos", se lamenta Dalida
Se les acusa de tr¨¢fico de ni?os. Unos por importar a Francia, clandestinamente, 23 beb¨¦s entre junio de 2001 y octubre de 2005. Otros por comprarlos para adoptarlos ilegalmente. Los b¨²lgaros buscaban entre las comunidades m¨¢s pobres de su pa¨ªs a j¨®venes mujeres embarazadas a las que hac¨ªan viajar a Francia para que dieran a luz. Las madres biol¨®gicas tan s¨®lo recib¨ªan unos centenares de euros. Algunas, ni siquiera, porque se les hac¨ªa creer que el beb¨¦ hab¨ªa muerto en el parto. La mayor¨ªa volv¨ªa a su pueblo despu¨¦s de dar a luz, pero en algunos casos eran obligadas a quedarse en Francia para prostituirse o para mendigar. Zapryanka Nikolova dirig¨ªa una red de prostituci¨®n en la Puerta de Auvervilliers, en Par¨ªs.
Casi todos los ni?os nac¨ªan ya bajo la identidad de las familias que los quer¨ªan adoptar; familias gitanas que por raz¨®n de la esterilidad de uno de sus miembros no ten¨ªan descendencia. En algunos casos, el padre adoptivo le reconoc¨ªa inmediatamente como suyo, aunque en otros el sistema era m¨¢s elaborado y la madre biol¨®gica daba a luz en el hospital bajo la identidad de la futura madre adoptiva, presentando su tarjeta sanitaria. El precio de un beb¨¦ variaba entre los 3.000 y los 8.000 euros, 1.000 euros menos para una chica. El negocio se fue a pique cuando, en julio de 2004, una mujer que hab¨ªa vendido a su hijo y vuelto a su pa¨ªs, arrepentida, present¨® en Bulgaria una denuncia, y todo el tinglado sali¨® a la luz.
Todos han reconocido los hechos pero, salvo en dos casos, los beb¨¦s han sido devueltos a sus padres adoptivos, a la espera de lo que decida el tribunal de Bobigny. Las familias adoptantes explicaron al juez las razones por las que hab¨ªan recurrido a este sistema obviamente ilegal. Jimmy y Dalida, por ejemplo, ten¨ªan dos hijas y hac¨ªa 15 a?os que no ten¨ªan m¨¢s descendencia. Quer¨ªan un chico, porque en el mundo gitano no hay honor sin un descendiente var¨®n. "Sin var¨®n no puede haber jefe del clan", explicaron.
Las familias adoptantes desfilan una tras otra frente a la juez y todas cuentan una historia distinta. "En el mundo gitano hace a?os que se sabe que se pueden comprar beb¨¦s", explica David Sabas, que cuando su mujer dio a luz a su cuarta hija opt¨® por comprar un var¨®n. "Fue mi madre la que se ocup¨® de encontrarme un hijo", asegur¨®.
Pero, como gitanos -gente de viaje, como se les conoce en Francia-, nunca hubieran podido esperar que el Estado les concediera una adopci¨®n legal, aseguran todos ellos y sus abogados. "Adoptar legalmente un ni?o no hubi¨¦ramos podido nunca: somos gitanos", se lamenta Dalida. Y se justifican: "Cuando le salieron los dientes o cuando tuvo una bronquitis su pap¨¢ fui yo", dice uno. Y otra mujer es a¨²n m¨¢s contundente: "A este ni?o le salv¨¦ de la miseria, porque, de todos modos, si no hubiera sido por nosotros, hubiera ido a parar a la venta de ¨®rganos".
El tribunal tiene previsto dictar sentencia el 2 de febrero. A los compradores de estos ni?os les pueden caer hasta tres a?os de c¨¢rcel por "incitaci¨®n a abandono de menor" y fraude del estado civil. A los supuestos traficantes, hasta 10 a?os de prisi¨®n por "trata de seres humanos".
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