Zapatero: "Quiz¨¢s estemos en la fase final" de la lucha contra ETA

El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, explic¨® ayer las dificultades para retomar el Pacto Antiterrorista con el PP porque "quiz¨¢ estemos en la fase final" de la lucha contra ETA. "Pueden ser a?os, no sabemos cu¨¢ntos, ni cu¨¢nto presentar¨¢ de dificultad", a?adi¨®. Tambi¨¦n insisti¨® en que son los ciudadanos quienes juzgan la actuaci¨®n de los partidos en democracia, y asegur¨® que ning¨²n Gobierno espa?ol ha respetado tanto a los jueces como el suyo. "Igual, tal vez; pero m¨¢s, ninguno", afirm¨® Zapatero en un coloquio con el juez Baltasar Garz¨®n.

"Suele pasar que, cuando se advierte que se ha llegado a esa fase final, el debate se intensifica. No se puede negar el debate, pero s¨ª hay que evitar la confrontaci¨®n", a?adi¨® Zapatero, antes de se?alar un segundo factor que dificulta el consenso en Espa?a. "Todos los partidos, cuando pierden unas elecciones, necesitan tiempo para hacer autocr¨ªtica, sobre todo cuando se trata de partidos fuertes. Los ciudadanos apoyan antes al que tarda menos en hacer esa autocr¨ªtica. Cuanto m¨¢s tiempo tarde en hacer la autocr¨ªtica, m¨¢s costar¨¢ a un partido volver a ganar el apoyo de los ciudadanos", se?al¨®.

En otro momento, retom¨® de este modo la misma idea: "La gente sabe que, en democracia, las cosas no son blancas ni negras. Encontrar puntos de encuentro y matices es una tarea que acredita a quien la lidera y a quien la respeta".

Zapatero desgran¨® estas ideas en una intervenci¨®n ins¨®lita, porque tuvo como formato un di¨¢logo con un miembro activo del poder judicial, el juez Baltasar Garz¨®n, bajo el t¨ªtulo, parad¨®jico dados los resultados, de Seguridad jur¨ªdica y derechos humanos en Am¨¦rica Latina. Asistieron al acto, entre otras personalidades, el fiscal general del Estado, C¨¢ndido Conde-Pumpido; el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias; el escritor Jos¨¦ Saramago y el presidente de La Caixa, Ricardo Fornesa, que patrocina el ciclo de conferencias dirigido por Garz¨®n.

El magistrado estir¨® sus preguntas hasta para que el presidente del Gobierno volviera la mirada hacia las cuestiones internas, y as¨ª logr¨® que, tres semanas despu¨¦s del brutal atentado terrorista de la T-4, Zapatero reiterara su confianza plena en el fin de la violencia.

"La violencia es absolutamente in¨²til en la democracia, porque no hay democracia que ceda a la violencia. En democracia tampoco cabe la secesi¨®n, porque prevalece la unidad de las fuerzas pol¨ªticas. La pregunta es cu¨¢nto tiempo los violentos permanecer¨¢n en el fanatismo criminal, sabiendo que nunca ganar¨¢n. El terrorismo es, sin duda, una de las asignaturas pendientes que la democracia vencer¨¢, igual que se ganaron las batallas por la libertad de opini¨®n, por el pluralismo pol¨ªtico", asegur¨®, dejando un eco de las advertencias que ha dirigido en los ¨²ltimos d¨ªas a ETA.

En relaci¨®n con el caso De Juana, Zapatero quiso dejar fuera de toda duda la independencia de los jueces y la limpieza de la actuaci¨®n de su Gobierno. "Los actores pol¨ªticos deben ser escrupulosamente respetuosos con el poder judicial, porque su independencia es imprescindible para la democracia. Yo he procurado serlo siempre. Ni un solo juez puede decir que le haya transmitido una indicaci¨®n. Puede que otros Gobiernos fueran tan respetuosos como ¨¦ste, pero m¨¢s, ninguno", coment¨®, siempre motivado por las preguntas del juez Garz¨®n.

En relaci¨®n con el tema propio de coloquio, Zapatero consider¨® "imprescindible, aunque suene a utop¨ªa, que EE UU se implique en fomentar una cohesi¨®n social latinoamericana", siguiendo el modelo consagrado en Europa. Sin ella, vino a decir, no se lograr¨¢ la consolidaci¨®n jur¨ªdica e institucional de la regi¨®n, un objetivo que Espa?a persigue con ah¨ªnco, a?adi¨®, pero que s¨®lo conseguir¨¢ si consigue movilizar a EE UU y a la Uni¨®n Europea en la misma tarea.

El presidente pidi¨®, por otro lado, que se comprenda que los brotes de populismo en Latinoam¨¦rica derivan tanto de la debilidad de los sistemas latinoamericanos de partidos como de las dificultades objetivas de unos pueblos que no pueden entender que empresas extranjeras comercien con recursos energ¨¦ticos b¨¢sicos a los que ellos no tienen acceso, a pesar de que se producen en su tierra. Resulta imprescindible, a?adi¨®, desarrollar sistemas fiscales que contengan el problema.