Manifiesto de la lucidez

Francisco Ayala, de 100 a?os, y Enrique Vila-Matas, de 58, construyeron juntos ayer en la Academia un manifiesto de rebeld¨ªa, experimentalismo y lucidez a favor de la literatura.

El centenario escritor granadino, miembro de la Academia desde hace un cuarto de siglo, y su colega barcelon¨¦s fueron acompa?ados en la celebraci¨®n del d¨ªa que la instituci¨®n consagra a la Fundaci¨®n de Amigos de la Academia por los discursos de V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, director de la Real; el profesor y cr¨ªtico Gonzalo Sobejano, y el presidente de aquella fundaci¨®n, el gobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez.

A Ayala la Academia le dedic¨® un homenaje por su centenario, y a Vila-Matas le entreg¨® su premio de ficci¨®n, por Doctor Pasavento, que public¨® Anagrama en 2005. Vila-Matas parti¨® de un cuento del propio Ayala, El hechizado, para construir un manifiesto a favor de la literatura, contra "los emisarios de la nada", que consideran que el ¨²nico camino que debe emprender la escritura es el del entretenimiento.

Gracias a la literatura experimental, que de modo fr¨ªvolo se arrincona ahora en demas¨ªa, la escritura ha progresado entre nosotros, dijo con mucho ¨¦nfasis Vila-Matas.

Vila-Matas hizo honor a su modo de representarse en la literatura, utilizando para acabar su manifiesto una frase de Eric Satie, "Me llamo Eric Satie, como todo el mundo". Una forma de disolverse en el anonimato, como muchos de sus propios personajes. Rescat¨® Vila-Matas un documento conmovedor, debido a un an¨®nimo que la v¨ªspera del inicio de la II Guerra Mundial dej¨® escrito: "Ya no hay nada que hacer, pero si de verdad fuera escritor tendr¨ªa que ser capaz de detener la guerra".

El oficio de escritor es un trabajo moral, dijo Vila-Matas, y a esa consideraci¨®n moral de la escritura de Ayala se refiri¨® V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha en su alocuci¨®n de homenaje. Como Sobejano, que hizo un recorrido pormenorizado por la obra ayaliana, el director de la Academia aludi¨® a la raz¨®n moral de la literatura y al ejemplo civil del escritor centenario, que desde hace un cuarto de siglo acude a la Academia e interviene "con prudencia, con gran disciplina", en todas las discusiones que abren a la lengua el camino que ahora tiene. De la Concha se congratul¨®, ante los patronos de la fundaci¨®n a quienes se dedicaba ayer la jornada, de la vitalidad de los proyectos de la instituci¨®n, entre ellos, la Gram¨¢tica que se va a fundar en el Congreso de las Academias, en Medell¨ªn.

Ayala conmovi¨® al p¨²blico, numeros¨ªsimo. Desde el estrado dijo que se sent¨ªa despidi¨¦ndose "de lo que ha sido el objeto de la pasi¨®n y el empe?o incansable de tan larga vida". "Durante ese interminable tiempo de mi existencia me ha tocado en suerte -o, mejor dicho, en desgracia- asistir a la desintegraci¨®n de una civilidad y a su ca¨ªda en formas de barbarie incre¨ªble, reforzadas por los recursos de una tecnolog¨ªa cuya eficacia hac¨ªa que se potenciaran en s¨ª las fuerzas del bien; pero, igualmente, a la misma vez, las de una maldad sumamente destructiva". Antes de la ovaci¨®n con la que le saludaron acad¨¦micos y p¨²blico, identific¨® la generosidad de la Academia con "un saludo de despedida".