S¨ª a la 'Y' ferroviaria mixta
La Y ferroviaria no es la soluci¨®n a los problemas del transporte existentes en el Pa¨ªs Vasco, pero forma parte de la soluci¨®n. Desde el momento en que este proyecto ha apostado por tener car¨¢cter mixto, es decir por transportar personas y mercanc¨ªas, el concepto inicial de la Y se ha transformado en un sentido ambientalmente positivo. En ese sentido, quienes defendemos que este pa¨ªs apueste de manera masiva y a largo plazo por el transporte ferroviario de mercanc¨ªas y personas no podemos sino considerar un avance el que el proyecto se haya modificado respecto a sus par¨¢metros iniciales, que contemplaban exclusivamente el transporte de personas.
En mi opini¨®n, debido a la mala comunicaci¨®n que se ha hecho del proyecto, el debate de la Y ha estado err¨®neamente planteado por parte de algunos agentes sociales. El proyecto de la Y tiene sentido como parte de un programa ferroviario mucho m¨¢s amplio que el circunscrito al ¨¢mbito vasco. Aunque nuestro inveterado narcisismo salga un tanto malparado, lo cierto es que la Y no es sino una parte de la conexi¨®n transnacional del eje atl¨¢ntico ferroviario por el que ha apostado la Uni¨®n Europea, as¨ª como una peque?a parte de la red de car¨¢cter mixto por la que ha apostado el actual Gobierno del Estado. Dicho con otras palabras, la Y es una pieza de la infraestructura ferroviaria que Europa quiere conseguir en el plazo de una generaci¨®n y no un proyecto concebido exclusivamente desde y para el Pa¨ªs Vasco. Por tanto, la idoneidad del proyecto ha de analizarse en ese contexto m¨¢s amplio.
Para Euskadi es una necesidad estrat¨¦gica sentar las bases para ir sacando las mercanc¨ªas de las carreteras
La 'Y' es una pieza de la infraestructura ferroviaria que Europa quiere conseguir en el plazo de una generaci¨®n
Es asimismo un falso debate contraponer la conexi¨®n ferroviaria de las tres capitales vascas entre s¨ª y con Madrid, Sevilla, Valencia o Par¨ªs mediante un tren de velocidad alta, 220 km/hora, con la necesaria modernizaci¨®n de los trenes de cercan¨ªas para pasajeros, as¨ª como con la puesta al d¨ªa de una malla ferroviaria capaz de sacar masivamente las mercanc¨ªas de las carreteras. Hay que hacer las dos cosas y hay que hacerlas en el horizonte de 2020. Recursos econ¨®micos existen. La Y la financia exclusivamente el Estado con aportaciones de la Uni¨®n Europea y nuestras diputaciones forales han previsto invertir varios miles de millones de euros en los pr¨®ximos a?os en... carreteras. La sociedad vasca deber¨ªa exigir que ese dinero p¨²blico se invierta prioritariamente en la modernizaci¨®n ferroviaria del pa¨ªs.
Desde el punto de vista ambiental y territorial, uno de los grandes errores de los ¨²ltimos 30 a?os ha sido abandonar el tren como modo de transporte de viajeros y mercanc¨ªas. La carretera ha ganado la partida entre los modos de transporte terrestres de manera inapelable, pero la victoria del coche y del cami¨®n ha acabado siendo una victoria p¨ªrrica para la sociedad. La Uni¨®n Europea ha calculado en el 8% del PIB, unos 800.000 millones de euros anuales, los costes econ¨®micos no internalizados por el sector -accidentes, problemas de salud derivados de la contaminaci¨®n del aire en los n¨²cleos urbanos, ruido, afecci¨®n a los ecosistemas y los paisajes, emisiones de gases de efecto invernadero...- Por ello, la Uni¨®n Europea ha apostado por ir sentando las bases para cambiar el modelo de transporte existente, especialmente la manera en que se desplazan las personas en los entornos urbanos y metropolitanos en sus viajes diarios al trabajo y la manera en que circulan las mercanc¨ªas. ?sa fue una de las conclusiones clave del Libro Blanco sobre Transporte aprobado en 2001 por la Uni¨®n Europea, as¨ª como de su reciente revisi¨®n en 2006.
Para que ese cambio sea real ma?ana hay que apostar hoy por renovar totalmente la infraestructura ferroviaria vasca, estatal y europea. Y hay que modificar la percepci¨®n ciudadana respecto al tren, que, tras d¨¦cadas de abandono, es visto por la mayor¨ªa de la sociedad como un medio de transporte marginal, ineficiente, no competitivo, que s¨®lo ha sobrevivido gracias a su car¨¢cter de servicio p¨²blico financiado por las arcas del Estado. El tren es el futuro, pero instalar ese mensaje en las mentes y los corazones de las personas de este pa¨ªs pasa porque, al igual que ha ocurrido con el metro de Bilbao, vean con sus propios ojos que existen trenes reales que son modernos, puntuales, r¨¢pidos, ambientalmente positivos y socialmente no elitistas.
Para Euskadi es una necesidad estrat¨¦gica sentar las bases para ir sacando las mercanc¨ªas de las carreteras. El transporte est¨¢, desde el punto de vista ambiental, fuera de control. El diagn¨®stico de la situaci¨®n es bien conocido, pues tanto los departamentos de Transportes y de Medio Ambiente del Gobierno vasco como las diputaciones forales han realizado numerosos estudios en a?os recientes para conocer en detalle el estado de la cuesti¨®n. El 55% de la distancia recorrida por las personas en Euskadi un d¨ªa laborable medio se realiza en veh¨ªculo privado. M¨¢s del 90% de las mercanc¨ªas, medidas en toneladas-kil¨®metro, se transporta por carretera y menos del 10% por ferrocarril. Las emisiones de gases de efecto invernadero debidas al transporte del a?o 2005 fueron un 101% superiores a las del a?o de referencia, 1990. Desde el punto de vista ambiental, las ventajas del tren respecto al coche son inapelables. En el transporte de viajeros, los costes externos por persona-kil¨®metro generados por el coche son un 330% superiores a los del tren. En el transporte de mercanc¨ªas, los costes externos generados por el transporte de carretera por tonelada-kil¨®metro son un 270% superiores a los del ferrocarril. Esos son los datos.
Es fundamental que en la realizaci¨®n del trazado de la Y ferroviaria se extremen las medidas de protecci¨®n sobre los sistemas naturales y sobre el paisaje, cuidando al m¨¢ximo los corredores ecol¨®gicos que puedan verse afectados y adoptando todas las precauciones para preservar la conectividad de las poblaciones de biodiversidad afectadas. Es asimismo fundamental que no se pierdan suelos agrarios ni agricultores activos. Otro aspecto que se ha de cuidar con esmero es la comunicaci¨®n a la sociedad.
La sociedad necesita informaci¨®n, no propaganda. La ciudadan¨ªa ha de ser informada con transparencia y rigor. Se deben conocer todos los estudios de coste-beneficio y los datos precisos sobre personas y mercanc¨ªas que se espera absorba la infraestructura. Y esos datos han de ser debidamente contextualizados en la situaci¨®n del transporte existente en Euskadi en la actualidad y las tendencias y escenarios que se dibujan en el horizonte.
La Y ferroviaria no es, ni mucho menos, la respuesta a todos los problemas y necesidades del transporte existentes en nuestro pa¨ªs, pero es un paso en la direcci¨®n acertada. Desde el punto de vista ambiental el tren es el futuro y, por tanto, hay que apoyarlo.
Antxon Olabe es economista ambiental y socio de Naider.
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