Interiorismo de marca

Grifer¨ªa de Toyo Ito. Espejos de Musha Cay. L¨¢mparas de Catellani & Smith. Mesitas auxiliares de Concha Bay. Pavimentos de Alpax y Cort¨¦n B de Tau Cer¨¢mica. No cabe duda de que el arquitecto y propietario de esta posada real, ?ngel Garc¨ªa Puertas, est¨¢ al tanto en interiorismo y decoraci¨®n. La reciente ampliaci¨®n y aggiornamento de la casa que le vio nacer, convertida en hotel hace una d¨¦cada, parece salida de una revista de dise?o o de los cat¨¢logos que se distribuyen en la Feria Internacional del Mueble de Mil¨¢n. Con mucho atrevimiento por su parte, el anexo destinado a convenciones y ba?os termales, forrados por paneles retroiluminados de tubos RGB, pega un salto de tres siglos hasta abrocharse mediante un techo retr¨¢ctil por secciones al caset¨®n abacial de la colegiata de San Miguel, donde el arquitecto y su familia sol¨ªan asomarse de peque?os a los tejados medievales de Ampudia y su castillo g¨®tico.

Esta servidumbre del hotel permanece casi intacta, como en los mejores d¨ªas del chantre que la habit¨®. La misma piedra, el mismo adobe, las labores artesanas de rejer¨ªa y una b¨®veda de seis metros de altura pintada al fresco con cierto regusto fallero, marca de la casa. Aqu¨ª siguen dando abrigo y cama fiel las habitaciones 203, 204, 207, 208, as¨ª como la suite 206. Tambi¨¦n los salones: el de la Cuadra, que atesora una colecci¨®n de viejos aperos; el de la Farmacia, con chimenea, y el del Patio.

Los dormitorios de nuevo cu?o representan un paso m¨¢s en la teor¨ªa de las emociones que hoy define a los hoteles con encanto. El Sotillo (211), cuya terraza pende sobre el nuevo spa. El Majuelo (212), amplia y minimalista. De los Conejos (214), con las mejores vistas al castillo. Y los d¨²plex 213, 215 y 217, repletos de aportaciones personales de Garc¨ªa Puertas, como los panes de oro estampados sobre las paredes, la escalera de chapa sobre el pavimento de hormig¨®n pulido, el ingenioso ca?o suspendido sobre los lavabos y un mueble bar de cazoleta giratoria.

Lo que no acaba de cuajar en el hotel desde sus inicios es la cocina, pese a la estrella Michelin que tiene en su haber el chef Joachim Koerper, ausente casi siempre en los fogones. Se salvan los desayunos, por sus honradas preparaciones, y la bodega.

El reci¨¦n inaugurado spa atrae todas las miradas hacia el flujo de agua en movimiento, la nube de vapor terap¨¦utica y el juego crom¨¢tico de los tubos RGB. Nada como aplicarse una envoltura Thalgobodytherm de algas marinas o someterse al chorro con cristales de mar, que envuelve la piel en un sutil velo dorado.10