Im¨¢genes que iluminan la m¨²sica
En coproducci¨®n con el Liceo de Barcelona, donde se podr¨¢ ver la pr¨®xima temporada, la ?pera Nacional de Par¨ªs ha presentado anteayer en el emblem¨¢tico Palais Garnier un programa doble que combina el ¨²nico t¨ªtulo para la escena de B¨¦la Bart¨®k, El castillo de Barba Azul, con el ciclo de 22 canciones de Diario de un desaparecido, de Leos Jan¨¢cek, estrenadas, respectivamente, en 1918 y 1921, en Budapest y Brno.
Las dos obras, que se ofrecen de un tir¨®n, tienen ciertas correspondencias tem¨¢ticas y no digamos musicales, generando est¨ªmulos en la misma ¨®rbita existencial. "Si para Goya", ha afirmado el escultor Jaume Plensa, "el sue?o de la raz¨®n produce monstruos, para Jan¨¢cek y Bart¨®k la b¨²squeda del amor y el poder como forma del conocimiento producen vac¨ªo y silencio".
El espectador queda atrapado desde el primer instante y vive la representaci¨®n ensimismado
Es la quinta vez que la terna compuesta por Alex Oll¨¦, Carlos Padrissa y Jaume Plensa (los dos primeros del grupo teatral de La Fura dels Baus) se enfrentan a un espect¨¢culo l¨ªrico, pero nunca lo hab¨ªan hecho con unos criterios tan marcados de austeridad. Ello no simboliza ninguna renuncia a sus principios. Al contrario, han sintetizado sus hallazgos ling¨¹¨ªsticos esenciales y, en un ejercicio de humildad que les honra, lo han puesto todo en funci¨®n del desarrollo de la m¨²sica y el canto. No hay escenograf¨ªas corp¨®reas y las im¨¢genes pl¨¢sticas vienen del simbolismo expresionista, los tules transparentes o las grabaciones visuales -el homenaje al cineasta B¨¦la Bal¨¢zs, autor del libreto de El castillo de Barba Azul, es evidente-, mientras el foco de inspiraci¨®n es el propio Palais Garnier, convertido en ut¨®pico castillo de Barba Azul, con sus alusiones a la c¨²pula, el foyer o las escaleras como espacios de encantamiento y evocaci¨®n.
El espect¨¢culo es sensacional desde el punto de vista creativo. La Fura dels Baus y Jaume Plensa realizan una depuraci¨®n de sus mejores hallazgos teatrales y est¨¦ticos hasta ahora, en una "aproximaci¨®n a un nuevo concepto de cultura", como dec¨ªa George Steiner precisamente en su libro de ensayos En el castillo de Barba Azul.
Los puntos de apoyo de La Fura dels Baus son el dominio apabullante del lenguaje corporal y la brillante e inteligente aplicaci¨®n de las t¨¦cnicas multimedia. El espectador queda atrapado desde el primer instante y vive la representaci¨®n ensimismado en los juegos de simetr¨ªas, multiplicidades, recuerdos y sugerencias. En la obra de Jan¨¢cek cantan Michael K?nig y Hannah Esther Minutillo. En la de Bart¨®k lo hacen Willard White y B¨¦atrice Ur¨ªa-Monz¨®n. La Orquesta de la ?pera de Par¨ªs es dirigida por Gustav Kuhn, que adem¨¢s se ha encargado de la orquestaci¨®n de las canciones de Leos Jan¨¢cek. Las notables prestaciones art¨ªsticas de todos ellos est¨¢n magnificadas por el hechizo de la puesta en escena. Y, al final, no nos enga?emos, las que salen catapultadas al m¨¢ximo son las m¨²sicas de Jan¨¢cek y Bart¨®k. Como debe ser.
El ¨¦xito fue realmente apote¨®sico. Salieron a saludar, en cualquier caso, con miedo los fureros -ya que llevan ya muchas broncas a sus espaldas- y se encontraron con un aluvi¨®n de bravos y aclamaciones durante largos minutos. Hasta sonaron las palmas por buler¨ªas "a la francesa", ese particular modo r¨ªtmico con el que aplauden en el pa¨ªs vecino en las m¨¢s grandes ocasiones. Colosal en su desnudez, la puesta en escena demuestra que no es necesario el esc¨¢ndalo para provocar el ¨¦xito, si hay talento y reflexi¨®n detr¨¢s de una propuesta art¨ªstica. En Barcelona se podr¨¢ ver este espect¨¢culo la pr¨®xima temporada. Les aconsejo que vayan haciendo sus reservas, por si acaso.
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