La transformaci¨®n de Las Nieves
El edificio que alberg¨® al antiguo psiqui¨¢trico y asilo de caridad de Vitoria cumple cien a?os
Hace un siglo, por estas fechas, centenares de obreros se afanaban en los ¨²ltimos detalles del que se iba a convertir en el mayor edificio de Vitoria desde que se levantara la catedral g¨®tica de Santa Mar¨ªa. El asilo de Las Nieves, obra de caridad de dos prohombres alaveses, Juan Cano y Aldama y el marqu¨¦s de Urquijo, se confirmaba como la herramienta asistencial de la Diputaci¨®n de ?lava en una capital que en aquel entonces era ciudad de curas, monjas y militares. El 4 de agosto de 1907, el rey Alfonso XIII inauguraba este gran complejo, convertido hoy en la biblioteca del campus de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
Vitoria era entonces una ciudad p¨ªa, con un Obispado poderoso que controlaba la vida de los ciudadanos hasta el l¨ªmite. As¨ª que no extra?a que la beata moral cat¨®lica recomendara la construcci¨®n de una ciudad paralela en la que acoger a los viejos, los pobres, los locos y los hu¨¦rfanos de la ciudad. El historiador Antonio Rivera recuerda los momentos de esplendor del asilo, hacia mediados del siglo XX, cuando lleg¨® a contar con un millar de internos. "La previsi¨®n alcanzaba que al menos uno de cada cien alaveses pod¨ªa coincidir en el centro por su condici¨®n de pobre, alienado, loco, desvalido, abandonado, ido, dejado, madre soltera, impedido o exp¨®sito y sin recursos". Y no se crea que los internos pobres se avergonzaban de su suerte: hab¨ªa hasta lista de espera para acceder a Las Nieves.
Cada dos a?os se repasaba la situaci¨®n en la que se encontraba cada cual. A los que se alojaban en el asilo, se les facilitaba ropa, comida y cama, adem¨¢s de posibilidad de aseo y un puesto de trabajo. Los salarios iban a un dep¨®sito de ahorro que, a la salida, se les entregaba. Y aquellos que se encontraban en buenas condiciones pod¨ªan pasear por el exterior e incluso visitar a sus familiares.
Eso s¨ª, el reglamento era estricto. Aurora Herrera y Marixa Larreina lo recogen en un libro de pr¨®xima publicaci¨®n. "Ten¨ªan la obligaci¨®n de cumplir los deberes del buen cat¨®lico y una larga lista de prohibiciones: palabras y conversaciones irreligiosas, inmorales y deshonestas y escandalosas; rater¨ªas y hurtos, juegos il¨ªcitos y abuso de bebidas alcoh¨®licas, la tenencia de armas y cualquier acci¨®n u omisi¨®n que contraviniera las disposiciones de sus superiores".
Los "alienados", as¨ª se les llamaba, resid¨ªan aparte, divididos en furiosos, agitados y tranquilos. Y las razones por las que ingresaban eran m¨²ltiples. Adem¨¢s de los casos agudos, tambi¨¦n llegaban muchos enfermos que hoy reciben atenci¨®n externa. E incluso un grupo de brigadistas internaciones que estuvo en el campo de concentraci¨®n de Nanclares de la Oca. El ¨²ltimo de ellos con vida fue un polaco que no sab¨ªa hablar espa?ol y que se encerr¨® durante m¨¢s de 40 a?os en un mutismo absoluto, como recuerdan trabajadores del actual Hospital Psiqui¨¢trico de Vitoria.
Este centro ejerce hoy como heredero de Las Nieves, en cuyas dependencias se mantuvo hasta 1994. Pero la psiquiatr¨ªa actual poco tiene que ver con la que durante decenios se practic¨® en algunas zonas de Las Nieves. Porque era m¨¢s que un manicomio, como refleja la exposici¨®n que se puede visitar hasta el 31 de enero en la sala Am¨¢rica. Ah¨ª se puede ver c¨®mo las monjas de las Hijas de la Caridad, con sus tocas de amplio vuelo, atend¨ªan a los reci¨¦n nacidos que madres solteras dejaban en el torno del asilo; o a severos capataces que ordenaban el trabajo de la imprenta provincial, uno de los varios talleres que alojaba el edificio.
Los internos estaban separados en pabellones de hombres y mujeres. Las terapias para los alienados, hasta los a?os sesenta, en que aparecieron los primeros f¨¢rmacos, no pasaban del electrochoque, la lobotom¨ªa y, para los m¨¢s tranquilos, la laborterapia.
Con la llegada de la democracia, al rebufo de las nuevas pr¨¢cticas psiqui¨¢tricas, con abundante presencia de f¨¢rmacos, y tambi¨¦n de las teor¨ªas de lo que se da en llamar la "antipsiquiatr¨ªa", comienza a cambiar el asilo de Las Nieves. A partir de 1977 con el Plan de Reestructuraci¨®n Psiqui¨¢trica Provincial, "se producen grandes cambios en el sistema establecido y se pone el punto de mira en la atenci¨®n psiqui¨¢trica en la comunidad" recuerdan Herrera y Larreina en su monograf¨ªa.
En el antiguo manicomio se comenzaron a aplicar algunas de las terapias hoy dominantes, como las intervenciones psicoterap¨¦uticas individuales, familiares y grupales. Se trataba de buscar el regreso del paciente a su entorno, con numerosas actividades de rehabilitaci¨®n. Despu¨¦s de tantos cambios internos, queda el reconocimiento de la sociedad para con estos enfermos. "Hoy, el Hospital Psiqui¨¢trico de ?lava nada tiene que ver con aquel asilo de Las Nieves que acog¨ªa a los marginados de ?lava", dice uno de sus responsables.
Actos contra las barreras
Con motivo del centenario de Las Nieves, la direcci¨®n del Hospital Psiqui¨¢trico ha organizado un amplio programa de actos, que durante los primeros ocho meses de 2007 tratar¨¢n de acercar a los ciudadanos la realidad de los enfermos mentales, al mismo tiempo que buscan ampliar las actividades de ¨¦stos. Ciclos de cine-f¨®rum, exposiciones de arte, concursos de relato, mesas redonda con las que se recuerdan los cien a?os del asilo, pero tambi¨¦n una realidad que todav¨ªa no se ha asumido por la sociedad en general. Se trata de superar este tab¨², de romper barreras, entre estos enfermos y el resto de la sociedad, apunta Javier Girbau, miembro del comit¨¦ organizador.
El Curso de Actualizaci¨®n en Psiquiatr¨ªa, que dirige el doctor Miguel Guti¨¦rrez y que se desarrollar¨¢ durante el mes de marzo, tambi¨¦n incluir¨¢ un apartado dedicado a recordar la labor del sanatorio de Las Nieves.
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