La zanja digital
Var¨®n, de entre 15 y 34 a?os, con estudios superiores, con trabajo y residente en una capital de provincia. ?ste es el perfil, cada vez m¨¢s marcado, del internauta espa?ol. Aunque el n¨²mero de internautas crece en Espa?a en todos los ¨¢mbitos sociales -ya superan los 10 millones-, lo est¨¢ haciendo a mayor velocidad entre hombres j¨®venes con alta preparaci¨®n acad¨¦mica y residentes en municipios de m¨¢s de 100.000 habitantes, lo que est¨¢ agrandando la brecha digital. Es decir, la diferencia que separa a quienes pueden acceder a la mara?a de contenidos y servicios que ofrece la sociedad de la informaci¨®n y quienes no pueden hacerlo, principalmente jubilados, amas de casa, parados, inmigrantes y habitantes de zonas rurales.
Es un problema muy grave, m¨¢s a¨²n si se considera el acceso a Internet de calidad y por alta velocidad: hay 4,5 millones de espa?oles, que residen en 2.534 municipios, que no disfrutan de acceso a Internet de banda ancha y que, por tanto, tienen conexiones deficientes y que, adem¨¢s, son m¨¢s caras para ellos que las que se pagan en una gran ciudad. Las operadoras aducen que el coste del despliegue que deben hacer es excesivo para la demanda existente en las zonas rurales, de donde huyen sus habitantes j¨®venes, entre otras cosas, por las dificultades para teletrabajar, chatear o realizar gestiones con su banco o ayuntamiento.
El Gobierno central y las comunidades aut¨®nomas han puesto en marcha varios planes para acabar con la brecha digital, como la implantaci¨®n de telecentros p¨²blicos en las zonas rurales. S¨®lo son parches para un problema de mayor envergadura. No se puede obligar a las operadoras a extender redes donde no hay clientes, pero s¨ª se les puede exigir, tanto a ellas como a la Comisi¨®n del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), que no torpedeen las iniciativas de ayuntamientos que, ante la falta de inter¨¦s privado, intentan ofrecer servicio p¨²blico de acceso a Internet a sus ciudadanos. El Gobierno deber¨ªa aprovechar la Ley de Medidas de Impulso de la Sociedad de la Informaci¨®n en tramitaci¨®n, para extender la consideraci¨®n de servicio universal (al que todo ciudadano tiene derecho) a la banda ancha, como ya ocurre con la telefon¨ªa.
Es el momento de concretar iniciativas para que la brecha digital no se convierta en una zanja insuperable. Recuperar el retraso exige asumir la extensi¨®n de la sociedad de la informaci¨®n como la principal prioridad en todos los niveles de la administraci¨®n. Sin la extensi¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas, no aumentar¨¢ la productividad; y sin crecimiento de la productividad, no est¨¢ garantizado el de la renta por habitante a largo plazo. La productividad espa?ola apenas crece desde hace m¨¢s de diez a?os; en realidad, lo hace menos que en ninguna de las econom¨ªas de la OCDE.
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