Scotland Yard pone a Blair en la cuerda floja
La polic¨ªa brit¨¢nica interroga de nuevo al primer ministro como testigo por la venta de distinciones
El final de la carrera pol¨ªtica de Tony Blair puede llegar en cualquier momento despu¨¦s de que ayer se supiera que hace una semana fue interrogado por segunda vez por la polic¨ªa en el marco de la investigaci¨®n de presunta corrupci¨®n en las finanzas del Partido Laborista. Blair fue interrogado el viernes 26 de enero durante 45 minutos como testigo en el 10 de Downing Street. Pero la noticia se mantuvo en secreto a petici¨®n de Scotland Yard. El primer ministro ya hab¨ªa sido interrogado el 14 de diciembre. Fue el primer interrogatorio policial al que es sometido un primer ministro brit¨¢nico en ejercicio. Pese a los esfuerzos de Downing Street por enmarcar el interrogatorio en la investigaci¨®n judicial, el futuro pol¨ªtico de Blair parece muy comprometido.
La autoridad del primer ministro, que tras las vacaciones del verano anunci¨® que dejar¨ªa el cargo en un plazo m¨¢ximo de un a?o, se desvanece por momentos. No s¨®lo el hecho de que haya sido interrrogado por segunda vez, sino las derivaciones que empieza a tomar el caso, pueden acelerar de manera dram¨¢tica esa p¨¦rdida de autoridad.
El principal meollo pol¨ªtico de la investigaci¨®n no es ya si el primer ministro o sus colaboradores han quebrantado la ley que castiga la venta de distinciones como el t¨ªtulo de lord. Tampoco la posibilidad de que el Partido Laborista haya violado la ley de financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos. La polic¨ªa investiga ahora si alguien ha obstruido sus investigaciones, un delito pol¨ªticamente imperdonable y que penalmente acarrea serias penas de c¨¢rcel.
La investigaci¨®n, que empez¨® hace 10 meses a instancias de un diputado nacionalista escoc¨¦s, Angus MacNeil, dio un giro espectacular el 19 de enero, cuando la polic¨ªa interrog¨® bajo arresto a una colaboradora cercana de Blair, Ruth Turner, bajo la sospecha de que pod¨ªa haber cometido un delito de obstrucci¨®n de la justicia. Desde entonces, la prensa brit¨¢nica est¨¢ llena de rumores, como la supuesta existencia de un sistema inform¨¢tico paralelo por el que se habr¨ªan canalizado las comunicaciones sobre temas delicados, como ¨¦ste. Downing Street ha desmentido rotundamente la existencia de ese sistema interno paralelo y la prensa sospecha que no s¨®lo existe, sino que se ha ocultado a la polic¨ªa y se ha destruido el material comprometedor que ha circulado por ¨¦l. El diario The Sunday Telegraph aseguraba el domingo que la polic¨ªa tiene un documento manuscrito de Blair sobre la venta de distinciones.
Downing Street asegur¨® ayer que es la polic¨ªa la que ha impuesto un bloqueo informativo sobre el segundo interrogatorio a Tony Blair. Seg¨²n el portavoz oficial del primer ministro, Scotland Yard pidi¨® que no se divulgara la noticia "por razones operativas" y la oficina de prensa del primer ministro no supo nada hasta el pasado jueves, cuando la polic¨ªa levant¨® las restricciones. A la entrevista asistieron Tony Blair, un funcionario encargado de tomar notas y varios polic¨ªas. En una breve nota, Scotland Yard explic¨® que hab¨ªa interrogado "brevemente" al primer ministro como testigo "para clarificar algunos aspectos".
El bloqueo informativo no es s¨®lo significativo en s¨ª mismo sino por el hecho de que el martes, despu¨¦s del interrogatorio a Blair, fue interrogado de nuevo el principal sospechoso del caso, lord Levy. Interrogado ya en julio bajo arresto, Levy volvi¨® a declarar y, al igual que Ruth Turner, como sospechoso de haber cometido un delito de obstrucci¨®n de la justicia. Parece que Scotland Yard no quer¨ªa que Levy supiera que hab¨ªa hablado de nuevo con el primer ministro.
El interrogatorio de ayer y la inesperada longevidad informativa del caso suponen un serio contratiempo para el primer ministro. Se espera que la polic¨ªa llegue en unas semanas a presentar sus conclusiones a la fiscal¨ªa, que deber¨¢ decidir sobre una eventual petici¨®n de procesamiento. Los analistas creen que Tony Blair no tendr¨¢ m¨¢s opci¨®n que dimitir de inmediato no ya si es procesado ¨¦l, sino si es procesado alguno de sus colaboradores. En circunstancias normales quiz¨¢s no fuera as¨ª, pero la debilidad de Blair es ya hoy casi insostenible. El l¨ªder de la oposici¨®n, David Cameron, le pidi¨® el mi¨¦rcoles que dimitiera "por el bien de la naci¨®n" y los tories reiteraron ayer esas peticiones.
Elecciones en mayo
Para los laboristas ser¨ªa un desastre que Tony Blair tuviera que marcharse justo ahora, a s¨®lo tres meses vista de las elecciones locales y regionales de mayo y forzado por un esc¨¢ndalo judicial. Para Blair tendr¨ªa la paradoja de evitar que su principal legado fuera la guerra de Irak.
Varios ministros de Blair han salido estos d¨ªas en su defensa, aunque con poco entusiasmo. El canciller del Exchequer y m¨¢s que seguro sucesor de Blair, Gordon Brown, rompi¨® el pasado mi¨¦rcoles su habitual silencio en tiempos de crisis para intentar calmar el ambiente. Preguntado por la BBC sobre si cre¨ªa que el caso hab¨ªa sido encubierto, dijo: "Hay que esperar a los hechos factuales. Cuando la gente conozca todos los hechos quedar¨¢ satisfecha con las explicaciones".
El responsable de relaciones con el Parlamento y ex ministro de Exteriores, Jack Straw, defendi¨® tambi¨¦n ayer a Downing Street, a la que eximi¨® de cualquier intento de ocultar informaci¨®n. Y la actual jefa del Foreign Office, Margaret Becket, reiter¨® que la decisi¨®n sobre la fecha de la marcha de Blair "es algo que sigue correspondi¨¦ndole a ¨¦l decidir".
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