Una (est¨¦tica) huella alemana
Con La ofensa, una novela corta y barroca, Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n ha salido del ¨¢mbito asturiano para contar el viaje de un sastre hacia las ra¨ªces del mal en la II Guerra Mundial.
LA OFENSA
Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n
Seix Barral. Barcelona, 2007
144 p¨¢ginas. 17,50 euros
?Demasiado "est¨¢tica" o demasiado "est¨¦tica"? Pues bien, quiz¨¢ las dos a la vez, seg¨²n corresponde a la "¨¦tica" literaria de Ricardo Mart¨ªnez Salm¨®n (Gij¨®n, 1971), de cuyo descubrimiento a escala nacional fui m¨¢s o menos responsable, a trav¨¦s de una cr¨ªtica que publiqu¨¦ en estas mismas p¨¢ginas hace poco m¨¢s de un a?o, a uno de sus libros de relatos, Los caballos azules, sorprendente y desigual, pero que me caus¨® una fuerte impresi¨®n, sobre todo por la calidad de su escritura. En aquella cr¨ªtica me quejaba de la ausencia de informaci¨®n que pude recoger sobre un autor muy importante bastante circunscrita al ¨¢mbito asturiano y recogida sobre todo de las solapas de algunos libros que pude conseguir, pero ello se ha corregido ya, pues abundan hoy las entradas en Google, que ya ascienden a m¨¢s de cinco mil a estas alturas, y que me han enviado adem¨¢s en un dosier especial que ya he consultado, con la aparici¨®n de este libro, el primero con el que el autor da el salto a una editora nacional, pasa el rubic¨®n al ¨¢mbito "nacional" que ya deber¨¢ ser el suyo propio por la calidad de su escritura para siempre.
Ha sido un buen salto, que parece haber extra¨ªdo al gran escritor que ya era el nuestro, de su ¨¢mbito exclusivamente regional en el que permanec¨ªa -aunque fuera tan rico como el asturiano- donde ya ha publicado sus cuatro novelas anteriores (La filosof¨ªa en invierno, 1999; Pan¨®ptico, 2001; Los arrebatados, 2003; La noche feroz, 2006), dos libros de relatos como Los despose¨ªdo, 1997, y Los caballos azules, 2005, m¨¢s una obra de teatro, Las apolog¨ªas de S¨®crates, 1999, dos libros de poemas y algunas obras menores para p¨²blico infantil y numerosos cuentos diversamente galardonados. Pero ha sido su sexta novela, La ofensa, la que le ha sacado del ¨¢mbito provincial, lanz¨¢ndole a trav¨¦s de Seix Barral al gran mercado nacional, donde no aparece nada inerme desde luego. Pues las reacciones no se han hecho esperar, y la primera ha sido la del buen cr¨ªtico Pozuelo Yvancos, quien desde las p¨¢ginas de Abc se ha mostrado bien impresionado.
Pero vayamos por partes: no
considero buen referente la relaci¨®n de esta obra con la famosa obra p¨®stuma de Irene Nemirovski Suite francesa de gran ¨¦xito en Francia por su simple referencia al ¨¢mbito de la Segunda Guerra Mundial, porque la una es un libro de recuerdos y la del asturiano otra perfectamente fant¨¢stica y hasta simbolista. M¨¢s certeras me parecen las referencias a Conrad y a Kafka, sobre todo en la c¨¦lebre par¨¢bola del Apocalipsis y el Horror, aparte del nombre del protagonista, "Kurt", en El coraz¨®n de las tinieblas, que es tambi¨¦n el de La ofensa, pero esto es todo. Algo m¨¢s tiene que ver el "ox¨ªmoron" que rebaja la Segunda Gran Guerra a una simple ofensa, como lo hace tambi¨¦n el ¨²ltimo premio Goncourt y de la Academia Francesa -de pr¨®xima aparici¨®n entre nosotros- que llama "ben¨¦volos" a los que son sencillamente torturadores y se queda tan tranquilo. La sombra de la Segunda Guerra Mundial es desde luego muy alargada, aunque no en la bibliograf¨ªa espa?ola. Y despu¨¦s, se ha unido sin nada m¨¢s relevante Ricardo Senabre en El Cultural de El Mundo. Como se ve, Seix Barral y Men¨¦ndez Salm¨®n han conseguido ya su objetivo, a lo que me uno de verdad.
La ofensa es una novela corta y deslumbrante, llevada de mano r¨¢pida por un estilo extraordinario, barroco y preciso, que encierra una f¨¢bula universal y fulgurante, aunque quiz¨¢ m¨¢s est¨¢tico de lo debido, pues el contenido prevalece sobre la excesiva forma. Un joven sastre y organista alem¨¢n, Kurt Cr¨¹well, pierde a su amada Rachel que es jud¨ªa, cuando empieza la Segunda Guerra Mundial. La huella centroalemana es permanente en la obra de Men¨¦ndez Salm¨®n, en muchos de sus cuentos y novelas anteriores, como ya dije el a?o pasado, lo que conviene muy bien a su fantas¨ªa y tendencia al simbolismo, y la primera "ofensa", seg¨²n Brodkey, es la de la realidad frente a lo fant¨¢stico. Enrolado en el ej¨¦rcito "nazi", Kurt es testigo de un primer holocausto que le lleva a enfermar de un mal extra?o, que su psiquiatra denomina "la met¨¢fora", que consiste en que su cuerpo se separa de su personalidad, que est¨¢ muy bien descrito en el cap¨ªtulo XIII de la primera parte de La bestia rubia. En la segunda, Una educaci¨®n sentimental, aunque el sastre intenta recuperar su sensibilidad a trav¨¦s de un amor imposible y de la m¨²sica, acaba por recobrar la identidad en la tercera, Una l¨¢grima contiene un mundo, suplantando a su psiquiatra, Lasalle, fallecido tambi¨¦n, ya en Londres, en una extra?a fantas¨ªa, exiliado, como una especie de "ballet" que acabar¨¢ con su muerte, cuando su antiguo jefe "nazi" se inclina para sorberle una l¨¢grima y le succiona el ojo, pues no es posible que el mundo sea contenido tan s¨®lo en una l¨¢grima peque?a, requiere todo el ojo y toda su enorme tragedia. Senabre no ha apreciado este final sorprendente, pero tanto da, pues es un factor simbolista, que enriquece esta tr¨¢gica y terrible fantas¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.