"So?aba cada noche con el cabo"
Un guardia civil raso explica su vida en una casa cuartel de pueblo bajo un r¨¦gimen militar que considera abusivo

En la reja de la ventana de la casa cuartel hay atado un espejo retrovisor de cami¨®n. Sirve para que los guardias que trabajan dentro vean qui¨¦n se acerca.
-As¨ª saben si se aproxima un delincuente, ?no?
-As¨ª vemos si se acercan los mandos y tenemos tiempo de colocarnos la gorra y la chaqueta correctamente y evitar sanciones. Aqu¨ª tenemos m¨¢s miedo a los mandos que a los delincuentes.
El que habla es un guardia civil raso, de 36 a?os, destinado en un pueblo de Guadalajara de m¨¢s de 2.500 habitantes, con m¨¢s de 15 a?os de servicio a sus espaldas. Hace dos semanas estuvo en la manifestaci¨®n de la Plaza Mayor madrile?a, vestido de uniforme, junto con otros 3.000 compa?eros, para reclamar la desmilitarizaci¨®n del cuerpo. A pesar de eso, no se atreve a dar la cara en la foto ni a que se publique su nombre verdadero: "Ponga Carlos. No tanto por m¨ª como por mi mujer: lleva ya muchos disgustos". El anonimato, a su juicio, est¨¢ m¨¢s que justificado despu¨¦s de que el viernes el Ministerio del Interior expedientara a otros 16 guardias civiles de los que participaron en la protesta. Con ¨¦stos son ya 18 los agentes sancionados.
Carlos es guardia raso. Cobra 1.300 euros al mes, de los que 150 corresponden a que desempe?a el puesto "de comandante de puesto accidental", una suerte de encargado-para-todo de la casa cuartel. "El sargento est¨¢ de baja psicol¨®gica y me toca a m¨ª estar todo el d¨ªa con el m¨®vil en el bolsillo, 24 horas al d¨ªa los 365 d¨ªas al a?o".
Tambi¨¦n Carlos ha estado de baja psicol¨®gica. Como tantos otros. En los ¨²ltimos 10 a?os, se han producido 17.000 en la Guardia Civil, una instituci¨®n que cuenta con 70.000 agentes. "Me dio por la tensi¨®n que sufr¨ªa, por la vida imposible que me daba un cabo que ya no est¨¢, por el miedo que sent¨ªa hacia ¨¦l, empez¨® a dolerme el pecho, a no dormir, so?aba todas las noches con este cabo, el cual me pon¨ªa turnos de vigilancia de modo que estaba tres d¨ªas casi sin dormir y sin ver a mi familia".
Carlos se acelera al relatar las, a su juicio, injusticias que sufre por el hecho de ser guardia civil. "Hace un mes estuve 24 horas sin dormir por quedarme con un detenido. Me pareci¨® bien. Es mi trabajo. Un mando me felicit¨®. Y yo, orgulloso. Una semana despu¨¦s, ese mismo mando me ve en la habitaci¨®n en la que atendemos al p¨²blico y nota que me falta el bot¨®n del medio de la guerrera. Pues me curs¨® una reprensi¨®n por escrito por falta de uniforme. ?El mismo que me hab¨ªa felicitado! y esa represi¨®n es una sanci¨®n leve que me impide, por un tiempo, hacer cursos, por ejemplo".
Y a?ade: "Es verdad que me faltaba un bot¨®n, pero tambi¨¦n lo es que tuve el mismo jersey durante 12 a?os, que nunca me dieron otro, que s¨®lo tengo un uniforme de bonito, dos de patrulla y uno de verano. Y que las botas para patrullar por el campo las hemos tenido que comprar nosotros porque con las que ten¨ªamos nos mor¨ªamos de fr¨ªo, y que cualquier d¨ªa un mando atravesado dice que no son las reglamentarias y nos las quita". Y a?ade: "S¨®lo hay un chaleco antibalas para todos y nadie lo ha lavado ni desinfectado en 15 a?os porque no hay sustituto".
El Gobierno ya ha aprobado un anteproyecto de ley que reformar¨¢ el r¨¦gimen disciplinario de la Guardia Civil. A pesar de esto, los agentes que se manifestaron el 21 de enero en Madrid se sienten "enga?ados" debido a que este reglamento no entrar¨¢ en vigor antes de que termine la actual legislatura, tal y como, aseguran, les prometi¨® el PSOE.
En el cuartel en el que trabaja Carlos hay una docena de agentes. Las armas se guardan en un armario sin llave, protegidas, cada una, con un candadito del tama?o de una chapa de cerveza. "Si yo fuera a casa de un cazador y me mostrara un armero con tan pocas medidas de seguridad, deber¨ªa ponerle una multa. Aqu¨ª no nos roban las metralletas porque Dios no quiere", se lamenta Carlos.
Muestra la casa cuartel, que tiene grietas y una caldera tan nueva como inservible: "Cuando por fin se decidieron a darnos permiso para el gasoil llevaba tantos a?os sin uso que se estrope¨®", explica.
"Hace meses todo era incluso peor, dado que el mando superior ahora es m¨¢s abierto que el que hab¨ªa antes. Pero esto puede cambiar ma?ana. Aqu¨ª, al no haber sindicatos, no podemos protestar, o s¨®lo por el conducto reglamentario, lo que no sirve. Estamos a merced del humor o de la actitud de los mandos, y eso repercute hasta en el sueldo, cosa que no ocurre en la polic¨ªa".
A pesar de todo, al cerrar la puerta del cuartel, Carlos confiesa que se siente orgulloso de su profesi¨®n: "La ¨²nica satisfacci¨®n es el escuchar a la gente cuando acude aqu¨ª con sus mil problemas, eso es lo que nos mantiene a nosotros".

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
