Lo que ansiamos saber
Dec¨ªa el afamado jugador de b¨¦isbol norteamericano Yogi Berra que "hacer predicciones es muy complicado; y m¨¢s sobre el futuro".
Las predicciones en general, y sobre el crecimiento econ¨®mico en particular, suelen ser de lo m¨¢s escurridizas. Para 2007, la madre de todas las predicciones es, como en tantas otras ocasiones, adivinar qu¨¦ es lo que va a suceder con la econom¨ªa norteamericana; un debate que se repite por en¨¦sima vez a lo largo de los ¨²ltimos cuarenta a?os en casi los mismos t¨¦rminos: ?ser¨¢ capaz de protagonizar un aterrizaje suave? En la mayor¨ªa de las ocasiones en que este debate se ha planteado, el aterrizaje suave s¨®lo ha resultado ser lo que los anglosajones llaman "wishful thinking", y que podr¨ªamos traducir como "pensamiento desiderativo".
Cuando Clinton ganaba las elecciones, en un ambiente de recesi¨®n, la econom¨ªa llevaba creciendo desde hac¨ªa m¨¢s de a?o y medio
Para hacerse una idea de lo poco y mal que se pueden detectar las recesiones por adelantado (es decir, que en realidad no se pueden predecir en absoluto) sirvan unos ejemplos.
Tras el atentado terrorista contra las Torres Gemelas en septiembre de 2001, el mundo entero dio por hecho que la econom¨ªa norteamericana (por no hablar de la mundial) entrar¨ªa en recesi¨®n. La realidad, en cambio, dif¨ªcilmente pod¨ªa ser m¨¢s diferente: a la econom¨ªa de EE UU s¨®lo le faltaba un mes y medio para salir de la recesi¨®n en la que llevaba ya sumida desde marzo de ese mismo a?o.
Si es caso, los atentados contribuyeron a que el crecimiento fuera bastante an¨¦mico durante los dos a?os siguientes, sin que sepamos qu¨¦ hubiera sucedido con la econom¨ªa en ausencia de atentados.
Algo parecido sucedi¨® con la recesi¨®n anterior a ¨¦sa, la que en buena medida parece que contribuy¨® a que George Bush perdiera las elecciones frente a Bill Clinton y su conocido lema "?Es la econom¨ªa, est¨²pido!".
Pues bien, para cuando Clinton ganaba las elecciones, noviembre de 1992, en un ambiente que se juzgaba casi un¨¢nimemente como de recesi¨®n o estancamiento econ¨®mico, la econom¨ªa norteamericana llevaba en realidad creciendo desde hac¨ªa m¨¢s de un a?o y medio. La mala suerte que tuvo el que pas¨® a ser ex presidente Bush fue que el organismo que en su pa¨ªs pone la fecha oficial al final de las recesiones no lo hizo en aquella ocasi¨®n hasta un mes despu¨¦s de su derrota. Y la fij¨® en marzo de 1991.
Lo cierto es que ahora los datos de la econom¨ªa de EE UU apuntan a una desaceleraci¨®n del crecimiento, motivada sobre todo por el mal comportamiento del sector inmobiliario a lo largo de los ¨²ltimos 15 meses. Algo que no llevar¨¢ necesariamente a una recesi¨®n, pero que pone en guardia a todo el mundo.
A la hora de tranquilizarse, se suele mirar al Reino Unido, donde una desaceleraci¨®n de ese sector hace dos a?os tuvo s¨®lo un car¨¢cter transitorio que no lleg¨® a provocar problemas de importancia.
Para intentar, si no adivinar, al menos acotar en qu¨¦ terreno se est¨¢ moviendo ahora mismo la econom¨ªa de EE UU conviene recordar algunos datos.
Desde la Segunda Guerra Mundial, los periodos de expansi¨®n econ¨®mica (excluyendo ¨¦ste) han tenido una duraci¨®n media de 57 meses. El ciclo expansivo actual se inici¨® en noviembre de 2001, por lo que ha cumplido los 62 meses y ha salido ya de cuentas. Sin embargo, hay que recordar que alguna de las expansiones econ¨®micas de los ¨²ltimos 50 a?os ha sido inusualmente larga (de hasta 120 meses de duraci¨®n, en uno de los casos, lo que representa casi el doble de la actual), por lo que el verdadero debate se centra en adivinar si estamos ante un debilitamiento propio de mediados de un ciclo largo (como sucedi¨® en 1985 y 1995) o si se acerca el final de un ciclo expansivo que tiene a su favor el que los mercados financieros est¨¢n rebosando liquidez, y en contra, el que el precio del petr¨®leo se haya multiplicado por tres.
Decantarse por una de las dos alternativas tiene mucho m¨¢s que ver con sesgos y expectativas econ¨®micas personales que con un an¨¢lisis riguroso que, por otra parte, a¨²n tiene lo que ser¨ªan unas buenas herramientas muy lejos de su alcance.
Juan Ignacio Crespo pertenece al Cuerpo Superior de Estad¨ªsticos de Estado.
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