Una cuesti¨®n de gustos
Estos d¨ªas he tenido ocasi¨®n de ver, por lo digital y por curiosidad, el programa de Canal Sur La buena gente. Lo echan por la tarde y va de tres viejetes -en el sentido amplio: hab¨ªa uno de 44 que aparentaba 66- que cuentan sus cosas y buscan amigos con quienes compartir en privado esos cuentos, an¨¦cdotas y lo que surja. No est¨¢ mal el programa, los invitados son muy simp¨¢ticos. Lo ¨²nico malo para mi gusto es Alicia Senovilla, qu¨¦ le voy a hacer. No me resulta agradable su cara y su voz hasta me chirr¨ªa. Su curr¨ªculo tampoco me convence pero reconozco que es una man¨ªa personal, una opini¨®n que poco importa porque a esa hora tengo m¨¢s cosas que hacer que ver la tele. Me imagino que si est¨¢ ah¨ª es por algo: porque le gusta a la audiencia que s¨ª la ve, o sea, hace bien su trabajo. Y aunque s¨¦ de m¨¢s gente que comparte mi opini¨®n, desconozco si alguien en Andaluc¨ªa se ha indignado p¨²blicamente porque en la televisi¨®n de la Junta gobernada por el PSOE hayan puesto a una se?ora que no gusta a todo el mundo a presentar ese programa de gente mayor.
Pero debe ser cierto eso de que hay cosas que s¨®lo pasan aqu¨ª. En efecto, La buena gente es el formato original del programa que va a estrenar la TVG para sus tardes, presentado por Superpi?eiro. Se titular¨¢ Acomp¨¢?anos y, por lo que ha transcendido a los medios, ser¨¢ muy parecido a su hermano andaluz. No conozco en persona a Pi?eiro y como espectadora tampoco es que me cautive, pero vista su trayectoria no tengo grandes razones para dudar que har¨¢ bien su trabajo. Si a mis padres, que s¨ª est¨¢n por la tarde viendo la televisi¨®n, les gusta, yo ya puedo decir misa, que ellos no cambiar¨¢n de canal. Tampoco a m¨ª, que soy adulta como ellos, me gusta que me digan lo que tengo o no que ver, me basta el mando para decidirlo por m¨ª misma.
Y a mis viejos, qu¨¦ pasa, les gusta Superpi?eiro. Son dos se?ores de 70 a?os que viven en la ciudad y cuando votaron nunca votaron al PP, aunque esto tampoco los hace m¨¢s listos que los dem¨¢s. Les gusta la Gallega (sic) y la ven la mayor parte del tiempo porque es la televisi¨®n que habla su idioma. Supongo que un programa en el que hable gente de su edad les gustar¨¢ al margen de qui¨¦n lo conduzca. Pero cuando un presentador se les hace soso o aburrido, o por lo que sea les cae mal, eso tambi¨¦n se nota. Seducir al p¨²blico no es f¨¢cil, y ese don se llama carisma. Admitamos que no todo el mundo lo tiene y que Superpi?eiro, s¨ª. Desde ese punto de vista, cabe poca discusi¨®n. S¨®lo plantearse si, de hecho, no hay nadie mejor. Si no tenemos una buena cantera de presentadores ni caras nuevas para cubrir todas las franjas de audiencia, al menos para el d¨ªa en que Superpi?eiro no est¨¦. O si no se podr¨ªa haber desarrollado un formato propio, o copiarlo de otro sitio. Si la televisi¨®n no deber¨ªa arriesgar un poco m¨¢s en lugar de ir a lo casi seguro, aunque jugarse la audiencia mayoritaria en los tiempos que corren es un lujo que pocas cadenas se pueden permitir.
El resto de opiniones o¨ªdas y le¨ªdas por ah¨ª tienen que ver con resquemores pol¨ªticos anteriores, con resquemores pol¨ªticos actuales y con el puro gusto personal de gente que no ve la TVG a las cinco de la tarde. Preguntando a unos y a otros, no he encontrado ning¨²n argumento que me convenza de lo nocivo que es Superpi?eiro para mis padres ni para el resto de jubilados gallegos, por si tengo que llamar a casa y ponerlos en alerta. Algunos acaso prefieren que sigan viendo El diario de Patricia, como hasta ahora. El reto de Pi?eiro y del resto del equipo encargado de hacer el programa es conseguir que la audiencia de la tarde regrese a la Gallega (sic) y que se interese por las historias de la gente de aqu¨ª m¨¢s que por las del extrarradio madrile?o. Si no lo consiguen volvemos a tener un problema, pues entretener a la audiencia que no tiene otras pantallas, reflejar lo m¨¢s pr¨®ximo y proyectar nuestro idioma en todos los sectores de la poblaci¨®n son las razones de ser que le quedan a la televisi¨®n p¨²blica generalista en la actualidad. Eso si queremos que alguien la vea. Alternativas, cr¨¦anme, empieza a haber de sobra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.