Afganist¨¢n divide a los pa¨ªses de la OTAN
La falta de acuerdo para enviar 4.000 nuevos soldados dificulta los planes de ataque a los talibanes
La OTAN est¨¢ dispuesta a convertir 2007 en un punto de inflexi¨®n en la historia de Afganist¨¢n, el a?o en que la comunidad internacional va a aplicarse a fondo para derrotar a los talibanes y crear las condiciones para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs. Al menos es lo que ayer se dijeron los 26 ministros de Defensa aliados, acompa?ados tambi¨¦n por el afgano, durante la reuni¨®n informal en Sevilla, pero los buenos prop¨®sitos p¨²blicos no fueron acompa?ados de ofertas concretas. En Sevilla se hizo patente la diferencia de sensibilidades. EE UU, adalid del activismo inmediato, encontr¨® una cort¨¦s pero fr¨ªa acogida a sus planes de acci¨®n. El nuevo jefe supremo militar de la OTAN, John Craddock, indic¨® que faltan 4.000 nuevos soldados para completar el despliegue.
La OTAN tiene m¨¢s de 35.000 soldados sobre el terreno y espera contar con otros 2.000
"Somos liberadores, no ocupantes", declar¨® el ministro alem¨¢n de Defensa
La cita sevillana ofreci¨® la vertiente militar complementaria de la pol¨ªtica vista hace dos semanas en la reuni¨®n de ministros de Exteriores en Bruselas. All¨ª fue donde la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, areng¨® a sus colegas a tomar decididamente la iniciativa en Afganist¨¢n esta primavera. ?sa es la consigna en que se abund¨® ayer y en la que se va a insistir a lo largo del a?o. La idea gr¨¢fica es convertir la anunciada ofensiva talib¨¢n contra las fuerzas aliadas que sigue al deshielo en una arrolladora ofensiva contra los islamistas por parte de la ISAF, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, comandada por la OTAN.
"2007 va a ver c¨®mo toda la comunidad internacional incrementa su apoyo al pueblo afgano", pronostic¨® ayer el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, en su intervenci¨®n inicial ante los ministros. "Se ofrecer¨¢ y gastar¨¢ m¨¢s dinero en reconstrucci¨®n y desarrollo. Se dedicar¨¢ m¨¢s personal y dinero a la preparaci¨®n. Se donar¨¢ m¨¢s material al Ej¨¦rcito Nacional Afgano y a la polic¨ªa".
Le secund¨® el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates: "2007 ser¨¢ un a?o crucial. Cada primavera los talibanes son m¨¢s agresivos. Estamos de acuerdo en que este a?o vamos a controlar la situaci¨®n. Estamos decididos a revertir la tendencia". Seg¨²n Gates, "tenemos la iniciativa". Todo magn¨ªficas palabras dirigidas a crear en los asistentes la sensaci¨®n de que en Afganist¨¢n ha llegado la hora decisiva, de que el pa¨ªs no puede enquistarse en la situaci¨®n de un territorio sin futuro amenazado por los talibanes con "el retorno a la Edad Media", como dijo Scheffer.
El nuevo jefe supremo militar de la OTAN, John Craddock, que en sus dos meses en el cargo ya ha visitado dos veces Afganist¨¢n, present¨® a los ministros su evaluaci¨®n del estado de cosas sobre el terreno y c¨®mo hacen falta m¨¢s fuerzas. Habl¨® de que faltan unos cuatro batallones (en torno a 2.500 hombres), fuerzas especiales, una fuerza de reserva estrat¨¦gica y apoyo de aviones y helic¨®pteros. En total, unos 4.000 hombres. S¨®lo Grecia respondi¨® a la petici¨®n diciendo que se hac¨ªa cargo de los helic¨®pteros. El Gobierno alem¨¢n est¨¢ a la espera de que el Bundestag (C¨¢mara Baja) autorice el env¨ªo de seis cazas Tornado para misiones de reconocimiento y no de combate.
"Se trata de hablar de lo que hace falta para garantizar que la ofensiva de primavera sea de la ISAF, no de los talibanes", hab¨ªa se?alado una fuente norteamericana antes de la reuni¨®n. El resultado fue magro y visibles las corrientes de escepticismo en el flanco europeo.
El ministro alem¨¢n de Defensa, Josef Jung, declar¨® antes de entrar en la sala que no todo era cosa de pedir m¨¢s y m¨¢s soldados. Tuvo el detalle de recordar que los sovi¨¦ticos movilizaron 100.000 hombres y no pudieron con Afganist¨¢n. "Somos liberadores, no ocupantes", indic¨® para subrayar que no hay que sobrepotenciar el flanco militar. En la propia reuni¨®n, la francesa Mich¨¨le Alliot-Marie dio la nota m¨¢s discordante al poner en duda las valoraciones de Craddock. "Hay que justificar la petici¨®n de m¨¢s tropas", reclam¨®.
Gates y Scheffer hicieron malabarismos para transmitir luego la impresi¨®n de que las diferencias no eran tan flagrantes como parec¨ªan. Hablaron de c¨®mo unos pa¨ªses ponen el acento en la reconstrucci¨®n y otros en lo militar en el entendido de que ambos deben ir de la mano. "A Estados Unidos, el ¨¦nfasis europeo en el desarrollo le suena como una excusa para no enviar m¨¢s tropas a Afganist¨¢n", reconoci¨® una fuente aliada.
Washington est¨¢ preparando una rigurosa ofensiva militar y reclama m¨¢s convicci¨®n del resto de los aliados. El relevo de la semana pasada en la jefatura de la ISAF, que ya comanda el general Dan McNeill -un veterano de cinco guerras con experiencia en Afganist¨¢n, definido por quienes le conocen como "un guerrero de pura cepa"- aventura un sustancial cambio de estrategia para pasar a la ofensiva sin cuartel.
"El a?o pasado fue seguramente el m¨¢s dif¨ªcil desde 2001", reconoci¨® ayer el ministro de Defensa afgano, Abdul Rahim Wardak, ante los restantes ministros. La OTAN tiene ya m¨¢s de 35.000 efectivos sobre el terreno y con los incrementos prometidos antes por el Reino Unido y Polonia espera contar con 37.000 a partir de abril.
Los ministros pasaron someramente revista a la situaci¨®n en Kosovo, lo justo para confirmar el compromiso de velar por la seguridad del territorio en estos meses cr¨ªticos. La ocasi¨®n sirvi¨® para reclamar una mayor coordinaci¨®n de esfuerzos entre la Uni¨®n Europea y la Alianza Atl¨¢ntica, dos entes con relaciones ahora entorpecidas por la presencia en la OTAN de una Turqu¨ªa que no reconoce la existencia de Chipre, pa¨ªs integrante de la Uni¨®n.
Los ministros discutir¨¢n hoy sobre la transformaci¨®n de la Alianza y en particular sobre la Fuerza de Respuesta de la OTAN, un cuerpo de ¨¦lite de hasta 25.000 efectivos llamado a ser desplegado en cuesti¨®n de d¨ªas para cubrir misiones que van desde la ayuda humanitaria a las de entrada por la fuerza en un territorio alejado. Entre las cuestiones pendientes se encuentra la de c¨®mo financiar sus operaciones y si se deben usar en ocasiones en las que faltan medios, como el caso de ahora en Afganist¨¢n. Algunos pa¨ªses quieren que as¨ª sea, mientras otros, como Espa?a, se niegan en redondo.
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