Caminos sobre las aguas
Los puentes, adem¨¢s de una comodidad, son un s¨ªmbolo: lo durable sobre lo pasajero, la voluntad de avanzar a pesar de los obst¨¢culos y, en el caso de los m¨¢s antiguos, la civilizaci¨®n abri¨¦ndose paso por las orillas de la barbarie. En la regi¨®n se conservan m¨¢s de 80 puentes anteriores al siglo XIX, la mayor¨ªa en la sierra, donde el progreso no les ha hecho una guerra continua. Aparte de los muy conocidos puentes romanos que jalonan la calzada de la Fuenfr¨ªa (www.pueblos-net.com/cercedilla), tenemos un surtido de pasos medievales en las cuencas altas del Lozoya y del Manzanares, as¨ª como en el Cofio, r¨ªo tan bello como ignoto. Son puentes asociados a viejos caminos, que invitan a andar.
En la regi¨®n se conservan m¨¢s de 80 puentes anteriores al siglo XIX, la mayor¨ªa en la sierra
- Puente del Perd¨®n. En la Edad Media, cuando los condenados a muerte en el valle del Lozoya eran llevados a la casa de la Horca, pod¨ªan solicitar al llegar a este paso que un tribunal de ultim¨ªsima instancia se reuniese para revisar su caso. Como no hab¨ªa Amnist¨ªa Internacional ni tel¨¦fonos m¨®viles con que grabar las ejecuciones, hoy resulta imposible saber cu¨¢ntos salvaron el pellejo con ese recurso desesperado, pero debieron de ser los suficientes para dar nombre al puente de marras. Situado en el municipio de Rascafr¨ªa, frente al monasterio de El Paular, sobre las aguas puras del Lozoya y al pie de las monta?as m¨¢s altas de la regi¨®n, el puente debe a una reforma del siglo XVIII su aspecto actual, muy elegante, con detalles que recuerdan el madrile?o puente de Toledo, de ah¨ª que haya sido atribuido a Pedro de Ribera. Para m¨¢s belleza, est¨¢ vedado al tr¨¢fico y es el origen y meta de numerosas rutas a pie, de las que informan en el vecino centro de educaci¨®n ambiental Puente del Perd¨®n (tel¨¦fono 91 869 17 57). www.rascafria.org
- Puentes medievales de Canencia. A los pies del pueblo, bajando por la calle del Matadero, se descubre el puente Canto. Erigido en el siglo XIV o XV sobre el arroyo de Canencia, entre orillas situadas a distinto nivel, es hermosamente asim¨¦trico y tiene rasante en lomo de asno, dos arcos de rosca de diverso tama?o y un balconcillo en el que se fotograf¨ªan los enamorados. A su lado, un panel informa de la ruta de los Puentes Medievales, que permite conocer, paseando 500 metros aguas arriba, el de las Cadenas, el cual tiene tambi¨¦n espinazo de asno; o, mejor, de borriquillo, pues consta tan s¨®lo de un m¨ªnimo arco, y su calzada de cantos rodados, angosta y empinada cual cuesta de enero, apenas da para que cruce el arroyo un vaquero enjuto de carnes. Es un paso g¨®tico y coquet¨®n, que parece sacado del Amad¨ªs de Gaula. Tambi¨¦n en las vecindades de Canencia, se encuentran el de Matafrailes, de sugerente nombre, y ya en el t¨¦rmino de Lozoya, sobre el r¨ªo hom¨®nimo, el de Cantos o del Congosto, que domina un paraje espectacular, donde el agua rabiosa ha tajado el granito del cauce como si fuera mantequilla. Se llega andando en cinco minutos por la pista de tierra que nace en el kil¨®metro 11,800 de la carretera M-604, a 3,5 del pueblo de Lozoya. M¨¢s informaci¨®n, en www.sierranortemadrid.org.
- Puentes del Bat¨¢n y del Grajal. En el kil¨®metro 39 de la carretera M-607, entre Colmenar Viejo y Cerceda, cruza el Manzanares el puente del Bat¨¢n, un arco de 10,5 metros de luz y casi cuatro de ancho, con dovelado muy regular, que unos dicen que es romano y otros -incluida la se?al que lo anuncia- medieval. A cinco kil¨®metros aguas abajo, junto a la carretera M-618 (Colmenar Viejo-Hoyo de Manzanares), se halla el del Grajal, que presenta una rasante alomada y un solo arco de 10 metros de luz y algo menos de tres de anchura, y que a los expertos les parece menos romano (o m¨¢s medieval). Ambos pueden unirse paseando por la margen izquierda del r¨ªo, a lo largo de una hermosa garganta gran¨ªtica (cuatro horas, incluida la vuelta); por este camino veremos, adem¨¢s, la central de Navallar, inaugurada en 1900 y la primera en suministrar energ¨ªa hidroel¨¦ctrica a la capital. M¨¢s rutas a pie por estos puentes, en www.colmenarviejo.com
- La Puente Mocha. En un boscoso rinc¨®n de Valdemaqueda, a casi cuatro kil¨®metros de la carretera m¨¢s cercana, el r¨ªo m¨¢s salvaje y solitario de la regi¨®n, el Cofio, enhebra la Puente Mocha, tambi¨¦n llamada puente Romano, lo cual no es cierto, y de los Cinco Ojos, lo cual s¨ª lo es, porque cinco ojos tiene, en efecto, esta preciosa obra medieval de mamposter¨ªa desconcertada, con rasante en lomo de asno, tajamares aguas arriba en las dos pilas centrales, pretil desvencijado y tablero enlanchado de 40 metros de largo sobre el que un retorcido pino pi?onero proyecta su sombra desde la orilla septentrional.
Vestigio de un camino olvidado, que en tiempos conduc¨ªa hacia el valle del Ti¨¦tar, la Puente Mocha es hoy una bella excusa para adentrarse en uno de los mejores pinares de la Sierra Oeste. Bajando a pie desde Valdemaqueda por la prolongaci¨®n de la avenida del Puente Romano, se llega al puente en una hora. Una ruta de senderismo m¨¢s amplia, de unas dos horas y media de duraci¨®n, se hallar¨¢ en www.la-almenara.com. M¨¢s datos en www.sierraoeste.org/valdemaqueda.htm
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