"Cualquier novela debe contener una historia de amor"
En junio de 2002, un atentado contra un autob¨²s israel¨ª se cobr¨® 17 v¨ªctimas mortales. Uno de los cuerpos no fue reclamado por nadie y el director David Ofek decidi¨® convertir la indagaci¨®n de esa identidad en el hilo conductor de su documental N? 17 (2003). Cuando la editora, ilustradora y autora de c¨®mics Rutu Modan (Israel, 1966) tuvo oportunidad de ver ese trabajo, encontr¨® en ¨¦l un est¨ªmulo perfecto para desarrollar Metralla, una ambiciosa novela gr¨¢fica de m¨¢s de 150 p¨¢ginas que acaba de publicar en Espa?a Ediciones Sinsentido: "El documental mostraba c¨®mo David Ofek hab¨ªa decidido poner un anuncio en el peri¨®dico para localizar a posibles familiares de esa v¨ªctima a la que nadie parec¨ªa echar en falta. Llamaron varias personas: entre ellas, un chico que cre¨ªa que ese cuerpo pod¨ªa pertenecer a su padre y una mujer que llevaba largo tiempo separada de su marido. Me sorprendi¨® comprobar c¨®mo alguien puede llegar a preferir pensar en la posible muerte de un familiar antes que asumir que esa persona pueda haberte abandonado", se?ala la autora.
"He vuelto a 'Tint¨ªn' y he examinado la manera de construir la historia que ten¨ªa Herg¨¦"
"La familia es como un laboratorio de relaciones humanas"
"Hay que buscar un modo pr¨¢ctico para vivir tranquilamente como seres humanos"
En Metralla, un taxista jud¨ªo conoce a una joven que podr¨ªa haber sido la ¨²ltima amante de su padre. La chica le cuenta que el cuerpo no identificado encontrado tras un reciente atentado en la Estaci¨®n Central de Autobuses de Hadera podr¨ªa ser el de ese padre que, desde tiempo atr¨¢s, no era m¨¢s que una provocadora ausencia. Seg¨²n Modan, su trabajo "cuenta la b¨²squeda casi arquet¨ªpica de un hijo que busca a su progenitor. Sobre esta base he tejido mi propia historia personal acerca de mis relaciones con mi padre. Y todo esto lo mezcl¨¦ con una historia de amor, porque creo que cualquier novela debe contener una historia de amor".
La autora cuenta su relato recurriendo a un estilo de transparentes ecos franco-belgas: "He vuelto a Tint¨ªn y he examinado la manera de construir las escenas, la p¨¢gina y la historia que ten¨ªa Herg¨¦. Lo que yo quer¨ªa contar era muy largo, con muchas escenas, e intu¨ª que mis p¨¢ginas iban a quedar muy sobrecargadas. Herg¨¦ ten¨ªa la capacidad de crear una p¨¢gina con much¨ªsima acci¨®n, pero que, a la vez, resultase limpia, ¨¢gil y legible. Por supuesto, a¨²n estoy muy lejos de su ligereza y de su capacidad para dibujar".
Fundadora del colectivo Actus Tragicus junto a otros cuatro representantes de la nueva ola de historietistas israel¨ªes, Rutu Modan tambi¨¦n se confiesa deudora del insoslayable Maus de Art Spiegelman, novela gr¨¢fica premiada con el Pulitzer en la que el autor recog¨ªa las memorias del Holocausto en boca de su anciano (y avinagrado) padre. Junto a la recreaci¨®n del drama colectivo, Spiegelman exploraba su propia historia familiar, tema que tambi¨¦n acapara la atenci¨®n de Modan: "Cada uno de nosotros tiene un padre, tanto si est¨¢ cerca de ¨¦l como si no. Incluso quienes no han llegado a conocerlo no pueden evitar que ese padre ausente forme parte de su propia identidad. Para m¨ª, la familia es como un laboratorio de relaciones humanas: las relaciones son muy ¨ªntimas y eso hace posible que las personas revelen sus aspectos m¨¢s oscuros junto a lo mejor de s¨ª mismos. En la cultura jud¨ªa la familia tiene un papel muy importante: en mi caso, tambi¨¦n es as¨ª y es l¨®gico que se refleje en mi trabajo".
Al licenciarse en la Academia Bezalel de Arte y Dise?o de Jerusal¨¦n, Rutu Modan se convirti¨® en la responsable de la edici¨®n israel¨ª de la longeva revista de humor americano MAD. En una ocasi¨®n, Modan propuso una portada en la que Alfred E. Newman (el personaje con cara de bobo que MAD utiliza como imagen corporativa) aparec¨ªa con atav¨ªo punkie: "Los editores americanos nos la censuraron, porque pensaron que lo hab¨ªamos vestido de skinhead nazi y cre¨ªan que eso iba a ofender a los lectores jud¨ªos. Fue muy dif¨ªcil explicarles que en mi pa¨ªs nadie iba a ver esa connotaci¨®n, porque en Israel no hay nazis. Tenemos otro tipo de problemas, pero no ¨¦se, precisamente". La revista cerr¨® tras un a?o de publicaci¨®n y Rutu Modan, junto a su socio Yirmi Pinkus, decidi¨® fundar su editorial propia (Actus) para impulsar sus proyectos personales. Metralla es uno de los frutos de esta labor ejercida con independencia y pleno control creativo en un pa¨ªs que parece afianzar su escena comiquera, mientras el conflicto palestino-israel¨ª (tel¨®n de fondo de su historia) sigue abriendo heridas d¨ªa tras d¨ªa: "Creo que hay que dejar de pensar en qui¨¦n ha empezado y qui¨¦n es el justo y buscar un modo pr¨¢ctico para vivir tranquilamente como seres humanos", concluye la autora.

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