Hay que salir a por todas
El que la persigue la consigue. En esto de los toros hay que salir a por todas. Y el mostole?o sali¨® a por ellas. Iv¨¢n Garc¨ªa recibi¨® al tercero de la tarde en el platillo con una larga cambiada de rodillas y, al levantarse, el potente murmullo se torn¨® en ovaciones cuando se estiraba por ver¨®nicas y desmay¨® los brazos en la media; media que fue m¨¢s honda tras el quite por chicuelinas. Iba a por todas. Clav¨® los palos con m¨¢s agilidad que verdad y provoc¨® el delirio cuando, tras el tercero, se qued¨®, apoyada la mano en la testuz, en la boca de riego. All¨ª le recibi¨® de muleta con un cambiado por detr¨¢s, y all¨ª le instrument¨® las series, nerviosas, violentas como un l¨¢tigo, con circulares y remates de rodillas, un poco a?os sesenta, que dividieron a la afici¨®n. Tras media atravesada y descabello, la mayor¨ªa entusiasta, arranc¨® a la presidencia dos trofeos.
Dom¨ªnguez. Encabo, Barrera, Garc¨ªa.
Toros de Mar¨ªa Luisa Dom¨ªnguez, flojos; 1? y 6? muy flojos. Luis Miguel Encabo: estocada pel¨ªn desprendida (silencio); baja (oreja). Antonio Barrera: pinchazo y media en lo alto -aviso- (silencio); entera desprendida y tres descabellos (vuelta). Iv¨¢n Garc¨ªa: media atravesadilla y un descabello (dos orejas); pinchazo hondo (oreja). Valdemorillo, 10 de febrero. 4? de feria. Casi lleno.
Sali¨® a por todas... y volvi¨® con m¨¢s de la cuenta. Como con m¨¢s de la cuenta se fue de su segundo, al que lance¨® por delantales, banderille¨® como un gimnasta, se lo llev¨® al tercio y all¨ª el toro mostr¨® a propios y extra?os que era un merengue. Incluso le dio un achuch¨®n, como corresponde a los que se defienden. No pudo torearlo pero cort¨® otra oreja.
Caso muy diferente fue el del alcala¨ªno. Menos efectista y m¨¢s pausado, con m¨¢s sustancia que cosm¨¦tica, intent¨® hacer un toreo templado y reposado. Encabo, que tiene ya bien rodado el camino de superar a Ruizmigueles, Espl¨¢, Mendes y Campuzanos en el n¨²mero de victorinos y otros morlacos de ¨¢spero encaste toreados, quiere demostrar que no s¨®lo sabe lidiar con t¨¦cnica y valor. Que sabe torear con sabor, gusto y hondura. Porque son muchas las razones que en este arte del toreo pueden quitar el hipo. O provocarlo. Y la emoci¨®n aparece por puertas de muy distintos colores. Con m¨¢s de 10 a?os de alternativa y una reciente cornada en la tempranera feria de Ajalvir -Seraf¨ªn, reponte r¨¢pido que te estamos esperando-, miraba hoy a los toros de otra forma. Y as¨ª lo mostr¨® en las ver¨®nicas de su primero, con el que nada m¨¢s pudo hacer.
Entre genuflexiones y rebozos por la arena -la presidencia hizo o¨ªdos sordos a la airada protesta, lo que muestra una vez m¨¢s que el abuso de autoridad es la m¨¢s palmaria falta de la misma-, el animal lleg¨® inv¨¢lido a la muleta. Sin embargo, al cuarto, al que banderille¨® en la cara y sin efectismos -el tercer par ce?id¨ªsimo por dentro-, le hizo una faena sobria, templada, con gusto, en la que la flojedad del burel impidi¨® que rompieran las series de derechazos, lentos, a la cadera. Cuando se la ech¨® a la izquierda, pese a su buen hacer, ya apenas pasaba. Y a¨²n le dio una serie m¨¢s, sobrante. Enterr¨® la espada muy baja y le vali¨® un ap¨¦ndice.
Trato desigual
El sevillano Antonio Barrera estuvo descentrado. Su primero, pese a los doblones bien compuestos y a la serie con la que inici¨® a comp¨¢s abierto, fue en el resto un desprop¨®sito sazonado de enganchones, al que contribuy¨®, sin duda, la flojera del astado que le impel¨ªa a irse, y poco pudo hacer Antonio en su persecuci¨®n. El quinto, tal vez el ¨²nico toro aprovechable, fue castigado con trato acelerado y desigual en el que altern¨® alg¨²n derechazo mand¨®n con trapazos deslavazados y sin rematar. No ven¨ªa hoy Barrera a por todas. Y desperdici¨® la ocasi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.