El sue?o de Blas Infante
Durante meses, el debate estatutario se dio en el Parlamento andaluz y en el Congreso de los Diputados con la participaci¨®n exclusiva de los partidos pol¨ªticos. Apenas la intervenci¨®n de algunos interlocutores sociales y la pol¨¦mica aportaci¨®n de Clavero Ar¨¦valo. Incluso esa plataforma compuesta por cuatro, Andaluces levantaos, se ha disuelto, no se sabe si porque se han alcanzado los objetivos o a la b¨²squeda de nuevas causas. Esto ha dado un peque?o minuto de gloria al gran Rojas Marcos para que nos ri?era al estilo Julio Anguita por lo malos que somos al no seguir sus puntos de vista. Dice ¨¦l que no somos un pueblo reivindicativo. Nada se sabe de su personal trabajo reivindicativo. Se desconoce si ha ido a ver c¨®mo viven los temporeros en El Ejido, en Lepe o en Ja¨¦n ni sus aportaciones altruistas o su lucha por los desfavorecidos. Su fiel disc¨ªpulo Juli¨¢n ?lvarez ha salido a defenderlo, a la vez que sus colaboradores agred¨ªan a los periodistas que le hac¨ªan preguntas inc¨®modas. No s¨¦ si se acuerdan ustedes de aquel eslogan: "Coraz¨®n andaluz, coraje andalucista", con la foto de Rojas Marcos. Ahora el se?orito no est¨¢ contento con nosotros. Me cachis en la mar.
Dice el CIS que puede ir a votar el 49% del censo. Que la Divina Providencia oiga a los augures y escrutadores del comportamiento. Ser¨ªa un resultado excelente. Porque una vez con la gente a pie de urna, el no va a ser exiguo: si llega al 5% ser¨¢ un desborde. En su mayor parte corresponder¨¢ de los recalcitrantes que el PP ha sembrado a lo largo de todos estos meses con lo de "?Espa?a se rompe!" y dem¨¢s pron¨®sticos tan sutiles como acertados. Pero ha quedado el poso de lo que sembraron Rajoy, Arenas, Acebes y los dem¨¢s. Como cambiaron de actitud a ¨²ltima hora, parte de la tropa se ha quedado en el camino, sobre todo para que el pobre Juli¨¢n ?lvarez tenga algo que contar la noche electoral que no sea la trampa saducea de que la abstenci¨®n es andalucista.
Una vez puesta en marcha, la campa?a ha sido conforme a lo esperado. El PP la ha usado para promocionar a sus candidatos y para atacar al gobierno. No s¨¦ si alg¨²n ingenuo hab¨ªa pensado que iba a ser diferente. Mucho hicieron el difunto Perales y quienes se empe?aron en el pacto para conseguir que el PP se sumase al consenso. Encima no se pod¨ªa esperar que lo hicieran con lealtad y entusiasmo. Todav¨ªa quedan algunas tracas para el final y es seguro que habr¨¢ munici¨®n de grueso calibre. Ya se ha o¨ªdo alguna vez que otra introducir el terrorismo en la campa?a. Algo queda por ah¨ª, aunque por ahora hasta el Sierra Nava forma parte del argumentario popular.
Desgraciadamente, los colectivos sociales no han jugado el papel protagonista que debieran. Hay gente que piensa que esto es cosa de los pol¨ªticos o que ya est¨¢ ganado. No se ha visto el suficiente m¨²sculo asociativo, ni la implicaci¨®n en el debate sobre el futuro de nuestra tierra, como si no fuera con nosotros, como si fuera algo ajeno. Hay quienes desgranan una retah¨ªla de simplezas del tipo de que todas las posturas son leg¨ªtimas y que es mejor ser neutral, cuando nadie puede serlo. Todos nos jugamos el futuro de Andaluc¨ªa. Un pol¨ªtico no arriesga m¨¢s que nosotros. Quiz¨¢ en unas elecciones s¨ª se puedan jugar su futuro personal, pero ahora no. Por tanto, la neutralidad es cobard¨ªa. La excusa de que todo es leg¨ªtimo es una manera de esconderse. Claro que todas las posturas son leg¨ªtimas, hasta ah¨ª pod¨ªamos llegar. A excepci¨®n de las violentas, todas las dem¨¢s caben en el sistema, aunque unas merezcan m¨¢s respeto que otras. Pero permanecer al margen es censurable. Salvo algunos colectivos que han participado en la campa?a con entusiasmo, como los sindicatos y otros grupos, una parte de eso que se llama la sociedad civil ha permanecido pasiva. Frente a ello, este Estatuto puede entenderse como el fin de a?os de lucha: un recopilatorio de derechos como no hay otro, de los m¨¢s progresistas y avanzados. Un cat¨¢logo de competencias amplio y detallado. Ni Blas Infante en sus mejores sue?os pudo pensar algo mejor.
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