El Mallorca remonta y se sacude los fantasmas

Con grandes dificultades, el Mallorca se sobrepuso a sus defectos y venci¨® a un Zaragoza intermitente. El primer tiempo, r¨¢cano en f¨²tbol, sirvi¨® a los dos equipos para alternarse en el dominio del bal¨®n; y al p¨²blico, para regalarse una cabezadita al sol de las cinco de la tarde. Los locales salieron ansiosos, despu¨¦s de una semana muy movida, marcada por la revelaci¨®n de que nueve miembros de la plantilla se hab¨ªan corrido una juerga el s¨¢bado anterior en A Coru?a, sin permiso del club y justo despu¨¦s de caer ante el Depor.

Enfrente, el Zaragoza funcion¨® a r¨¢fagas y mostr¨® mucho menos de lo que es capaz de ofrecer. Despu¨¦s de dormitar durante buena parte del encuentro, un ataque de inspiraci¨®n sirvi¨® a los de V¨ªctor Fern¨¢ndez para adelantarse. El juego de paredes entre Sergio Garc¨ªa y D'Alessandro lo culmin¨® Milito, entrando a bocajarro en la porter¨ªa de Prats. Pero, a los aragoneses, el subid¨®n no les dur¨® ni dos minutos. A bal¨®n parado, el Mallorca equilibr¨® el marcador y confirm¨® una verdad angustiosa: que, ¨²ltimamente, depende en gran medida de sus centrales para marcar. Si hace dos semanas fueron Ballesteros y Nunes, ayer fue de nuevo el portugu¨¦s quien remat¨®, a trancas y barrancas, una falta botada por Ibagaza. Nunes, se?alado por la pol¨¦mica de la parranda, lo celebr¨® con el gesto de descorchar una botella y ech¨¢rsela al gaznate.

El empate, inesperado, obligaba al Zaragoza a solucionar la papeleta por las bravas. Y a punto estuvo de lograrlo. Los dos pivotes, Movilla y Zapater, desplegaron su arsenal m¨¢s ofensivo y dispusieron de las mejores oportunidades para los zaragocistas.

Mientras tanto, ante la incapacidad manifiesta de su delantera, Gregorio Manzano tuvo que echar mano del banquillo. De Arango, nada se sabe. El p¨²blico parece cansado de su prolongada p¨¢jara y le despidi¨® con silbidos. Por su parte, Maxi L¨®pez fall¨® dos goles cantados, despu¨¦s de que Jon¨¢s e Ibagaza le dejaran con todo de cara para batir a C¨¦sar.

Se hace dif¨ªcil entender porqu¨¦ Jankovic, el m¨¢ximo goleador del equipo, se sienta en el banco de suplentes. El serbio, adem¨¢s, va sobrado de lo que m¨¢s falta le hace a este Mallorca: entrega y actitud. Ayer, su participaci¨®n volvi¨® a ser decisiva: marc¨® el gol de la victoria, asistido otra vez por Ibagaza.