Sin excusas: voto s¨ª
No hay ning¨²n motivo para eludir nuestra obligaci¨®n de acudir a las urnas y votar la reforma del Estatuto para Andaluc¨ªa. Y votar s¨ª. ?ste, al menos, va a ser el sentido de mi voto. Son muchas las razones que me llevan a expresar que ¨¦sta es mi voluntad. Una de ellas: con mi voto afirmativo a la Constituci¨®n contraje el compromiso de aceptar y fomentar un Estado auton¨®mico y descentralizado en el marco de la unidad de la naci¨®n espa?ola. Con mi voto afirmativo cumplo este compromiso. Lo hago sin miedos.
El Estatuto para Andaluc¨ªa, como se desprende de su contenido normativo institucional, hace justicia al deseo de mayor autogobierno de Andaluc¨ªa, al tiempo que proclama su solidaridad con el resto de comunidades aut¨®nomas y, por tanto, a los intereses generales y de convivencia del Estado del que forma parte. Constituye esta reforma -basta un sencillo an¨¢lisis de su articulado para saber que es as¨ª- un avance en el autogobierno de Andaluc¨ªa. El Estatuto vigente, aprobado por la Ley Org¨¢nica 6/1981, de 30 de diciembre, ya ha dado su juego. Un juego que ha revelado, durante estos a?os, que las autonom¨ªas han contado con una amplia aceptaci¨®n social. La misma presencia y la elevada participaci¨®n en las convocatorias electorales auton¨®micas muestran el inter¨¦s de la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos por las f¨®rmulas de gobierno auton¨®micas. Unas f¨®rmulas que cuentan con un generalizado apoyo pol¨ªtico. En el caso de Andaluc¨ªa a¨²n m¨¢s fuertes. Lo ense?a, en el nuevo Estatuto, el hecho de su aprobaci¨®n por el Congreso de los Diputados por parte de todos los grupos pol¨ªticos. La general aceptaci¨®n social y pol¨ªtica autorizan a pensar que, el mayor techo competencial que se contiene en el Estatuto para Andaluc¨ªa, es el que se quiere. Legitima, pues, una mayor profundizaci¨®n auton¨®mica y, en consecuencia, un mayor avance social y progreso. Tambi¨¦n lo acredita el hecho de que no haya voces en contra y las que hay, como las inexplicables de Alejandro Rojas Marcos, carecen de relevancia salvo para ahondar en la divisi¨®n interna de su partido, muchos de cuyos simpatizantes no entienden esta negativa ante la Norma Auton¨®mica que concede el mayor techo competencial que ha tenido Andaluc¨ªa en su historia.
Pero es que, adem¨¢s, el llamamiento de los grupos pol¨ªticos a la aprobaci¨®n estatutaria muestra tambi¨¦n que es posible una pol¨ªtica de concertaci¨®n en cuestiones que nos afectan a todos. Que es posible, como bien nos ense?¨® cada d¨ªa Alfonso Perales, que, con respeto y seriedad, puede lograrse el consenso entre grupos pol¨ªticos enfrentados en sus aspiraciones leg¨ªtimas de gobierno, cuando est¨¢n en juego los intereses generales y auton¨®micos. Un recuerdo justo hacia su persona por su aportaci¨®n a la reforma estatuaria a trav¨¦s del consenso. Tambi¨¦n, y no es menos importante, por lo que ha sido y es ejemplo a seguir en estos tiempos de crispaci¨®n y utilizaci¨®n partidista de las instituciones. Su ejemplo puede servir para que se genere un cambio en las formas; para que se rechace, sin ning¨²n tipo de dudas ni de ambig¨¹edades, a aquellos que solo aspiran al poder mediante anuncios de plagas y desastres, sin ofrecer m¨¢s alternativa que su cuerpo serrano. Posicionamientos que, precisamente, por la crispaci¨®n que les acompa?a y por su apuesta personal pueden, como reinas por un d¨ªa, tener cabida en momentos de tristeza para la sociedad. Nada m¨¢s. La sociedad sabe que la divisi¨®n y el enfrentamiento no son las que nos han permitido las cotas de progreso actuales. Antes al contrario. Han sido el respeto al Estado de derecho, el saber convivir mirando a los intereses generales y el rechazo por todos a los que, en los distintos momentos han enturbiado esta sociedad con miedos y amenazas, las que han permitido la sociedad que tenemos.
Un buen d¨ªa, este domingo, para seguir haciendo verdad que el consenso es el camino y la base del progreso cuando los intereses de todos est¨¢n en juego. S¨ª. No tengo excusas. Voy a votar S¨ª.
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