Los polic¨ªas enviados a Guant¨¢namo ofrecieron ventajas judiciales a los presos que colaboraran
Exteriores recibi¨® el 29 de julio de 2002 un detallado resumen policial de la misi¨®n a la base
La misi¨®n policial espa?ola que por orden del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se desplaz¨® hasta la base militar estadounidense de Guant¨¢namo para interrogar a detenidos (s¨®lo uno de ellos espa?ol) ofreci¨® a los presos, en nombre de un juez espa?ol, la posibilidad de mejorar su situaci¨®n si colaboraban con informaci¨®n sobre radicales extremistas que actuaran en Espa?a. Este ofrecimiento, que consta en las actas policiales, no se basaba en ninguna autorizaci¨®n u orden judicial, seg¨²n indicaron ayer fuentes de la Audiencia Nacional relacionadas con el caso.
Pese a que ning¨²n juez espa?ol autoriz¨® el viaje, ni orden¨® los interrogatorios, los agentes ofrecieron al marroqu¨ª Lahcin Ikassrin la posibilidad de volver a Espa?a siempre que se comprometiera a declarar contra determinados islamistas radicales que estaban siendo investigados por su relaci¨®n con la c¨¦lula de Abu Dahdah y otras, seg¨²n explica el informe policial redactado sobre la misi¨®n. En alg¨²n momento de la estancia de la misi¨®n espa?ola en Guant¨¢namo se lleg¨® a barajar la posibilidad de que los estadounidenses aceptar¨¢n el traslado de Ikassrin a Espa?a para declarar en relaci¨®n con un sumario abierto contra el terrorismo islamista. Pero los diplom¨¢ticos que acompa?aban a los polic¨ªas espa?oles pensaron que, si eso se produc¨ªa, habr¨ªa que reclamar tambi¨¦n la entrega del ciudadano ceut¨ª detenido en Guant¨¢namo pues no se iba a entender que llegara a Espa?a un marroqu¨ª detenido en la base estadounidense y siguiera encarcelado un espa?ol.
El PP insisti¨® ayer en que la misi¨®n era exclusivamente diplom¨¢tica para conocer la situaci¨®n del talib¨¢n ceut¨ª que estaba detenido en Guant¨¢namo. Pero los informes policiales acreditan que el inter¨¦s de la misi¨®n era mucho m¨¢s amplia y alcanzaba a 13 presos de la base, a los que se mostraron fotograf¨ªas de supuestos radicales islamistas que operaban en Espa?a para obtener informaci¨®n con la que poder actuar.
Ni siquiera el primer interrogatorio de los polic¨ªas espa?oles fue al ciudadano nacido en Ceuta Hamed Abderrahaman Ahmed, sino que los agentes tuvieron m¨¢s inter¨¦s y curiosidad por el marroqu¨ª Ikasrim, al que durante el primer d¨ªa interrogaron durante siete horas.
Los interrogatorios de los dos polic¨ªas espa?oles que viajaron junto a agentes de la CIA desde Madrid hasta Guant¨¢namo, apenas lograron informaci¨®n relevante en relaci¨®n con c¨¦lulas islamistas terroristas en Espa?a.
Y eso que los polic¨ªas espa?oles llegaron a preguntar por alg¨²n islamista como Jamal Zougam, que hoy se sentar¨¢ en el banquillo acusado como autor material del atentado del 11-M.
Los interrogatorios de la polic¨ªa en Guant¨¢namo no sirvieron como prueba en los casos abiertos en Espa?a contra el ciudadano ceut¨ª Hamed y el marroqu¨ª Ikassrin. La Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo consideraron que los interrogatorios se hab¨ªan realizado sin las debidas garant¨ªas -"sin previa informaci¨®n de derechos, sin asistencia letrada y sin autorizaci¨®n ni mandato de la autoridad judicial espa?ola"- y calificaron la base estadounidense de Guant¨¢namo como "un limbo en la comunidad jur¨ªdica de imposible justificaci¨®n".
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