Un 'western' rural sobre incomunicaci¨®n y violencia

Hay westerns escritos para ser rodados en el desierto y hay otros que se adaptan mejor a las brumas del norte de Espa?a. Eso debi¨® pensar Koldo Serra (Bilbao, 1975) -sea por cuestiones ambientales o presupuestarias- cuando tuvo que sentarse a dirigir a Gary Oldman, Virginie Ledoyen, Paddy Considine y Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n en Bosque de sombras, una historia sobre la incomunicaci¨®n, el complejo de culpa, las relaciones de pareja y la violencia.

"Soy un t¨ªo al que le encanta el g¨¦nero fant¨¢stico y de terror, aficionado al cine de los setenta... Y cuando me vi en la situaci¨®n de tener que escribir para mi primer largo un gui¨®n barato que se pudiera rodar en pocos d¨ªas y con pocos actores -porque nadie se f¨ªa de un director novel- la historia que m¨¢s me llam¨® la atenci¨®n fue este western rural que plantea hasta qu¨¦ punto el hombre civilizado es capaz de incivilizarse", explic¨® el cineasta.

Bosque de sombras, que se estrena hoy, cuenta la historia de Lucy y Norman, una pareja inglesa en horas bajas que decide pasar un fin de semana con un matrimonio amigo en una zona rural del norte de Espa?a. El viaje se presume id¨ªlico, propicio para su reconciliaci¨®n, pero acaba en una espiral de violencia que el cineasta, publicista y autor de c¨®mics ha planteado como algo m¨¢s que un mero entretenimiento. "Me gusta contar historias, no me basta con tiroteos y persecuciones, necesito algo m¨¢s a lo que agarrarme".

Serra, ganador del M¨¦li¨¨s de Oro al mejor cortometraje europeo de cine fant¨¢stico en 2003 por El tren de la bruja, ha dispuesto de cinco millones de euros para este viaje. Se sabe un privilegiado y lo reconoce. "Supongo que todo el mundo dir¨¢ que necesita m¨¢s dinero. Pero yo he tenido la pasta suficiente para hacer una primera gran pel¨ªcula con estrellas de Hollywood", responde cuando se le pregunta si ha hecho el filme que quer¨ªa. La presencia de Oldman en el reparto ha acabado de un plumazo con un hipot¨¦tico miedo a que la pel¨ªcula pase inadvertida. Superado ese temor, ahora su ¨²nica preocupaci¨®n es que Bosque de sombras, rodada en ingl¨¦s y castellano en parajes del Pa¨ªs Vasco y Navarra, "funcione m¨ªnimamente para hacer un segundo largometraje".