El fil¨®sofo extra?ado

El fil¨®sofo Arthur C. Danto cont¨® en texto maravilloso la excitaci¨®n que sinti¨® cuando, reci¨¦n graduado por la Universidad de Columbia, pudo viajar a Roma para conocer a Santayana, ya jubilado como profesor de Harvard. Los lectores de, por ejemplo, Di¨¢logos en el limbo o La filosof¨ªa en Am¨¦rica, comprenden la emoci¨®n de Danto antes y despu¨¦s de ser recibido por tan ilustre espa?ol, extra?ado -exiliado ser¨ªa decir demasiado- a Estados Unidos. Santayana es, en efecto, un bocado exquisito en la menguada historia del pensamiento espa?ol (a veces hay que subrayar su espa?olidad, de la que la tonta muerte fue met¨¢fora: falleci¨® por una ca¨ªda en las escaleras del Consulado de Espa?a en Roma, adonde acudi¨® a renovar el pasaporte).

La noticia ahora es que proliferan las ediciones de libros de Santayana y, sobre todo, los estudios sobre su polifac¨¦tica tarea intelectual. As¨ª, Un espa?ol en el mundo: Santayana, de Jos¨¦ Mar¨ªa Alonso Gamo (editorial AACHE, Guadalajara, 2007); el especial de Archipi¨¦lago con el t¨ªtulo Jorge Santayana un hombre al margen, un pensamiento central, y ¨¦ste de C¨¦sar Garc¨ªa Mu?oz con las tesis del autor de Los reinos del ser sobre la opini¨®n p¨²blica. El libro ofrece un atractivo a?adido: incluye dos soberbios textos de Santayana sobre este mismo asunto, traducidos por el propio Garc¨ªa Mu?oz.