Josep Piqu¨¦ y los 'fachas malistas'
Josep Piqu¨¦, mi recordado alumno de Teor¨ªa del Estado, no responde con su escrito ETA y los 'progres buenistas' (EL PA?S, 15 de febrero) a mi art¨ªculo ETA y PP, la pareja suicida (EL PA?S, 7 de febrero), pues, al considerarlo "vomitivo" y "democr¨¢ticamente repugnante", pretende que la respuesta me la d¨¦ un juez, seg¨²n el h¨¢bito pepero de judicializar cuanta pol¨ªtica les incomode. A Piqu¨¦ le apena que su antiguo profesor sea un "sectario estalinista" y un "zafio espadach¨ªn a sueldo". A m¨ª me apen¨® a¨²n m¨¢s el d¨ªa en que aquel inteligente y brillante militante del PSUC (tal vez no tan marxista como yo), tras enrolarse en ese capitalismo financiero que globaliza como Eje del Mal la destrucci¨®n del Planeta y de toda moral democr¨¢tica, acab¨® colaborando con los fachas malistas del franquismo sup¨¦rstite. ?Qu¨¦ hace un hombre como ¨¦l en el actual PP, dominado por la extrema derecha? Todos sabemos que lo pasa muy mal y es notorio su enfrentamiento con la c¨²pula neocon madrile?a y su estrategia bronquista. Cuando Mas copi¨® tal estrategia en las ¨²ltimas elecciones, alab¨¦ en un art¨ªculo la campa?a de Piqu¨¦, m¨¢s digna y liberal, aunque demasiado "blanda" seg¨²n Zaplana. Es obvio que los votantes catalanes del PP, excepto los m¨¢s fanatizados, se parecen poco a los de fuera y Piqu¨¦ los representa muy bien. Por todo esto no pueden ofenderme sus insultos. No son suyos. S¨¦ que ¨¦l no piensa de m¨ª lo que me achaca, pero es el precio que ha de pagar a sus extra?os jefes, y nada m¨¢s h¨¢bil para ¨¦l y grato para ellos que ese lenguaje, ya patentado, de asignar al enemigo las propias lacras. ?No son el nazismo y el estalinismo evocaciones usuales de los Aznar, Acebes y Aguirre aplicadas al PSC y al PSOE? Cuando mi buen Piqu¨¦ me pide que rectifique porque mi "trayectoria se lo merece", su detalle afectuoso me compensa de sus ret¨®ricas injurias, pero es esa trayectoria la que justo me impide rectificar, pues llevo medio siglo combatiendo a otra pareja suicida, que muere matando: capitalismo y fascismo. Yo, inmaduro de m¨ª, sigo siendo como el Piqu¨¦ m¨¢s joven. No he cambiado, porque la historia, por desgracia, ha aumentado mis razones al progresar la injusticia y retroceder la moral democr¨¢tica. La bilis que mi antiguo alumno pide que expulse de m¨ª la vengo expulsando desde hace seis a?os, pero no tan s¨®lo la m¨ªa, sino la de millones de ciudadanos que se la han tenido que tragar a cada acto maligno o malicioso de ese fachismo malista que hoy tiene secuestrado al PP, incluido su presidente catal¨¢n.
"?Qu¨¦ hace un hombre como ¨¦l en el actual PP, dominado por la extrema derecha? Todos sabemos que lo pasa muy mal y es notorio su enfrentamiento con la c¨²pula neocon madrile?a y su estrategia bronquista".
El ¨²nico reproche concreto que Josep Piqu¨¦ hace de mi art¨ªculo es que no se puede equiparar moralmente a ETA con un partido que es "alternativa democr¨¢tica de Gobierno con millones de ciudadanos detr¨¢s". ?Qu¨¦ mal deb¨ª explicarle a mi ex alumno lo que es la democracia! No es s¨®lo el voto el que hace democr¨¢tico a un partido, como demostr¨® el partido de Hitler, sino sus actos. Y es evidente que los actuales dirigentes del PP arrastran una actitud que no es de alternativa democr¨¢tica, sino alterna y externa a la democracia. Llevan a?os en permanente golpe de Estado, culminado hoy en el Tribunal Constitucional, pilar jur¨ªdico que, si se hunde, derriba todo el Estado de derecho. Si esa fuerza antidemocr¨¢tica obtuviera a¨²n, con una actitud as¨ª, millones de votos, ?no podr¨ªa deberse, seg¨²n me temo, a una sistem¨¢tica provocaci¨®n y explotaci¨®n de sus sentimientos y prejuicios m¨¢s irracionales y violentos? ?No es ¨¦sa una peligrosa potenciaci¨®n del terror que ayuda a socavar nuestra democracia? La violencia de ETA es f¨ªsica, pero esta otra manera de violentar conciencias es, para m¨ª, peor, pues destruye a¨²n m¨¢s la moral ciudadana y se carga la pac¨ªfica convivencia de los espa?oles. Joaqu¨ªn Calomarde, diputado valenciano del PP, hace esta valiente autocr¨ªtica: "Algunas emisoras, medios escritos y altavoces y corifeos p¨²blicos van haciendo de la intolerancia, la ceguera, la exageraci¨®n y el Apocalipsis cotidiano caldo de cultivo que engorda la visceralidad de la peque?a extrema derecha". Los malistas, con tal de recuperar un poder mendaz y autoritario, niegan con desfachatez imperturbable la maldad de sus actos y el esp¨ªritu democr¨¢tico del presidente del Gobierno, ejemplo despreciado de "buenismo progre". Piqu¨¦ sostiene, como los ultras que le presionan, la evidente mentira de que Zapatero se ha rendido a ETA. La consigna neocon es machacar con calumnias toda acci¨®n positiva del odiado enemigo hasta que la gente se lo crea y les vote a ellos. En todo caso, esperan del asco por la pol¨ªtica que ellos provocan con su actitud una abstenci¨®n electoral que favorezca a sus fieles batallones soliviantados. ?C¨®mo puede un hombre liberal y l¨²cido como Piqu¨¦ plegarse a esto? Si ¨¦l afirma que "lo ¨²nico excluible en democracia es la violencia y la intolerancia" y que la lucha contra ETA es por la libertad, ?por qu¨¦ no se libera de los intolerantes y violentos verbales del PP que, al margen de sus intenciones subjetivas, le hacen el juego a ETA objetivamente con su estrategia insolidaria y derrotista? ?Por qu¨¦ no se une a los dem¨®cratas como buen dem¨®crata en vez de insultarnos? M¨¢s que su trayectoria posterior, sus or¨ªgenes de luchador por la libertad como estudiante antifranquista bien se lo merecen.
J. A. Gonz¨¢lez Casanova es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona.
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