Un 'ojo bi¨®nico' permite a seis ciegos recobrar parcialmente la visi¨®n
Los pacientes pueden ver con una resoluci¨®n de 16 p¨ªxeles, suficiente para evitar una rama en la calle
Un ojo bi¨®nico permite ver a seis pacientes de retinitis pigmentosa. Su visi¨®n es muy parcial, pero mucho mejor que la oscuridad. Los resultados han sido presentados esta semana por Mark Humayun, profesor de ingenier¨ªa biom¨¦dica del instituto Doheny, ante la Asociaci¨®n Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS). Los cient¨ªficos del Instituto Doheny Eye, de la Universidad de Southern California en Los ?ngeles, reclutan ya a otros 75 pacientes para ensayos m¨¢s avanzados. Aunque el mundo visual de las personas tratadas s¨®lo tiene una resoluci¨®n de 16 p¨ªxeles, ello no s¨®lo les basta para evitar la rama de un ¨¢rbol cuando van por la calle, sino tambi¨¦n para distinguir entre un plato o una taza.
El dispositivo podr¨¢ usarse por los millones de personas que padecen retinitis pigmentosa
Los seis pacientes de renitis pigmentosa son ahora capaces de identificar objetos
Los cient¨ªficos han puesto en marcha un nuevo ensayo con 75 pacientes
Byland, ciego desde 1993, puede cruzar una calle con tr¨¢fico y ver las l¨ªneas blancas de la carretera
Un ojo bi¨®nico llamado Argus ha permitido recuperar a seis pacientes de retinitis pigmentosa una visi¨®n muy parcial, pero desde luego mucho mejor que la oscuridad. Aunque su mundo visual s¨®lo tiene una resoluci¨®n de 16 p¨ªxeles (como la cara de un polic¨ªa en el peri¨®dico), ello no s¨®lo les basta para evitar la rama de un ¨¢rbol cuando van por la calle, sino tambi¨¦n, y de la manera m¨¢s sorprendente, para distinguir entre un plato o una taza, o para saber hacia d¨®nde se est¨¢n moviendo los objetos que tienen delante.
Los cient¨ªficos del Instituto Doheny Eye, de la Universidad de Southern California en Los ?ngeles, est¨¢n ahora reclutando a otros 75 pacientes para un nuevo ensayo con un dispositivo m¨¢s avanzado.
Los resultados de los seis primeros pacientes han sido presentados esta semana por Mark Humayun, profesor de ingenier¨ªa biom¨¦dica del instituto Doheny, en la reuni¨®n anual de la Asociaci¨®n Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS) celebrada en San Francisco.
La mayor sorpresa para Humayun, seg¨²n dijo ayer a EL PA?S, ha sido lo mucho que pueden distinguir estos seis pacientes con s¨®lo 16 p¨ªxeles. "Esper¨¢bamos que distinguieran entre luz y sombra y poco m¨¢s, pero no hab¨ªamos contado con la funci¨®n de rellenado del c¨®rtex cerebral".
[Ver art¨ªculo adjunto].
"La primera fase de nuestro trabajo con estos implantes empez¨® en 2002", explica Humayun en un comunicado de la Universidad de Southern California. "Hemos implantado en este ensayo a seis pacientes con ¨¦xito, y hemos mostrado que los dispositivos conducen realmente las se?ales el¨¦ctricas, y que les sirven a los pacientes para detectar la luz, e incluso para distinguir entre objetos como una taza o un plato".
El ensayo cl¨ªnico sigue en marcha en el Doheny, pero los cient¨ªficos ya han comprobado que los seis pacientes de retinitis pigmentosa enrolados en ¨¦l, todos ciegos previamente, son ahora capaces de detectar la luz, identificar varios objetos en su entorno "e incluso percibir su movimiento".
"El dispositivo, en ¨²ltimo t¨¦rmino, podr¨¢ usarse por los millones de personas que padecen retinitis pigmentosa y degeneraci¨®n macular asociada a la edad", afirma Humayun. "Cerca de 25 millones de personas en el mundo est¨¢n ciegas, o pr¨¢cticamente ciegas, por estas razones". Y la predicci¨®n es que esa cifra se duplique en los pr¨®ximos 15 a?os debido, sobre todo, al envejecimiento de la poblaci¨®n, en lo que el cient¨ªfico llama "una epidemia virtual de ceguera".
La pr¨®tesis retinal Argus ha sido desarrollada por la firma biotecnol¨®gica californiana Second Sight Medical Products, fundada hace nueve a?os con fuertes subvenciones federales. Consiste en una min¨²scula c¨¢mara de v¨ªdeo acoplada a las gafas que descompone las im¨¢genes en una rejilla de 16 (4x4) p¨ªxeles, como si s¨®lo tuviera esa resoluci¨®n. La raz¨®n es que, por el momento, la t¨¦cnica s¨®lo permite implantar ese n¨²mero de electrodos en las terminaciones nerviosas de la retina.
Estos electrodos reciben las se?ales de la c¨¢mara de modo inal¨¢mbrico, y las transmiten directamente al nervio ¨®ptico. Desde all¨ª llegan al c¨®rtex visual primario, situado junto a la nuca. Argus II, por lo tanto, no sirve para las cegueras causadas por da?os en el nervio ¨®ptico o en el c¨®rtex cerebral.
Su principal objetivo han sido hasta ahora los pacientes de retinitis pigmentosa, un conjunto de enfermedades cong¨¦nitas que causan ceguera mediante la degeneraci¨®n de las c¨¦lulas fotorreceptoras de la retina, que son las que transforman la luz en se?ales el¨¦ctricas. Argus est¨¢ dise?ado precisamente para reemplazar a esas c¨¦lulas fotorreceptoras.
El peri¨®dico The Guardian relataba ayer c¨®mo uno de los pacientes de Humayun, Terry Byland, de 58 a?os, tuvo que dejar su trabajo de ferretero en 1993 tras perder la vista por la retinitis pigmentosa. Byland narraba as¨ª su experiencia con el implante retinal: "Al principio era como si viera grupos de puntos. Ahora es mucho m¨¢s que eso". Pese a que su campo visual s¨®lo tiene 30 cent¨ªmetros de ancho, le permite cruzar una calle con tr¨¢fico y ver las l¨ªneas blancas de la carretera.
"Cuando voy por la calle puedo esquivar las ramas bajas", prosigui¨® Byland. "Como puedo ver sus bordes, puedo esquivarlas". Tambi¨¦n cuenta c¨®mo se vio paseando con su hijo por primera vez en muchos a?os, y c¨®mo esa visi¨®n borrosa -tan s¨®lo 16 p¨ªxeles de la imagen de aquel chaval- bast¨® para que se le saltaran las l¨¢grimas.
"Tal vez", comenta Humayun, "sobre lo que estamos m¨¢s estimulados es sobre nuestro pr¨®ximo estudio, Argus II". En vez de 16 electrodos, Argus II tendr¨¢ 60, y por tanto generar¨¢ en el c¨®rtex visual una imagen de 60 p¨ªxeles. Su coste rondar¨¢ los 30.000 d¨®lares.
"De modo similar a este ensayo previo, podremos probarlo en los pacientes en sus casas, escuelas y cualquier otro lugar. La importancia de este trabajo se medir¨¢ en hasta qu¨¦ punto les ayuda a recuperar algo de la vista que perdieron". El nuevo ensayo incluir¨¢ a pacientes de m¨¢s de 50 a?os que padezcan retinitis pigmentosa o degeneraci¨®n macular asociada a la edad, y que hayan tenido una visi¨®n funcional previamente.
El arte del rellenado
Diecis¨¦is p¨ªxeles son una rejilla de cuatro por cuatro cuadrados donde cada cuadrado es informativamente plano, sin estructura interna. ?C¨®mo se puede cruzar una calle con eso? "Pensamos que es el cerebro el que juega el papel esencial", responde Mark Humayun a EL PA?S. "Se trata del mecanismo del rellenado, como el que opera sobre el punto ciego".La retina est¨¢ cubierta de c¨¦lulas fotorreceptoras por todas partes, con una notabil¨ªsima excepci¨®n: un agujero muy pr¨®ximo a su mismo centro, por donde la emulsi¨®n fotogr¨¢fica del ojo tiene que hacer hueco para que el nervio ¨®ptico salga hacia el c¨®rtex cerebral, all¨¢ atr¨¢s de la cabeza.En esa zona central del campo visual -el famoso punto ciego- no vemos nada. Pero somos inconscientes de ello porque nuestro c¨®rtex visual rellena el agujero con lo que supone que deber¨ªa estar all¨ª. ?ste es el mecanismo del rellenado, o filling-in.El mismo proceso de rellenado nos permite ver esos balcones de la casa de enfrente pese a los ¨¢rboles que casi los tapan, o el movimiento de un bal¨®n pese a la opacidad del ¨¢rbitro y de siete jugadores contrarios que nos han ocultado el 80% de su trayectoria. Las escenas visuales que llegan a nuestra consciencia parecen representaciones fotogr¨¢ficas del mundo externo, pero en realidad son interpretaciones generadas por nuestro c¨®rtex visual mediante el rellenado, una hip¨®tesis viable sobre la informaci¨®n que falta.Antes de este ensayo, Humayun y su equipo hab¨ªan estimado mediante simulaciones con sistemas de visi¨®n artificial que, para restaurar una vista aceptable a un ciego, har¨ªan falta cerca de 1.000 p¨ªxeles. Esto supone el monumental problema t¨¦cnico de implantar 1.000 electrodos en la retina del paciente."Para conseguir un implante de esas caracter¨ªsticas necesitamos una nueva tecnolog¨ªa, puesto que los estimuladores neuronales implantables m¨¢s avanzados, digamos el estado del arte, s¨®lo alcanzan 60 contactos con el tejido neural", afirman. "Hay progresos notables en los sistemas de procesamiento de im¨¢genes, microelectr¨®nica y electrodos basados en pol¨ªmeros".Pero ?no permitir¨¢ el rellenado reducir esas estimaciones iniciales? "S¨ª. Podr¨ªa significar que se necesiten menos de 1.000 electrodos. Pero no podemos estar seguros, porque m¨¢s electrodos implica electrodos m¨¢s juntos, y no sabemos si las corrientes pueden empezar a interferir", sostiene Humayun.Esperanza. Y paciencia.
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