Efectos secundarios
Acababa uno de comentar los problemas que el urbanismo plantear¨ªa a los socialistas en la campa?a electoral, cuando Joan Ignasi Pla confirmaba el pron¨®stico con unas pol¨¦micas declaraciones. La inesperada defensa del plan de Rabassa efectuada por el candidato socialista, se ha convertido en la noticia pol¨ªtica de la semana en Alicante. Rabassa es hoy un ejemplo de las pr¨¢cticas del mal urbanismo valenciano y del tes¨®n de los ciudadanos para oponerse a ellas. Cualquier cosa que se diga sobre este plan adquiere de inmediato una importancia extraordinaria, que se ha visto multiplicada por la proximidad de las elecciones.
Nos equivocar¨ªamos si atribuy¨¦semos las declaraciones de Pla a un simple error. En mi opini¨®n, son consecuencia de las dificultades que encuentran los socialistas valencianos para definir con claridad su pol¨ªtica. No es sencillo conjugar la defensa del territorio con las necesidades de la construcci¨®n, cuando esta se ha convertido en el motor de la econom¨ªa valenciana. Fue, precisamente, el deseo de no alarmar a los constructores el que llev¨® a Joan Ignasi Pla a pronunciarse a favor de Rabassa. Es probable que el ejemplo escogido no fuera el m¨¢s afortunado, pero manifiesta un problema que no tendr¨¢ f¨¢cil soluci¨®n. Me temo que los valencianos a¨²n no somos conscientes de la hipoteca que deberemos pagar en los pr¨®ximos a?os por las malas pol¨ªticas de quienes nos han gobernado.
El lado positivo de la equivocaci¨®n de Pla es que ha permitido comprobar que Etelvina Andreu se encuentra en una excelente forma. Al d¨ªa siguiente de producirse el suceso, la candidata a la alcald¨ªa de Alicante publicaba en la prensa una carta en la que dejaba clara su postura contraria a Rabassa. Tras las declaraciones de Pla, Andreu hab¨ªa quedado en una situaci¨®n inc¨®moda, donde se le presentaban escasas alternativas. De entre ellas, supo escoger, sin embargo, la que mejor conven¨ªa a sus prop¨®sitos. Unas declaraciones a la prensa no hubieran logrado, probablemente, el mismo efecto. Al dirigirse a los alicantinos por medio de una carta, Andreu control¨® el mensaje que deseaba transmitir. Lo hizo, adem¨¢s, con una firmeza de tono que no daba pie a la menor duda: quien firmaba el escrito era alguien capaz de defender los intereses de la ciudad all¨¢ donde fuera necesario.
Mi impresi¨®n es que Etelvina Andreu gana consistencia conforme nos adentramos en la campa?a electoral. Es cierto que todav¨ªa presenta flancos sin cubrir y, en alguna ocasi¨®n, han sido evidentes sus titubeos. Habr¨¢ que ver c¨®mo aguanta la presi¨®n de las ¨²ltimas semanas, que suelen ser las m¨¢s duras. Hasta el momento, ha demostrado que es una persona tenaz, con ideas propias y acostumbrada a actuar con determinaci¨®n. Cuando fue nombrada aspirante a la alcald¨ªa, m¨¢s de uno asegur¨® que se estrellar¨ªa contra el aparato del PSOE local. Los vaticinios no se cumplieron y Andreu supero la prueba con habilidad. Lo mismo ha sucedido en el momento de confeccionar las listas electorales.
Andreu acaba de anunciar que, en los pr¨®ximos d¨ªas, har¨¢ p¨²blico su programa electoral, en el que trabaja un equipo de colaboradores. Tengo curiosidad por leerlo. Ser¨¢ la primera vez, en muchos a?os, que un candidato a la alcald¨ªa de Alicante presente un programa electoral. Hasta ahora, quienes concurr¨ªan a las elecciones se limitaban a ofrecer una relaci¨®n de promesas, adobada con diferentes grados de fantas¨ªa, seg¨²n la inspiraci¨®n del momento. Un verdadero programa electoral, que exponga una idea de la ciudad y se?ale los objetivos que deber¨¢n cumplirse, no lo han conocido jam¨¢s los alicantinos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.