El Gobierno de Aznar plane¨® la misi¨®n policial a Guant¨¢namo a espaldas de su propia Embajada

El embajador espa?ol en Washington, Javier Rup¨¦rez, alert¨® por telegrama al Ministerio de Asuntos Exteriores que la segunda misi¨®n policial espa?ola a la c¨¢rcel norteamericana de Guant¨¢namo, prevista para el 21 de junio de 2002, supon¨ªa riesgos por las "especiales condiciones de detenci¨®n y ambig¨¹edad sobre la cuesti¨®n del estatuto jur¨ªdico" de los detenidos y recomend¨® la presencia de un funcionario diplom¨¢tico, lo que finalmente ocurri¨®. Fue esta intervenci¨®n la que intent¨® dar cobertura diplom¨¢tica a una misi¨®n tramitada al margen de la representaci¨®n espa?ola en Washington y que, pese a la cobertura, cumpli¨® sus objetivos iniciales.

El diplom¨¢tico censur¨® en su telegrama la peculiar manera de gestionar la visita por parte de la Direcci¨®n de la Polic¨ªa

Rup¨¦rez record¨® "las especiales condiciones de detenci¨®n y ambig¨¹edad sobre la cuesti¨®n del estatuto jur¨ªdico"

Hamed fue entregado a Espa?a, la Audiencia le conden¨® y el Supremo le absolvi¨®

La cobertura diplom¨¢tica no cambi¨® el objetivo, sacar informaci¨®n a 13 detenidos en la base

El embajador en Washington alert¨® al Ministerio de Exteriores sobre el riesgo legal de la operaci¨®n en la base militar

Todo comenz¨® en marzo de 2002. Una misi¨®n espa?ola compuesta por un polic¨ªa, un agente del entonces Centro Superior para la Informaci¨®n de la Defensa (CESID) y un diplom¨¢tico de la Embajada en Washington se trasladaron a la base de Guant¨¢namo para verificar las condiciones de detenci¨®n de Abderrahman Ahmed, espa?ol nacido en Ceuta, y Reswan Adbul Salam, original de Marruecos y residente en Espa?a, cuyo nombre real es Lahcen Ikassrim.

Tras esta misi¨®n, la Embajada espa?ola en Washington inform¨® a Exteriores en Madrid sobre la situaci¨®n de ambos detenidos en Afganist¨¢n, antes de ser trasladados a Guant¨¢namo. Las entrevistas se grabaron en video y una copia fue entregada a las autoridades de EE UU. La Embajada suger¨ªa: "Parece conveniente que, a la vista informaciones en poder de Interior y CESID, se considere conveniencia de efectuar nueva visita y adoptar con ¨²nico detenido espa?ol medidas oportunas".

Por tanto, la actuaci¨®n estaba delimitada: se trataba del ¨²nico detenido espa?ol, esto es, Abderrahman Ahmed, en relaci¨®n con una investigaci¨®n sobre la c¨¦lula espa?ola de Al Qaeda a cargo del juez Baltasar Garz¨®n.

En aquella ¨¦poca, se avizoraba la posibilidad de que Ahmed, en situaci¨®n de indefensi¨®n jur¨ªdica total en la c¨¢rcel de Guant¨¢namo, fuera entregado bajo ciertas condiciones a Espa?a, habida cuenta de cierta movilizaci¨®n contra su situaci¨®n. Con todo, la segunda visita, que seg¨²n la Embajada espa?ola en Washington deb¨ªa servir para "adoptar con el ¨²nico detenido espa?ol las medidas que se estimen oportunas", es impulsada desde Madrid con fines completamente diferentes. La Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, dependiente del Ministerio del Interior, solicita a la embajada de EE UU en Madrid un nuevo viaje a la base. La Embajada espa?ola en Washington no es informada. Pero la Embajada norteamericana da cuenta al Departamento de Estado.

?Qu¨¦ estaba ocurriendo? El secretario de Estado, Colin Powell, incitaba a los gobiernos para que enviaran misiones a Guant¨¢namo para compartir la informaci¨®n que pudiera salir. Era una forma de coordinar la lucha contra el terrorismo. Una especie de joint venture. Powell intentaba moderar los aspectos m¨¢s escandalosos de la pol¨ªtica de la Administraci¨®n de Bush en materia de violaci¨®n de derechos. Si los gobiernos aprovechaban la informaci¨®n procedente de Guant¨¢namo, ?c¨®mo iban a denunciar de manera sistem¨¢tica la existencia de ese limbo jur¨ªdico, esa tierra de nadie?

"El esfuerzo de Powell por lograr la cooperaci¨®n de la mayor cantidad de gobiernos fue notable", explic¨® en una conversaci¨®n con este peri¨®dico Scott Horton, presidente de la Comisi¨®n de Derecho Internacional de la Asociaci¨®n Americana de Abogados. "Cuantos m¨¢s gobiernos pudieran obtener datos de los detenidos, la complicidad ser¨ªa mayor. ?Qu¨¦ credibilidad tendr¨ªan sus cr¨ªticas?", apunt¨®.

El hecho es que el 16 de abril de 2002, el Departamento de Estado, tras conocer por la Embajada de Madrid la segunda misi¨®n espa?ola, se puso en contacto con la Embajada en Washington para poner en conocimiento que la polic¨ªa espa?ola hab¨ªa gestionado una nueva visita, con el apoyo del FBI.

Al d¨ªa siguiente, 17 de abril, el embajador Rup¨¦rez envi¨® a Asuntos Exteriores un telegrama. Daba cuenta de la sorpresa y recomendaba un cambio: "Departamento de Estado inform¨® a esta Embajada ayer tarde que Direcci¨®n General Polic¨ªa hab¨ªa tramitado a trav¨¦s de Embajada Americana en Madrid solicitud para que dos funcionarios Ministerio Interior (Inspector Jefe Rafael G¨®mez Menor y Oficial Polic¨ªa Francisco Javier Almeida Luengo) viajaran a Guant¨¢namo a interrogar detenidos con relaci¨®n con Espa?a. Departamento de Estado, que a?adi¨® que esta solicitud contaba con apoyo FBI americano, quer¨ªa confirmar que esta Embajada conoc¨ªa gesti¨®n preguntando si dichos funcionarios compon¨ªan totalidad delegaci¨®n espa?ola deseaba trasladarse a Guant¨¢namo.

Dejando aparte particularidad gesti¨®n, considero que especiales condiciones detenci¨®n y ambig¨¹edad cuesti¨®n estatuto jur¨ªdico hacen conveniente presencia de funcionario diplom¨¢tico, bien de esta Embajada o de ese Ministerio, al frente delegaci¨®n espa?ola. Por ello, ruego que ponga en conocimiento otras instancias y cuerpos de Seguridad del Estado eventualidad nuevo contacto con detenidos en Guant¨¢namo y me indique componentes delegaci¨®n debe viajar a dicha base americana, para continuar tr¨¢mites pertinentes con Departamento de Estado".

La embajada, por tanto, pretend¨ªa dar una cobertura diplom¨¢tica a la segunda misi¨®n. Se hab¨ªa gestado al margen de dicha representaci¨®n y su objetivo exced¨ªa al "¨²nico detenido espa?ol".

La misi¨®n, integrada por los dos polic¨ªas citados y un representante de la Embajada espa?ola en Washington, tom¨® declaraci¨®n, entre el 21 y el 26 de junio de 2002, a 13 detenidos, entre ellos al espa?ol Ahmed y al marroqu¨ª Ikassrim, en lo que en la jerga jur¨ªdica anglosajona se conoce como una fishing expedition (b¨²squeda de indicios para utilizar contra potenciales acusados o sospechosos). Esta misi¨®n carec¨ªa, trat¨¢ndose de Guant¨¢namo, de autorizaci¨®n judicial.

En su informe a Exteriores, la embajada en Washington confirma la verdadera naturaleza de la misi¨®n: "Dado que la delegaci¨®n espa?ola a¨²n ten¨ªa tiempo, se opt¨® por entrevistar a otros detenidos que por su nacionalidad pudieran ser de inter¨¦s para investigaciones judiciales abiertas en Espa?a". Y conclu¨ªa: "Resulta posible que, a la vista declaraciones L. Ikassrim, uno de los interrogados, juez Garz¨®n encargado instrucci¨®n se interese por interrogarle personalmente o bien inicie tr¨¢mites su traslado a Espa?a. Por lo visto no parece dif¨ªcil que americanos accedan a ello. Ser¨ªa conveniente evaluar necesidad presionar a autoridades de EE UU para conseguir deportaci¨®n nacional espa?ol detenido en Guant¨¢namo al mismo tiempo que el anterior".

Los polic¨ªas regresaron a Madrid y prestaron declaraci¨®n ante el juez Garz¨®n. El juez, que seg¨²n ha declarado no tuvo conocimiento previo, les solicit¨® que realizaran un informe a la Audiencia.

"El problema es saber si estas personas interrogadas por los espa?oles fueron torturadas por norteamericanos en relaci¨®n con las declaraciones que prestaron. Las torturas son una pr¨¢ctica normal, como todo el mundo sabe, en Guant¨¢namo", se?al¨® Scott Horton.

En enero de 2003, entre los d¨ªas 20 y 24 de dicho mes, una tercera visita a Guant¨¢namo reuni¨® est¨¢ vez a un funcionario de la Embajada espa?ola en Washington, el agregado de Interior (polic¨ªa) en dicha Embajada y un analista del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), enviado desde Madrid.

El 29 de diciembre de 2003, el juez Garz¨®n solicita la extradici¨®n de cuatro presos en Guant¨¢namo, entre los cuales se encuentra Abderrahman Ahmed. Pero el Departamento de Estado ya est¨¢ perfilando un programa de entregas.

Finalmente, el 11 de febrero de 2004, Powell anuncia que un detenido en Guant¨¢namo ser¨ªa "el primero de un n¨²mero de entregas que tendr¨¢ lugar en el futuro cercano". A?adi¨®: "Han habido cr¨ªticas dirigidas contra nuestros m¨¦todos pero puedo asegurar que hemos manejado esto de acuerdo a la ley internacional y con nuestro principal inter¨¦s, protegiendo no s¨®lo a los Estados Unidos contra futuros ataques terroristas, sino tambi¨¦n al mundo contra futuros ataques terroristas por parte de estos individuos". Powell explic¨® la decisi¨®n "como resultado de muchas conversaciones con el Gobierno espa?ol y buena cooperaci¨®n con Espa?a... Y s¨¦ que el Gobierno espa?ol est¨¢ tambi¨¦n ansioso por interrogarle y adoptar medidas adicionales apropiadas seg¨²n la ley espa?ola".

El 13 de febrero de 2004, Ahmed fue entregado a Espa?a y el juez Garz¨®n le hizo ingresar en prisi¨®n. Condenado por la Audiencia, fue m¨¢s tarde puesto en libertad por una sentencia del Supremo.