Ley muda
No salgo de mi asombro. Por primera vez en mi vida, y espero que no sirva de precedente, estoy de acuerdo en algo con Esperanza Aguirre, nuestra presidenta por Dios y por Tamayo. La noticia ya la sabr¨¢n ustedes, sobre todo si son padres de familia: por medio de un decreto que va a aprobarse en breve, la Comunidad de Madrid prohibir¨¢ en todas las aulas de todos los centros educativos bajo su jurisdicci¨®n el uso de tel¨¦fonos m¨®viles, consolas y artilugios de mp3. Confieso que de las consolas y el mp3 s¨¦ menos, aunque me hago una idea, pero en los m¨®viles soy un experto. Experto a mi pesar. Poseo uno, como hombre de mi tiempo que trato de ser, pero de ah¨ª a convertirlo en ese ap¨¦ndice inextirpable del cuerpo de la mayor¨ªa de seres humanos (no s¨®lo madrile?os) va un largo trecho, el que sufro a diario en los autobuses de la EMT, en los caf¨¦s, en las tiendas, en las salas de los aeropuertos, en los teatros y cines donde suena pese a los avisos; una v¨ªa dolorosa estridente que cada d¨ªa hace insufrible un nuevo lugar colonizado por sus usuarios.
Por primera vez, estoy de acuerdo con Esperanza Aguirre, presidenta por Dios y por Tamayo
Convertidos los trenes en corrales de aves chillonas, quedaba el avi¨®n como ¨²ltimo refugio sin m¨®vil
Lo curioso del edicto de Esperanza es que vaya contra la corriente del mercado, ¨²nica, dir¨ªa yo, en la que nuestra presidenta no teme ba?arse dos veces (incluso en el mismo d¨ªa). Partidaria ac¨¦rrima del consumismo, el golfismo y dem¨¢s ense?as del liberalismo contempor¨¢neo, sorprende ahora que la misma dama que favorece el libertinaje del tabaco, se ponga estricta y pedag¨®gica. Claro que ya veremos si la ley llega a puerto cuando los grandes operadores telef¨®nicos, inquietos por la ca¨ªda en la facturaci¨®n infantil, muevan Roma con Santiago para que Aguirre se caiga del caballo de su prohibici¨®n. De momento, hay tirios y troyanos infiltrados en el asunto.
Los estudiantes ven en la normativa un arma m¨¢s de clase, pues el profesor, al castigarles o expulsarles por ese uso il¨ªcito del telefonino, se convertir¨ªa en "un mercenario al servicio de la Administraci¨®n"; ning¨²n sindicato estudiantil denuncia, sin embargo, la monstruosa incongruencia de que una clase de filosof¨ªa o matem¨¢ticas se transforme en un locutorio p¨²blico. Algunos padres, con el escepticismo que da criar a unas criaturitas un buen d¨ªa convertidas en trogloditas, creen que se trata de un brindis al sol de la presidenta, pues no creen que una ley pueda m¨¢s que el sentido com¨²n, y sospechan que sus v¨¢stagos seguir¨¢n prefiriendo un SMS a un dictado. Un ¨²nico se?or de Vigo, en carta al director que consigui¨® publicar tanto en EL PA?S como en el Abc, abogaba por la prohibici¨®n, con el argumento de que la gente, si no se la multa, no pasa por el aro del civismo.
Estoy plenamente con el se?or de Vigo, a sabiendas de que tanto ¨¦l con su liga prohibicionista de los malos h¨¢bitos, como yo en mi aversi¨®n al abuso maleducado del m¨®vil, lo tenemos todo perdido. Porque mientras la Comunidad prepara esta ley tan cuerda que parece mentira que fuese necesaria, nuestras autoridades se afanan por ampliar la cobertura del m¨®vil por tierra, mar y aire. Unas autoridades que incluyen a Esperanza Aguirre, ya que en el comunitario metro de Madrid se est¨¢ trabajando no por el servicio, que sigue empeorando calamitosamente, sino para que las llamadas entren y salgan en el subterr¨¢neo.
Convertidos los trenes de largo recorrido en corrales de telef¨®nicas aves chillonas, quedaba el avi¨®n como el ¨²ltimo refugio de los sin m¨®vil. Pues tambi¨¦n esto va a acabarse: tres grandes compa?¨ªas europeas anuncian ya que sus ingenieros trabajan en un innovador adelanto cient¨ªfico que permitir¨¢ al ejecutivo dar ¨®rdenes a su oficina mientras se toma un whisky en clase business y a la se?ora pedirle al marido que saque el pescado del congelador desde el Puente A¨¦reo. ?Habr¨¢ que volver a la guerrilla de los espacios separados, como cuando el tabaco a¨²n estaba vigente, estableciendo una zona libre de emanaciones sonoras? Las aulas madrile?as quiz¨¢ dispondr¨¢n pronto de esas zonas, pero ?y al salir de clase? El legislador verdaderamente audaz y progresista ser¨ªa aquel que se preocupara por prohibir los desmanes de los adultos, incluidos los propios pol¨ªticos, que rara vez aparecen en las fotos sin un m¨®vil en la boca.
Ahora que el Estado controla (m¨¢s o menos) el humo del tabaco, los modos de conducir y los estragos del alcohol, se hace absolutamente necesaria una ley seca que cierre el pico -por decreto y con multas elevadas- a los miles de groseros desaprensivos que en cualquier espacio p¨²blico nos castigan a todas horas con sus vociferaciones andantes al m¨®vil. Eso s¨ª que ser¨ªa pedagog¨ªa.
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