Bronca

Desde el momento mismo de su nombramiento, el PP ha incorporado al nuevo ministro de Justicia, Mariano Fern¨¢ndez Bermejo, a su cat¨¢logo de motivos de bronca, con la seguridad de que el ministro no har¨¢ nada por evitarla. En la sesi¨®n de control del mi¨¦rcoles le llamaron sectario, hooligan y cosas peores, y ¨¦l respondi¨® seg¨²n su estilo.

El ambiente bronquista, que pareci¨® agradar a gran parte de las dos bancadas principales, impidi¨® afinar los argumentos sobre una cuesti¨®n bastante seria: ya en su toma de posesi¨®n, el ministro hab¨ªa calificado de "ileg¨ªtima" la composici¨®n actual del Consejo del Poder Judicial, que lleva m¨¢s de tres meses en funciones, utilizando el argumento de que no refleja la composici¨®n actual del Parlamento. As¨ª formulado, es un mal argumento. La composici¨®n del Consejo no tiene por qu¨¦ reproducir la relaci¨®n de fuerzas parlamentarias, y de hecho la Constituci¨®n le otorga un mandato de cinco a?os para que no coincida exactamente con el periodo de una legislatura.

Pero no tiene raz¨®n el PP al ignorar la otra parte del argumento: que, dado que se necesita una mayor¨ªa de tres quintos para los nombramientos, la oposici¨®n est¨¢ ejerciendo una especie de veto que bloquea la renovaci¨®n del Consejo; lo que en la pr¨¢ctica equivale a prolongar el mandato del elegido en 2001, cuando el PP ten¨ªa mayor¨ªa absoluta. Esto es lo que debe ser denunciado como un abuso.

No hay renovaci¨®n sin consenso, y el ministro, responsable sobre todo del buen funcionamiento de la justicia, est¨¢ obligado a propiciarlo por todos los medios a su alcance. No es seguro que la t¨¢ctica de entrar a todas las provocaciones de la oposici¨®n para garantizar que siga la bronca sea la mejor manera de conseguirlo.