El acercamiento a la Tierra en 2029 de un asteroide activa la defensa espacial
Apofis pasar¨¢ a menor distancia que los sat¨¦lites geoestacionarios y puede chocar en 2036
El 13 de abril de 2029 un pedrusco espacial de unos 300 metros de longitud, bautizado Apofis, pasar¨¢ tan cerca de la Tierra que rozar¨¢ la ¨®rbita donde se alinean los grandes sat¨¦lites de comunicaciones, a 36.000 kil¨®metros de altura. Descartada la colisi¨®n en ese pase, los ¨²ltimos c¨¢lculos, siempre provisionales, indican que existe un riesgo de choque con el planeta siete a?os despu¨¦s. Mientras los astr¨®nomos y las agencias espaciales vigilan continuamente el asteroide, la ONU y otros organismos discuten, todav¨ªa de manera informal, la posibilidad de hacer algo para desviarlo.
El asteroide Apofis es de los pocos que han merecido un nombre, entre los centenares que los astr¨®nomos vigilan sistem¨¢ticamente por resultar inc¨®modos para la Tierra por su proximidad. Apofis es el nombre griego del demonio egipcio Apep, que representaba el caos y atacaba a Ra (para los egipcios el dios Sol), causando los eclipses solares. El nombre se lo han puesto sus descubridores, astr¨®nomos estadounidenses que lo vieron por primera vez en 2004.
Los ¨²ltimos c¨¢lculos sobre el acercamiento de Apofis en 2029 y el posible impacto en 2036 los han hecho los cient¨ªficos que mantienen Neodys, un sistema pionero de vigilancia de los objetos celestes cercanos a la Tierra. De los c¨¢lculos se responsabiliza la matem¨¢tica espa?ola Mar¨ªa Eugenia Sansaturio, que maneja desde Valladolid la base de datos duplicada de este sistema, establecido por Andrea Mirani en la Universidad de Pisa. El asteroide pasar¨¢ el 13 de abril de 2029 a unos 38.000 kil¨®metros del centro de la Tierra (la Luna est¨¢ 10 veces m¨¢s lejos, a 384.000 kil¨®metros), con riesgo cero de impacto. En 2036, a causa de la perturbaci¨®n producida en 2029 por la proximidad de la Tierra, la probabilidad de impacto aumenta a una entre 50.000.
Apofis da la vuelta al Sol en una ¨®rbita muy parecida a la de la Tierra. Por eso se encuentra con ella peri¨®dicamente. Se han calculado sus acercamientos y antes de 2029 lo har¨¢ en 2013 y 2021. Si un asteroide de este tama?o chocara con la Tierra, es muy probable que provocara una gran destrucci¨®n localizada y que afectara tambi¨¦n al clima. Los cient¨ªficos han realizado incluso simulaciones de tsunamis tras el impacto en el Pac¨ªfico.
Sansaturio, que es tambi¨¦n presidenta de la Fundaci¨®n Spaceguard Espa?a, recuerda que la generaci¨®n actual tuvo ocasi¨®n de observar el choque del Cometa Shoemaker-Levy con J¨²piter en 1994, lo que hizo que se diera cuenta m¨¢s claramente del riesgo que representan los asteroides y cometas. Aunque est¨¢ en contra del tratamiento sensacionalista, "el caso del Apofis es extraordinario" explica, "porque la ¨®rbita va a cambiar en 2029". Sin embargo, para calibrar el riesgo, se tiene en cuenta el tiempo que falta para la posible colisi¨®n ya, que, como recuerda Sansaturio, "con unos a?os de preaviso se pueden desarrollar nuevos recursos tecnol¨®gicos".
El Observatorio Astron¨®mico de Mallorca colabora con Neodys en el seguimiento de los cuerpos cercanos a la Tierra. Su director, Salvador S¨¢nchez, comenta que las ¨²ltimas observaciones de Apofis se hicieron en septiembre desde Mauna Kea (Hawai) y que el observatorio est¨¢ intentando fotografiarlo estos d¨ªas. Apofis le parece importante, pero cree que puede haber un susto mayor antes de 2029. "No se est¨¢n siguiendo los asteroides de entre 100 y 300 metros y hay much¨ªsimos". Recuerda que un cuerpo en ese rango de tama?o fue la causa del espectacular suceso de Tunguska (Siberia) en 1908, aunque, de todas formas, el 20% del riesgo no corresponde a los asteroides sino a los cometas, que pueden dar mucho menos preaviso.
No es S¨¢nchez el ¨²nico preocupado. El Congreso de Estados Unidos ha pedido a la NASA que establezca medios para detectar y rastrear estos peque?os cuerpos. Hasta ahora el objetivo eran los asteroides de m¨¢s de un kil¨®metro. Dentro de unos d¨ªas, se espera que la NASA presente sus planes en el II Congreso de Defensa Espacial en Washington. Los dem¨¢s pa¨ªses dedican mucho menos dinero a la amenaza espacial, que en Europa podr¨ªa integrarse en el futuro en las actividades de seguridad. Neodya, por ejemplo, a pesar de ser la referencia y de que de ¨¦l surgi¨® el sistema paralelo que posee ahora la NASA, no tiene todav¨ªa financiaci¨®n estable.
Mientras tanto, la Sociedad Planetaria, fundada por el famoso divulgador Carl Sagan, ha convocado un concurso para obtener datos m¨¢s refinados de la ¨®rbita de Apofis e ideas sobre c¨®mo hacer que deje de ser una amenaza para la Tierra. En este terreno se mueve la Agencia Europea del Espacio (ESA), que seleccion¨® el proyecto Don Quijote, presentado por la empresa espa?ola Deimos. Andr¨¦s G¨¢lvez, que gestiona el programa de la ESA que estudia la viabilidad y definici¨®n del proyecto, explica que se trata de demostrar la capacidad de mover un asteroide y cree que los esfuerzos internacionales est¨¢n convergiendo. "Para determinar con mayor precisi¨®n la ¨®rbita de Apofis", comenta, "nuestra misi¨®n tiene un papel. Podr¨ªamos mandar la nave que se pondr¨ªa en ¨®rbita del asteroide."
G¨¢lvez coincide con Sansaturio en la importancia de divulgar el tema sin sensacionalismo: "Cuantos m¨¢s objetos se descubren m¨¢s se debe educar a la gente para que entienda los riesgos y las soluciones".
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