Shakespeare en clave pop

Shakespeare seg¨²n cinco m¨²sicos de pop. Eso es lo que propone el compositor brit¨¢nico Gavin Bryars en su nuevo espect¨¢culo, Nothing like the Sun, que se estrena esta noche en el teatro Court Yard de Stratford Upon Avon, ciudad natal del bardo ingl¨¦s. Versiones musicales de los sonetos de Shakespeare, ideadas por cinco m¨²sicos alternativos, que van desde el pop a la electr¨®nica. Cada uno ha escogido un soneto, y lo ha arreglado a su manera para que lo interpreten en directo una soprano, un tenor y un ensemble de ocho m¨²sicos de la compa?¨ªa Opera North.

Est¨¢ Anthony Hegarty, el gigante con sensibilidad femenina, ganador del prestigioso premio Mercury 2005 con el disco I am a bird now, que firma con su marca art¨ªstica Antony and the Johnsons. Diestro colaborador, Hegarty se ha asociado con el compositor Nico Muhly, y juntos crean melod¨ªas y pasajes abstractos que encajan "como un traje hecho a medida" en los versos del soneto de amor n¨²mero 27. Natalie Merchant, ex cantante del grupo 10.000 Maniacs, el irland¨¦s Gavin Friday, el violinista Alexander Balanescu y la diva de la electr¨®nica Mira Calix completan el cartel reunido por Bryars para este singular proyecto de la Royal Shakespeare Company.

La palabra hablada o escrita siempre ha inspirado al compositor Gavin Bryars. Y las colaboraciones multidisciplinares salpican la vers¨¢til carrera de este m¨²sico ingl¨¦s, nacido en Yorkshire en 1943. En A man in a room, gambling, pieza concebida para la radio, encuadraba bajo un contexto musical los trucos de cartas que desvelaba el escultor Juan Mu?oz. A Tom Waits le cedi¨® la voz en Jesus' Blood Never Failed me, un trabajo orquestal de 1971.

Para Nothing like the Sun, el espect¨¢culo que se estrena esta noche, Bryars asegura que lo primero fue "entablar la relaci¨®n con el artista, y de ah¨ª surgieron las ideas para trabajar juntos". "Busqu¨¦ colaboradores fuera del mundo cl¨¢sico", explica, "porque muchos artistas pop tienen una inteligencia musical que va m¨¢s all¨¢ del g¨¦nero por el que son conocidos. Se espera de ellos que operen siempre dentro de los l¨ªmites de su campo, pero sus ideas pueden abarcar ¨¢reas m¨¢s amplias".

Estamos en un teatro de Nottingham, al norte de Inglaterra, donde los m¨²sicos ensayan las distintas lecturas de los sonetos de Shakespeare. Bryars se apoya en su viol¨®n mientras aguarda la se?al de James Holmes, director del ensemble de ocho instrumentistas. Le acompa?an la soprano Anna Maria Friman y el tenor John Potter. Bryars aprovecha el par¨®n para describir las distintas piezas que han creado los artistas invitados: "La de Natalie tiene cierta calidad folk, es dram¨¢tica y bastante emotiva. Alexander ha creado un trabajo de fusi¨®n. Gavin Friday recuerda a un bluesman. Muy apropiado, por cierto, ya que es el ¨²nico que canta sus versos. La de Antony es preciosa, pero a¨²n no la hemos ensayado", reconoce.

Suenan de pronto el vibr¨¢fono y un solitario clarinete. Crecen las notas de un par de violines, del violonchelo y del viol¨®n, envolviendo la sala en un ambiente enso?ador, juguet¨®n y hasta amenazante. Hay pausas intercaladas por la voz de Friday. La soprano canta en un registro alt¨ªsimo los versos del soneto 27, que hablan de noches desveladas por visiones de "tu fantasma, ante mis ojos ciegos, que cual joya colgada en la siniestra noche, embellece tinieblas, renovando tu rostro".

La log¨ªstica impone el reparto de funciones entre compositores e int¨¦rpretes. El ensemble aporta unidad al programa, y permite ampliar los horizontes del proyecto con una serie de fechas en directo a las que dif¨ªcilmente se podr¨ªan unir los cinco creadores invitados.

La segunda parte del programa se centra en ocho sonetos que ha adaptado el propio Bryars. Pas¨® de largo los c¨¦lebres poemas de amor y eligi¨® poemas "muy sombr¨ªos, melanc¨®licos filos¨®ficos, meditativos. Forman parte de la condici¨®n humana, son tan relevantes hoy como en tiempos en Shakespeare. Pretender que estamos contentos a todas horas es una tonter¨ªa. Todos tenemos momentos de desesperaci¨®n. Todos estamos condenados a morir, pero las artes, la poes¨ªa, la cultura, la m¨²sica siguen vivas".

En la cuna de Shakespeare, Nothing like the Sun recalar¨¢ dos jornadas consecutivas para recorrer despu¨¦s otras ciudades del norte de Inglaterra, y quiz¨¢ tambi¨¦n de Europa continental. "Todo el mundo conoce la obra de Shakespeare, aunque sea en traducciones. Nos gustar¨ªa salir al extranjero y, a estas alturas, ya hay gente interesada en Holanda, B¨¦lgica e Italia. Ser¨ªa fant¨¢stico poder ir tambi¨¦n a Espa?a", reconoce el compositor.