El arte de hipnotizar ni?os
El escritor y humorista argentino Luis Mar¨ªa Pescetti hechiza a 80 chavales cant¨¢ndoles "la realidad" y no "el ideal"
Luis Mar¨ªa Pescetti (Santa Fe, 1958), guitarra de cedro rojo sobre las pantorrillas, mira muy serio a su audiencia. Un p¨²blico homog¨¦neamente inquieto entre 8 y 12 a?os que no ha perdido la atenci¨®n en ning¨²n momento durante una hora completa. "Un milagro", seg¨²n algunos adultos. Un truco, seg¨²n el propio Pescetti, que consiste en "contarles a los chicos las cosas como son". Una estrategia que, visto lo visto ayer en el C¨ªrculo de Bellas Artes, le lleva funcionando al escritor, m¨²sico y humorista argentino desde hace tres d¨¦cadas.
"Hago un show familiar", dice moviendo moderadamente las manos. No se refiere a un bienintencionado espect¨¢culo para todos los p¨²blicos. El prop¨®sito, con chistes no del todo pol¨ªticamente correctos, algunas dosis de escatolog¨ªa y mucha iron¨ªa, es que padres e hijos se reconozcan. "Me gusta la realidad, no el ideal, que creo que es un recurso da?ino para los chavales", explica Pescetti, que ejemplifica: "Si hago una historia sobre un campamento de verano cuento que los cacharros siempre est¨¢n sucios y cosas as¨ª".
En la pr¨¢ctica, ese discurso se traduce en la historia de un ni?o can¨ªbal que se come a sus amiguitos y cuya abuela es un rollo "porque es vegetariana". En un di¨¢logo de sordos familiar que es "el juego de bien y nada", donde los hijos contestan siempre lo correcto ("?Qu¨¦ tal las matem¨¢ticas?, bien; ?Qu¨¦ hab¨¦is hecho hoy en el colegio?, nada". Y as¨ª). En una sucesi¨®n de "cacas" rimadas de distinta consistencia y cualidad seg¨²n el personaje ("La ni?a que hace caca como una pi?a"). O en pedir la colaboraci¨®n de los espectadores ("?Esas palmas!", exclama el artista, y la gente muestra las palmas de las manos extendidas en lugar de seguir el ritmo). En medio, acordes de guitarra m¨¢s complejos de lo que aparentan, m¨ªmica, ruiditos extra?os y chistes intercalados en la tradici¨®n del cabar¨¦. Un delirante programa que, al menos ayer, resulta m¨¢s efectivo que un ej¨¦rcito de supernannys para hipnotizar a los ni?os.
Los chicos, unos 80, todos vestidos con el ch¨¢ndal de cuatro colegios madrile?os, se marchan rebobinando la actuaci¨®n, repiti¨¦ndose los chistes y s¨®lo son capaces de decir que les ha gustado "mucho", "pero mucho". Incluso a los mayores, que rozan la adolescencia. Un p¨²blico, seg¨²n el autor, "m¨¢s dif¨ªcil", pero al que ha conseguido inmiscuir en sus juegos de muecas y que, aunque con m¨¢s timidez y distancia, sale igual de entusiasmado que los m¨¢s peque?os.
Aunque es dif¨ªcil mirarle sin re¨ªr, Pescetti, que lleva de gira en Espa?a desde el 7 de febrero, es un hombre serio. Estudi¨® pedagog¨ªa musical, piano y armon¨ªa. Ha trabajado de m¨²sico terapeuta con mujeres operadas de c¨¢ncer de mama. Form¨® parte de la Secretar¨ªa de Cultura de Argentina. Ha dado seminarios sobre humor en universidades. Pero, sobre todo, tiene una larga lista de discos y libros dedicados al mundo infantil. Su ¨²ltima novela, editada en Espa?a por Alfaguara, se titula Lejos de Frin. No es la primera. Ha ganado varios premios con sus libros anteriores, como el ALIJA, argentino, por Caperucita como se la contaron a Jorge. Adem¨¢s, conduce programas de radio y televisi¨®n en Argentina y M¨¦xico.
Pescetti, que ha teorizado en aulas magnas sobre la narrativa y el humor, cree que el secreto es "abrir los o¨ªdos". Saber c¨®mo son de verdad los ni?os y que ellos sepan "c¨®mo son de verdad las cosas". Ni m¨¢s ni menos. Y encima, a carcajada limpia.
Canciones de bolsillo, de Luis Mar¨ªa Pescetti. Hoy, a las 18.00. Casa de Cultura de Colmenarejo.
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