Minusv¨¢lidos sin derechos

La ONCE tiene una normativa estatutaria, que impone como condici¨®n imprescindible para el derecho de afiliaci¨®n, la nacionalidad espa?ola, lo que en ning¨²n pa¨ªs de la Uni¨®n Europea ocurre. Un ciudadano extranjero ciego, tiene prohibido lo siguiente: el derecho de afiliaci¨®n, derecho de participar en cualquier actividad organizada para los ciegos espa?oles, derecho a prestarle aparatos espec¨ªficos para la ense?anza, acceso a las bibliotecas ONCE con materiales y libros en formatos espec¨ªficos, adquirir productos y accesorios imprescindibles para la discapacidad en r¨¦gimen de igualdad con los ciegos espa?oles (bastones blancos, relojes, tensi¨®metros u otro aparato con s¨ªntesis vocal, programas para ordenadores, etc¨¦tera) teniendo que pagar un 40% por no tener nacionalidad espa?ola. Los ciegos extranjeros, no pueden trabajar como vendedores de cup¨®n, si no poseen un permiso de residencia y trabajo, cuando se sabe que este permiso s¨®lo se obtiene bas¨¢ndose en una oferta de trabajo, mientras ellos lo piden obligatoriamente a la hora de solicitar el puesto. Los ciegos en Espa?a, no tienen derecho a una protecci¨®n social individual y a una ayuda econ¨®mica propia, igual que en todos los pa¨ªses de la Uni¨®n, siendo considerados s¨®lo anexos de sus familiares. La conclusi¨®n: a un ciego extranjero que reside legalmente en Espa?a, se le quita cualquier derecho, incluso el derecho a la m¨ªnima condici¨®n humana.