El TC debe fallar sobre otras 15 cuestiones de inconstitucionalidad
Son varios centenares los pleitos que la Administraci¨®n educativa, en sus diferentes niveles y comunidades aut¨®nomas, viene soportado por despidos nulos o improcedentes de profesores de religi¨®n cat¨®lica, y suman millones de euros las indemnizaciones pagadas por "acoso moral", salarios atrasados u otros motivos. Pero, a efectos del Tribunal Constitucional, lo relevante es que sus magistrados tienen sobre la mesa al menos otras 15 cuestiones de inconstitucionalidad, la mayor¨ªa suscitadas por el Tribunal Superior de Canarias.
Otro caso es el de los recursos de amparo individuales. El TC, en su sentencia de la semana pasada, da por sentado que le llegar¨¢ el de la profesora Mar¨ªa del Carmen Galayo Mac¨ªas cuando termine su calvario por los tribunales ordinarios, es decir, ante el Superior de Justicia de su comunidad y ante el Tribunal Supremo. "Gane o pierda, el pleito llegar¨¢ a lo m¨¢s arriba, porque los obispos, si no les dan la raz¨®n, no van a conformarse, envalentonados con la sentencia de esta semana", declar¨® a EL PA?S un dirigente de Feper.
El caso Galera
Entre todos los casos pendientes de fallo ante el Constitucional, el de Resurrecci¨®n Galera tiene una vertiente especial, seg¨²n los sindicalistas. Su despido, en el a?o 2000, por el obispo de Almer¨ªa tras conocer que la joven profesora de religi¨®n en el colegio p¨²blico Ferrer Guardia se hab¨ªa casado con un divorciado, fue el detonante de otros muchos, y un gran esc¨¢ndalo durante semanas.
La Magistratura de Trabajo declar¨® procedente aquel despido. Despu¨¦s de los correspondientes recursos, el pleito est¨¢ hoy ante el Constitucional. "Hace ya m¨¢s de cuatro a?os", declara, decepcionado, desde Almer¨ªa el marido de la afectada, Johannes Romes, alem¨¢n, divorciado antes de casarse con la profesora Galera, traductor entonces y hoy propietario de un hotel en la zona alta de N¨ªjar. "No s¨®lo hemos topado con la Iglesia, sino tambi¨¦n con la Justicia", dijo ayer a EL PA?S.
Como en tantos otros casos, Resurrecci¨®n Galera, hoy madre de una ni?a de nueve meses, perdi¨® su empleo "sin enterarse, sin aviso previo". Acab¨® el curso, y cuando volvi¨® al colegio Ferrer Guardia, en los Llanos de la Ca?ada, se encontr¨® que otro profesor ocupaba su puesto y daba clase en la misma aula "a los ni?os que adoraba y me adoraban", recuerda. Pese a que el colegio Ferrer Gardia era p¨²blico y, por tanto, depend¨ªa de la Junta de Andaluc¨ªa, las autoridades educativas civiles no pudieron hacer nada por remediar su situaci¨®n, pese a haberle prometido que lo har¨ªan.
"En la Edad Media algunos obispos me habr¨ªan quemado viva", sigue pensando Resurrecci¨®n Galera siete a?os despu¨¦s. Lo m¨¢s triste, a?ade, es que el Estado espa?ol, no haya podido hacer nada para impedir "estos atropellos". Galera es hoy auxiliar administrativa en el instituto de Campohermoso.
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