Los perdedores tocan la gloria

Jackie Earle Haley desapareci¨® de la pantalla durante m¨¢s de 10 a?os. Para sobrevivir fue conductor de limusinas y hasta repartidor de pizzas. Hab¨ªa jurado que no volver¨ªa a actuar pero hace un a?o el tel¨¦fono volvi¨® a sonar. La oferta era interpretar a un ex presidiario acusado de pederastia en la nueva pel¨ªcula de Todd Field, Juegos secretos. Acept¨® y hoy, candidato al Oscar al mejor actor secundario, cruzar¨¢ la alfombra roja. No muy lejos andar¨¢ Alan Arkin, conocido por sus amigos indios como Lobo Gris, el abuelo yonqui de Peque?a Miss Sunshine, otro outsider que ha sido candidato tres veces a la estatuilla dorada, la ¨²ltima hace 38 a?os.

La 79? edici¨®n de los Oscar de Hollywood tiene algo de desfile de veteranos. Se respira cierto aire de complicidad y de camarader¨ªa, muchos de los candidatos han saboreado la derrota, saben lo que es recibir una buena paliza. Scorsese, director de Infiltrados, parte como favorito. Es su octava posibilidad de ganar lo que nunca ha ganado y sabe que una vez m¨¢s (aunque parece improbable) se puede ir con las manos en los bolsillos. El director de Toro salvaje no es el ¨²nico con un pasado de vencido. El m¨²sico Thomas Newman (creador de la banda sonora de El buen alem¨¢n) tambi¨¦n ha sido -sin ¨¦xito- ocho veces candidato a un Oscar y su primo, Randy Newman, le dobla con 16 candidaturas, aunque en 2001 por fin gan¨® una estatuilla con la canci¨®n de Monsters. Este a?o opta al premio en la misma categor¨ªa por Cars. Clint Eastwood est¨¢, pero no con Banderas de nuestros padres, sino con su canto a los soldados japoneses que cayeron y murieron en Iwo Jima.

El caso de Peter O'Toole es aparte. Su interpretaci¨®n en Venus merece algo m¨¢s que una candidatura al Oscar (la octava sin premio en su longeva carrera), pero el genial histri¨®n lo tiene complicado. La fuerza sobrenatural de Forest Whitaker, candidato al mejor actor por El ¨²ltimo rey de Escocia, es descomunal, imparable. O'Toole recibi¨® en 2003 un Oscar por su carrera. Honores que en un principio se neg¨® a aceptar agradeciendo el detalle a la Academia con una carta que dec¨ªa: "Todav¨ªa sigo en la partida, a¨²n podr¨ªa ganar a ese cabronazo encantador. ?Podr¨ªa la Academia aplazar los honores hasta que cumpla los 80?". No le faltaba raz¨®n al irland¨¦s, que a sus 74 a?os, y con su ilustre saco de huesos ba?ado en vino y whisky, no se da por vencido y est¨¢ dispuesto a medirse en el ring con un joven peso pesado de aire melanc¨®lico como Whitaker.

Desde hace unos a?os, los Oscar reflejan en su lista de pel¨ªculas la terrible sequ¨ªa creativa que sufren los grandes estudios de Hollywood. El cine independiente o semiindependiente se abre as¨ª camino en unos premios en los que hace un tiempo era impensable un hueco para pel¨ªculas como Little Miss Sunshine (para muchos la mejor, de lejos, de las cinco candidatas al premio principal) o The Queen, que con seis candidaturas demuestra que ha gustado m¨¢s all¨¢ de la genial interpretaci¨®n de Hellen Mirren.

Hoy hay sitio entre los grandes para Pen¨¦lope Cruz, con un trabajo en espa?ol interpretando a una mujer del Madrid radial; para Ryan Gosling, el actor canadiense que en Half Nelson da vida a un joven profesor enganchado al crack, o para la japonesa Rinko Kikuchi, esa adolescente sordomuda de Babel que no necesita hablar ning¨²n idioma para expresar la desesperada soledad de su cuerpo. Cine y cineastas nacidos en los m¨¢rgenes que han llegado al olimpo sin renunciar a lo que son. Como dec¨ªa ayer mismo Guillermo del Toro: "Yo sigo siendo un gordo al que le gusta el cine raro. He vivido toda mi vida en un gueto de monstruos y para llegar aqu¨ª no he tenido que salir de ese gueto. ?se es mi triunfo".