Transexuales
Hay que felicitar al PP por su voto en el Senado a favor de la llamada ley de identidad de g¨¦nero (formalmente, Ley reguladora de la rectificaci¨®n registral de la menci¨®n relativa al sexo de las personas). Y hay que pedirle que en el Congreso -donde antes hab¨ªa votado en contra- mantenga su nueva actitud. La ley est¨¢ destinada a hacer la vida m¨¢s f¨¢cil a las personas transexuales, uno de los grupos sociales que m¨¢s dolor arrastran (marginaci¨®n, paro, agresiones, incomprensi¨®n), como reconoci¨® el portavoz popular en la Comisi¨®n de Justicia de la C¨¢mara alta, Evaristo Nogueira. La norma consigue satisfacer las demandas de los afectados sin menguar los derechos de los dem¨¢s. Es, por ello, una ley social, avanzada y, sobre todo, justa.
A la felicitaci¨®n hay que a?adir a los otros partidos, empezando por los que fueron desde el principio impulsores de la reglamentaci¨®n, con el PSOE y sus socios a la cabeza, pero tambi¨¦n otros grupos minoritarios. Con ella se garantizar¨¢ que los transexuales puedan inscribir en el Registro Civil -y en todos sus documentos oficiales, desde DNI a t¨ªtulos acad¨¦micos- el sexo que realmente sienten como propio, y no el que les corresponde biol¨®gicamente. Las asociaciones de afectados calculan que m¨¢s de 3.000 personas podr¨¢n acogerse a la ley. Que, adem¨¢s, el proceso no requiera de una sentencia judicial y que no se les exija pasar obligatoriamente por un peligroso, doloroso y costoso proceso de reasignaci¨®n quir¨²rgica de los genitales es una prueba m¨¢s de la generosidad con la que se ha llegado a este punto del tr¨¢mite de la ley. Afirmar que la falta de este requisito quir¨²rgico podr¨ªa causar cambios caprichosos de los datos registrales es ignorar el sufrimiento y el trabajo que lleva aparejado el intento de conseguir que el sexo vivido se corresponda con el oficial.
La ley, que se vota el 1 de marzo, deja algunos aspectos sin respuesta. Los m¨¢s destacados, que no se pueda aplicar a los transexuales extranjeros, y que los menores de edad no puedan acogerse a sus ventajas, ignorando las evidencias cient¨ªficas que recomiendan comenzar la adaptaci¨®n desde que se diagnostica el desajuste en la identidad, muchas veces en la adolescencia. Tambi¨¦n queda pendiente el espinoso tema de la financiaci¨®n p¨²blica del proceso de reasignaci¨®n, que depender¨¢ de las comunidades aut¨®nomas. Pero con la nueva ley se dan los primeros pasos para hacer de las personas transexuales ciudadanos de pleno derecho. Su integraci¨®n y su visibilidad har¨¢n que el resto de las medidas que reclaman se recorran con menos recelos y m¨¢s aceptaci¨®n.
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