El ascenso al cielo del comisario Calabresi
El Vaticano inicia la beatificaci¨®n del polic¨ªa que inspir¨® la obra teatral 'Muerte accidental de un anarquista', de Dar¨ªo Fo
Dario Fo, dramaturgo y premio Nobel de Literatura, estren¨® en 1970 una de sus m¨¢s c¨¦lebres piezas de teatro pol¨ªtico: Muerte accidental de un anarquista. La obra se inspiraba en el extra?o fallecimiento de Giuseppe Pinelli, un ferroviario anarquista y pacifista, ca¨ªdo de una ventana mientras era interrogado en la oficina del comisario de polic¨ªa Luigi Calabresi. Esta obra contribuy¨® a convertir a Calabresi en un monstruo para la izquierda, en Italia y en toda Europa. Calabresi fue asesinado en 1972 por un grupo de extrema izquierda. La Iglesia cat¨®lica italiana ha iniciado ahora el proceso de beatificaci¨®n del pol¨¦mico comisario.
Dario Fo, dramaturgo y premio Nobel de Literatura, estren¨® en 1970 una de sus m¨¢s c¨¦lebres piezas de teatro pol¨ªtico: Muerte accidental de un anarquista. La obra se inspiraba en el extra?o fallecimiento de Giuseppe Pinelli, un ferroviario anarquista y pacifista, ca¨ªdo de una ventana mientras era interrogado en la oficina del comisario de polic¨ªa Luigi Calabresi. Esta obra contribuy¨® a convertir a Calabresi en un monstruo para la izquierda, en Italia y en toda Europa. Calabresi fue asesinado en 1972 por un grupo de ultraizquierda. La Iglesia cat¨®lica italiana ha iniciado ahora el proceso de beatificaci¨®n del pol¨¦mico comisario.
La tragedia de Pinelli y Calabresi constituye un s¨ªmbolo de los terribles y m¨¢s que convulsos a?os setenta en Italia, los "a?os de plomo" -en referencia evidente al cruce de disparos y bombas- que causaron cientos de v¨ªctimas.
Pinelli fue detenido inmediatamente despu¨¦s de un atentado en la plaza Fontana de Mil¨¢n, ocurrido el 12 de diciembre de 1969, en el que murieron 16 personas y 88 sufrieron heridas. Sucesivos juicios fracasaron en la b¨²squeda de los responsables del atentado, pero todos los indicios apuntan ahora a la extrema derecha, en connivencia con sectores de los servicios secretos. En un primer momento, sin embargo, se sospech¨® de los anarquistas. Y Pinelli fue detenido, junto con otras personas.
Nunca se sabr¨¢ qu¨¦ ocurri¨® en la oficina del comisario Calabresi. Un juez, parcial en el mejor de los casos, dictamin¨® que el anarquista hab¨ªa ca¨ªdo por la ventana a causa de un desmayo, aunque la trayectoria del cuerpo no fuera vertical. El veredicto de inocencia no libr¨® a Calabresi de una feroz campa?a de prensa. La opini¨®n p¨²blica le dio por culpable. El comisario se sab¨ªa en el punto de mira del terrorismo de izquierda y la sentencia fue ejecutada con dos balazos el 7 de mayo de 1972, a la puerta de su casa. Varios miembros del grupo ultraizquierdista Lotta Continua fueron condenados por el asesinato, en otro proceso abundante en contradicciones y puntos oscuros.
Calabresi era un cat¨®lico fervoroso. Hab¨ªa estado a punto de ordenarse sacerdote antes de ingresar en la polic¨ªa, donde, seg¨²n escribi¨® en la ¨¦poca, hac¨ªa "falta un testimonio cristiano". Las primeras voces a favor de su beatificaci¨®n surgieron, t¨ªmidas, poco despu¨¦s de su muerte. El sacerdote Ennio Innocenti empez¨® en 1996 a promover la causa y a recoger documentos a favor de la beatificaci¨®n. Innocenti es, tras el nihil obstat concedido ahora por el cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, postulador de la causa, seg¨²n inform¨® ayer el diario La Stampa.
Para conceder la beatificaci¨®n, paso previo a la santidad, la Iglesia cat¨®lica exige pruebas de que la persona en cuesti¨®n muri¨® como m¨¢rtir o ejercit¨® "de forma heroica" las virtudes cristianas. Tambi¨¦n exige pruebas de al menos un milagro ocurrido gracias a la "intercesi¨®n" del potencial beato. La viuda de Calabresi, Gemma Capra, defini¨® a su marido como "un buen cristiano, un buen padre y un buen ciudadano", pero se declar¨® "estupefacta" al saber que se hab¨ªa abierto una causa de beatificaci¨®n a su favor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.