Tiembla el Celta

El golpe de tim¨®n del Celta para enderezar el rumbo perdido estos meses parec¨ªa definitivo con el buen juego desplegado en la Copa de la UEFA. Pero en la Liga, y en casa, el equipo de Fernando V¨¢zquez se echa a temblar a las primeras de cambio. Hasta con dos goles de ventaja le da tanto p¨¢nico rematar la faena que se acaba bloqueando, como el paciente de v¨¦rtigo que no puede contener el impulso de inclinarse hacia el abismo.

As¨ª regalaron los vigueses un empate precioso al Racing, un equipo en racha que pudo haber cosechado la remontada del a?o si el peligroso y compensado d¨²o Munitis-Zigic hubiera tenido un poquito m¨¢s de fortuna. Hay que decir, pese a cualquier resultado posible, que el hombre del partido fue el delantero c¨¢ntabro, un atleta antes que futbolista en el mejor sentido de la expresi¨®n, una aut¨¦ntica pesadilla para las bandas c¨¦lticas. A quien ocup¨® la derecha, le mare¨® en el primer tiempo -Aspas tuvo que recibir numerosas ayudas- y al de la izquierda, con el internacional ?ngel de lateral, le desbord¨® hasta el pitido final.

El Celta pens¨® que todo soplaba a su favor desde los primeros minutos, con un penalti m¨¢s que dudoso a su favor que convirti¨® Baiano. El Celta mantuvo el optimismo en el juego y el control del bal¨®n. V¨¢zquez, por iniciativa propia y por las ausencias m¨¦dicas, prob¨® un esquema novedoso sobre el campo, con el flamante fichaje Bamogo acompa?ando a Baiano en la punta. Se puso de manifiesto una de las m¨¢ximas del conjunto vigu¨¦s esta temporada: sobran filigranas y escasean la fuerza, la coordinaci¨®n y la autoridad ante el rival.

La ausencia del estilista Canobbio, muy est¨¦tico cuando tiene el bal¨®n en su poder, se not¨® en que Bamogo, su sustituto, corri¨® millas con y sin bal¨®n, y acos¨® a la defensa racinguista hasta la saciedad. A la postre, cerca de la media hora, el franc¨¦s recibi¨® un pase clavado de Gustavo L¨®pez y dej¨® sentado a To?o, el portero rival.

No se acabaron aqu¨ª las sorpresas en ambas alineaciones. El cuadro de V¨¢zquez sali¨® en la segunda mitad dispuesto a amarrar el resultado sin pensar en otra cosa. Mientras, el Racing, con un Munitis que distribuye balones y ¨¢nimos a raudales, se planteaba intentar la remontada. En esa situaci¨®n, el t¨¦cnico gallego meti¨® a un defensa, Lequi, y retir¨® a un delantero como Bamogo.

Y empez¨® el repliegue que, sin embargo, se tradujo en el primer gol de los de Portugal. Scaloni se despega de sus defensas y se va a la l¨ªnea de fondo, desde donde da un pase c¨®modo a Munitis, que dispara y Pinto s¨®lo puede rozar con el guante. En ese momento, el Celta ya jugaba con cinco defensas. A los 21 minutos de poner a Lequi en juego, y ya con el empate tras un segundo gol de penalti lanzado por Cristian ?lvarez, V¨¢zquez decide retirar al argentino y poner en su lugar a Perera, un delantero. El Celta ya hab¨ªa perdido toda su compostura. Retrocedi¨® tanto que se meti¨® en una caverna. El Racing jug¨® solo, sin rival en 70 metros, los ¨²ltimos minutos.