Hollywood salda su deuda con Scorsese

Steven Spielberg le gui?¨® un ojo. ?sa era la se?al. Rodeado de su familia y sus colaboradores, Martin Scorsese recibi¨® el domingo por la noche el primer Oscar de su vida. Infiltrados, remake de Infernal affaires (Juego sucio), logr¨® el consenso que durante a?os se le hab¨ªa negado al cineasta de Queens. "Cuando la gente me dec¨ªa que ¨¦ste era por fin mi a?o no me lo cre¨ªa. Estaba demasiado acostumbrado a perder". Pero Spielberg (un viejo amigo que present¨® el premio junto a Francis Ford Coppola y George Lucas) le lanz¨® el aviso al abrir el sobre y Scorsese supo que el Oscar por fin era suyo.

'La vida de los otros' dej¨® a Guillermo del Toro con la palabra en la boca y sin Oscar

El director de Toro Salvaje, con su ingl¨¦s de metralleta, brome¨® con la posibilidad de que todo fuera una broma y luego arranc¨® con su larga lista de agradecimientos: sus hijas, su mujer, su fiel montadora (la gran Thelma Schoonmaker) y el actor que en los ¨²ltimos a?os le acompa?a y le inspira, Leonardo DiCaprio. Fue el colof¨®n de una ceremonia r¨¢pida, bastante aburrida, en la que el discurso pol¨ªtico gir¨® al ecol¨®gico y en la que una actriz espa?ola, Pen¨¦lope Cruz, demostr¨® sus enormes tablas de estrella vestida de Atelier Versace.

Casi han pasado cuarenta a?os desde que Scorsese, Coppola, Spielberg y Lucas se conocieron. Llegaron a Hollywood para liderar su ¨²ltima ¨¦poca dorada y desde entonces cada uno ha seguido su camino. El de Scorsese, como recordaba ayer su montadora, ha sido el de un hombre de genio, tumultuoso, divertido y visceral. "Una escuela de cine viva", dijo rotunda Schoonmaker. Siempre a las puertas del reconocimiento de una industria a la que poco a poco se ha ido acercando, Scorsese y Hollywood han saldado su vieja deuda.

La 79? edici¨®n de los Oscar tuvo mucho acento extranjero. Lo dijo desde la presentadora, Ellen Degeneres, a la peque?a Ivana Baquero (con sus botines dorados de Camper, edici¨®n especial Oscar). El acento italiano lo puso el Oscar honor¨ªfico a Ennio Morricone, con un Clint Eastwood que le tradujo a la perfecci¨®n (fue uno de los mejores momentos de la ceremonia) y el latino se reparti¨® entre los candidatos espa?oles, mexicanos y argentinos que se dejaban o¨ªr en el patio de butacas del Kodak Theater. Gritos en espa?ol y banderitas mexicanas para el tr¨ªo de cineastas formado por Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, Guillermo del Toro y Alfonso Cuar¨®n, que sumaba casi una veintena de candidaturas por Babel, El laberinto del fauno e Hijos de los hombres . Pero el llamado Frijollywood s¨®lo se llev¨® finalmente cuatro (tres para el Fauno y uno, la mejor banda sonora, para Babel) y el vocer¨ªo inicial fue remitiendo. El Oscar a la mejor pel¨ªcula en habla no inglesa para la pel¨ªcula alemana La vida de los otros dejaba a Guillermo del Toro con la palabra en la boca y sin Oscar en la mano. Su pel¨ªcula fue, despu¨¦s de Infiltrados, la que m¨¢s premios consigui¨®, pero ¨¦l no pudo moverse de su butaca.

Tampoco tuvo ocasi¨®n de moverse de su sitio Peter O'Toole, cuya piel blanca y estirada brillaba tanto como la de Nicole Kidman (de rojo y de Balenciaga). Forest Whitaker lograba el Oscar al mejor actor por su recreaci¨®n del dictador Idi Amin en El ¨²ltimo rey de Escocia. Tembloroso, el actor de Ghost Dog era pura electricidad. Un int¨¦rprete superdotado (en 1988 gan¨® en Cannes por su impresionante trabajo en Bird, de Clint Eastwood) que record¨® c¨®mo para ¨¦l actuar ha sido siempre una religi¨®n, "una creencia, la fe en una fuente extrema de comunicaci¨®n".

La intensidad tejana de Whitaker contrastaba con la flema brit¨¢nica de Hellen Mirren. Gan¨®, como estaba previsto, por su trabajo en The Queen, y la radiante actriz subi¨® al escenario con el bolso en una mano (velado homenaje a Isabel II) y un pendiente de diamantes en la otra. "?Saben una cosa? Durante m¨¢s de 50 a?os, Elizabeth Windsor ha mantenido su dignidad, su sentido del deber y su peinado. Ha pasado por muchas tormentas con el bolso en el brazo y el sombrero en la cabeza. Y yo la saludo por su consistencia y por inspirarme este personaje".

Mirren, de Christian Lacroix, fue generosa con sus oponentes. "Actrices maravillosas", que llegaron a la alfombra roja con la tranquilidad que les daba saber que el premio estaba cantado. Meryl Streep, acompa?ada de su hija, estaba guap¨ªsima con su look de mam¨¢ hippy, y Kate Winslet, con su marido, Sam Mendes, acertaba una vez m¨¢s con un vestido verde agua de Valentino Couture. Pero nada comparable a Cate Blanchett, con su vestido de pedrer¨ªa de Armani Priv¨¦, ni a Naomi Watts (de la mano de Nicole Kidman), con un vestido amarillo de Escada con el que parec¨ªa Blancanieves. Gwyneth Paltrow, de Zac Posen, y Reese Witherspoon, de Olivier Theyskens para Nina Ricci, fueron de naranja y negro-morado respectivamente. Kristen Dunst y Rinko Kikuchi, perfectas de Chanel. Y Beyonc¨¦ (cada d¨ªa m¨¢s mu?eca Bratz) destroz¨® con su impostado gesto de chica sexy un vestido de Armani Priv¨¦.