ETA y las armas de destrucci¨®n masiva
En las seis sesiones del juicio no ha habido rastro de conexi¨®n alguna de la banda y el 11-M
Lo de ETA en el 11-M lleva camino de convertirse en lo que fueron las armas de destrucci¨®n masiva en la guerra de Irak. Si alguna conclusi¨®n puede extraerse de las primeras seis largas jornadas del macrojuicio es que la presencia de la banda terrorista no aparece por ning¨²n sitio a pesar de los intentos de que as¨ª sea por parte de algunos letrados y de los medios de comunicaci¨®n que defienden la teor¨ªa de la conspiraci¨®n.
Ya el primer d¨ªa, Jos¨¦ Mar¨ªa de Pablo, abogado que te¨®ricamente ejerce la acusaci¨®n en nombre de la Asociaci¨®n de Ayuda a los Afectados del 11-M, preguntaba a El Egipcio -cuando ¨¦ste ya hab¨ªa anunciado que no iba a contestar- por un temporizador para bombas fabricado por ETA y denominado Segurtasun Tenporizadorea, es decir, ST, dando por sentado que el ingenio hab¨ªa sido encontrado en un local de la calle de Virgen del Coro, de Madrid, utilizado como vivienda por Basel Ghalyoun y Fouad el Morabit, dos de los acusados.
Curiosa la simbiosis de este te¨®rico acusador y de los abogados de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT) con el letrado Jos¨¦ Luis Abascal, que defiende a dos de los presuntos autores materiales de la matanza de Madrid, y que hab¨ªa incorporado incluso una foto del citado artilugio en su escrito de defensa. Pero resulta que lo realmente encontrado en el local de Virgen del Coro entre un mont¨®n de hierros y chatarra era un temporizador STA MEC 24H, es decir, un programador de lavadoras fabricado por la empresa Remle, de repuestos de electrodom¨¦sticos, que se vende por 18,57 euros. Otro de los acusados, Mohannad Almallah Dabas, que se dedica a la reparaci¨®n de electrodom¨¦sticos y es el casero del local de Virgen del Coro, reconoci¨® que el programador de lavadoras hallado probablemente era suyo, ya que Remle era su proveedor habitual de repuestos. O sea, que nada de Segurtasun Tenporizadorea, ni ST, aunque algunos confundan sus deseos con la realidad.
En la ¨²ltima sesi¨®n del juicio, otros dos de los acusados, Otman el Gnaoui y Hamid Ahmidan, en su declaraci¨®n pretendieron pasar por dos probos obreros que hac¨ªan chapuzas para Jamal Ahmidan, el Chino, el jefe operativo de la c¨¦lula terrorista responsable de los atentados y primo del segundo. No hubiera sido mala defensa, si no fuera porque el primero acudi¨® hasta Burgos con otros dos de los suicidas de Legan¨¦s para ayudar a El Chino en el traslado de los explosivos en el viaje de vuelta de Asturias o porque en el registro de la vivienda del primo se encontraron 59 kilos de hach¨ªs y 125.000 pastillas de ¨¦xtasis, drogas con las que supuestamente se financiaron los atentados del 11-M.
Pero lo llamativo es que en su maniobra exculpatoria, estos acusados mencionaron que en la finca de Chinch¨®n, en los d¨ªas previos a los atentados, hab¨ªa dos desconocidos y que El Chino les prohibi¨® la entrada. La jugada es perfecta, puesto que ello demostrar¨ªa que ellos dos no eran terroristas, y adem¨¢s deja abierta la puerta a que se interprete, por parte de los lectores y del tribunal, si es que se diera credibilidad a sus manifestaciones, que esos extra?os pudieran ser Garikoitz Aspiazu, Txeroki, actual jefe de ETA, o alguno de sus secuaces. Los de la caravana de la muerte, Gorka Vidal e Irkus Badillo, con los que inicialmente pretendieron relacionarlos, no podr¨ªan ser porque ya estaban en prisi¨®n.
S¨®lo hay un par de inconvenientes: el primero, que uno de ellos dijo que el coche desconocido que hab¨ªa en la finca era un Toyota Corolla. Precisamente el mismo modelo que utilizaba Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras y que se lo hab¨ªa prestado a los islamistas para ayudarles a traer los casi 200 kilos de explosivos desde Asturias a Madrid. El mismo coche con el que, enviado por Trashorras a recogerlo, el menor apodado El Gitanillo -ya condenado en 2004- tuvo un accidente y fue detenido por la Polic¨ªa Municipal de Madrid.
El segundo, y no menos importante, es que de todas las huellas y perfiles gen¨¦ticos obtenidos en la finca de Chinch¨®n, y hay unos cuantos, no hay ni rastro de Txeroki ni de ninguno de sus matarifes.
Aclarado con el informe pericial preliminar sobre los explosivos que lo que estall¨® en los trenes de cercan¨ªas era parte de los 200 kilos de Goma 2 Eco robados en Asturias, y no Titadyn -el explosivo utilizado ¨²ltimamente por ETA-, habr¨¢ que esperar al pr¨®ximo movimiento. Situaci¨®n que recuerda notablemente a la vivida con las armas de destrucci¨®n masiva en los meses anteriores a la guerra de Irak.
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