Zouhier apela a Manj¨®n por dos veces
Llaman a declarar a Raf¨¢ Zouhier, acusado de servir de enlace entre los que vendieron los explosivos y los que los colocaron en los trenes. Lleva toda la ma?ana repasando sus notas, sentado en la esquina donde se coloca siempre, en primera fila, a un palmo del cristal, con el cuerpo hacia delante. Cuando oye su nombre se levanta como propulsado por un muelle y se pone de pie mirando al p¨²blico, hacia donde se acomodan cada d¨ªa las v¨ªctimas.
Dirigi¨¦ndose a ellas, a¨²n desde la pecera blindada, se pone la mano en la oreja, como diciendo "Escuchad lo que tengo que decir". Despu¨¦s sale de la pecera, se sienta en la silla azul, enfrente del micr¨®fono. Lleva una cazadora marr¨®n con inscripciones en ingl¨¦s. Una de ellas dice "love".
Antes de comenzar a hablar respira agitadamente tres o cuatro veces. Da la impresi¨®n de que est¨¢ deseando declarar. Cuando el presidente del tribunal, Javier G¨®mez Berm¨²dez, le pregunta si se considera culpable o inocente, no lo duda:
-Superinocente.
-El super sobra -le replica el presidente del tribunal, que a?ade: -No le voy a consentir ni una. A la m¨ªnima le mando al calabozo.
-Yo no s¨¦ cu¨¢l es la m¨ªnima.
A lo largo de su declaraci¨®n, Zouhier invoc¨® en varias ocasiones a las v¨ªctimas del atentado. Y dos veces apel¨® directamente a la presidenta de la Asociaci¨®n 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manj¨®n. En la primera, al contestar una pregunta del fiscal sobre Jamal Ahmidan, El Chino, considerado el jefe operativo de la c¨¦lula terrorista, encargado de adquirir los explosivos y uno de los suicidas de Legan¨¦s. El fiscal le inquiri¨® a Zouhier si ten¨ªa el tel¨¦fono de El Chino. Zouhier le contest¨®, atropelladamente, ech¨¢ndose la mano al pecho: "No lo ten¨ªa, quiero que se aclare todo, y quiero que lo sepa la se?ora Manj¨®n".
Ejercicio de cinismo
Algunas de las v¨ªctimas se revolvieron entonces en sus asientos ante lo que consideraron un ejercicio de cinismo. Pilar Manj¨®n, que acude cada d¨ªa y no se pierde ni un minuto de la vista, miraba hacia delante en silencio. Minutos despu¨¦s, Zouhier se permiti¨® responder con iron¨ªa a uno de los abogados de la Asociaci¨®n 11-M Afectados del Terrorismo. Y lo quiso arreglar con la frase: "Y le respondo por el respeto a Manj¨®n", asegur¨®. ?sta sigui¨® en silencio.
A la salida, la presidenta de la asociaci¨®n se limit¨®, al principio, a encogerse de hombros ante la alusi¨®n personal de Zouhier. Despu¨¦s coment¨®: "La pr¨®xima vez que ese individuo aluda a m¨ª en el juicio espero que el presidente del tribunal le corte. Si no, me levantar¨¦ y lo har¨¦ yo".
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