La nueva ley del petr¨®leo repartir¨¢ los beneficios entre chi¨ªes, sun¨ªes y kurdos
La ley contentar¨ªa por un lado a los sun¨ªes, que no tienen petr¨®leo donde habitan, y tambi¨¦n a los kurdos, que ya han firmado contratos con petroleras for¨¢neas.
La ley es importante pero a¨²n est¨¢ lejos de ser una realidad tangible. Ning¨²n experto duda que ha costado mucho sacar adelante el proyecto, considerado vital para mantener la unidad del pa¨ªs e imprescindible para que la econom¨ªa, hundida hasta niveles insospechados, comience a resurgir. El petr¨®leo siempre ha sido la principal fuente de ingresos de Irak, pa¨ªs que cuenta con reservas de 115.000 millones de barriles, las terceras mayores del mundo.
Dos puntos clave
La ley tiene dos puntos clave: el primero es que permite al Gobierno distribuir los ingresos petroleros (unos 70.000 millones de d¨®lares, 52.830 millones de euros, el ¨²ltimo a?o) por provincias o regiones, seg¨²n su n¨²mero de habitantes. Esta decisi¨®n est¨¢ pensada para calmar a los sun¨ªes que, siendo el 20% de la poblaci¨®n, viven mayoritariamente en ¨¢reas sin petr¨®leo, a¨²n teniendo en cuenta los recientes yacimientos descubiertos en la provincia de Al Anbar. Hay dos problemas: en Irak no hay un censo fiable, y hay millones de desplazados por la guerra. Se calcula que hay un 60% de chi¨ªes, 20% de kurdos y el resto, sun¨ªes.
El segundo punto clave es que permite a las autoridades regionales firmar contratos de exploraci¨®n y producci¨®n petrolera con empresas extranjeras, aunque con cierto control por una autoridad estatal. Esta cl¨¢usula est¨¢ pensada para los kurdos, que ya han dado licencias de exploraci¨®n en la riqu¨ªsima zona de Kirkuk a compa?¨ªas noruegas, canadienses y de Emiratos ?rabes Unidos, todas de tama?o medio. Lo han hecho a pesar de las protestas sun¨ªes y de la indiferencia chi¨ª, m¨¢s propensa a imitar la estrategia kurda en su zona de Basora, la otra rica en petr¨®leo.
"El proyecto de ley no me convence, no creo que los kurdos finalmente lo acepten", opina Bill Farren-Price, subdirector de la publicaci¨®n especializada Middle East Economic Survey, con sede en Nicosia. Farren-Price sabe que los kurdos no han querido hasta ahora renunciar a lo que ganan con los contratos que han estado firmando desde diciembre de 2005.
"Yo creo que s¨ª aceptar¨¢n", dice William Ramsey, subdirector ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE), el guardi¨¢n de los intereses energ¨¦ticos de Occidente. "No creo que los kurdos hayan cre¨ªdo que se iban a quedar con todo el dinero del petr¨®leo. Saben que tendr¨¢n que compartirlo, aun cuando intenten retrasar esto cuanto puedan", a?ade.
El escepticismo de los dos expertos es compartido por muchos otros colegas. El proyecto de ley tiene que ser aprobado antes de finales de mayo por un Parlamento con 275 miembros, la mayor¨ªa enfrentados por casi todo. Hay grandes temores de que los clanes sun¨ªes no se resignen a tener s¨®lo lo que el Gobierno central les reparta de los ingresos petroleros despu¨¦s de d¨¦cadas de ser la comunidad mimada por el r¨¦gimen de Sadam Husein. Tambi¨¦n entre los chi¨ªes hay facciones a favor de quedarse con el crudo de Basora, antes que darles ni un c¨¦ntimo a los sun¨ªes, que han bombardeado lugares tan sagrados para ellos como la Mezquita de Samarra.
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